ePolítica, eHistoria, eEspaña. (2)

Day 1,499, 03:32 Published in Spain Spain by Tito Bellico
Siguiendo con la serie de artículos que inauguré ayer me gustaría, una vez finalizada la teoría histórica que, pese a sus fallos, arrojó ciertos sesgos de luz sobre ciertas cuestiones como la apatía generalizada y el ambiente viciado que se vive, comenzar una nueva etapa muchísimo más práctica y filosófica buscando dar respuestas o al menos incentivar el apetito crítico del ciudadano-lector.

Por otra parte quería agradecer a todos aquellos que leyeron el artículo del día pasado, no me esperaba ni por asomo tal consideración ni tal repercusión, es un placer escribir y que te lean. Animo a todos aquellos que ayer no leyeron a que lean y a que lean antes de votar e incluso argumenten antes de votar puesto que, como leeréis a continuación, es el espíritu crítico y no el conformismo lo que mantiene un país en continua evolución.

En estos momentos la población se encuentra dormida, y es obvio que si esto sigue así, de este modo, si seguimos sin un gobierno prospero o una política bien dirigida y de interés para el ciudadano eEspaña morirá como país. No obstante ahora viene el problema más serio de todos:

¿Cómo hacemos que la sociedad española remonte el vuelo? ¿Cómo hacer para que unos viejunos añorantes del pasado glorioso, unos neonatos sedientos de poder militar (y empujados a ello por el propio juego) y unos ciudadanos mediana edad confusos por la entropía en la que han vivido siempre trabajen en común por un futuro mejor? ¿Cómo quitamos la basura en la que estamos sumergidos ahora mismo?

Para responder a esto, como decía al principio, debemos hacer una retrospectiva en nosotros mismos, e incluso más, salir de los ámbitos del juego y tornar la vista a la VR. Es cierto que el juego no es lo mismo que la vida real, sin embargo también es cierto que pese a controlar avatares que nos representan ingame, outgame seguimos siendo seres humanos y como seres humanos llevamos serigrafiados matices filosóficos, psicológicos y personales que nos caracterizan, a la vez llevamos el matiz de la política en nuestra propia esencia de ser y de este modo no podemos obviar que si queremos, si es que queremos, restablecer una política sana en el eRepublik no podemos simplemente dejar que pase o que no pase, dejar que se ganen o no unas elecciones, dejar que haya unos congresistas por malos que sean o unos gobernantes por aberrantes que estos sean, sino que, en definitiva, debemos ser nosotros quienes pensemos las soluciones al problema aplicando lo que ya sabemos de la vida real.

Ese es el propósito que me he impuesto. Ahora bien, sé que muchos no estaréis de acuerdo conmigo, es más, incluso espero que estéis en franco desacuerdo tanto en la explicación de cariz histórico dejada anteriormente o en esta más filosófica que voy a dar ahora, pues siendo esto una crítica en sí a todo de lo que somos partícipes en este juego, pretende ser también criticada sabiendo ya que de esa forma estaremos, de un modo u otro, haciendo política. Empecemos entonces a desvariar con la argumentación.

La política, entendida como tal, se ocupa de las interacciones entre los hombres en sociedad, en la medida que están influenciadas o reguladas por relaciones de poder, las cuales aseguran la integraciones entre los diversos actores sociales y gobiernan sus comportamientos, incluso a través de la coerción, es decir, de la posibilidad de establecer sanciones. En otras palabras, se ocupa de regular de algún modo las interacciones sociales en cuanto que estas se configuran como relaciones de poder y generan discusión y conflicto respecto a la manera en la que se debe administrar u organizar el poder.

Autores desde Platón a Foucault han estudiado este paradigma y sus diferentes vertientes, ahora bien, si queremos resumirlos al eR sólo faltaría decir que en este juego estamos obligados porque sí a usar un sistema estructuralmente democrático, que no quiere decir para nada que este sea democrático o que sea una democracia. Esto nos lleva a dar un salto y a referirnos a él como un sistema puramente contractual rousoniano dado que no es posible que sea monárquico o tiránico a no ser que sea por un tiempo limitado y por un excepcional control del congreso, sin embargo, este hecho, aunque posible, es ciertamente marginal.

Teniendo ya claro esto, pasemos a revisar las teorías contractuales que tienen que ver tanto con la propia problemática del poder, de la libertad y de la legitimidad. Fue Weber quien dijo en un famoso discurso que ‘’El estado al igual que las asociaciones políticas que históricamente le han precedido, es una relación de dominio de hombres sobre hombres, que se sostiene por medio de la fuerza legítima (o que es considerada como tal) ’’. Por ello, deberíamos preguntarnos primeramente, qué es poder, después, qué es libertad y por último qué es legítimo, sin embargo sigamos por otro lado y preguntémonos ¿por qué contractual?

Si seguimos la sombra de Hobbes, podríamos decir que somos un estado contractual porque cada cierto tiempo le damos el poder a un Leviatán que se ocupa de garantizar nuestra protección y al que nosotros le entregamos todo salvo nuestro derecho a la vida. Si esto fuera así las empresas de cada ciudadano pertenecerían al líder de turno y la inestabilidad política sería aún mayor puesto que cada ciudadano ansiaría ser el leviatán de ese mes para, durante un tiempo, tener todos los recursos a su disposición. Además, no existiría un congreso, más que como cámara consultiva, aunque penosamente sea esa la realidad de nuestro congreso actual.

Si avanzamos en la cuestión de la contractualidad del Estado podríamos aducir que se parece más a un estado claramente Lockiano o Roussiano, sin embargo deberíamos tener en cuenta que en ninguno de los dos puntos se sostiene, por un lado el concepto de propiedad privada no es un problema, ensimisma la propiedad privada es lo que tienes en el inventario, y esta es limitada simplemente por lo que eres capaz de almacenar, asimismo los campos y empresas están determinadas también por un claro índice de que puedas o no mantenerlas y tienes campos ilimitados siempre y cuando puedas comprarlos, por ese hecho el ciudadano de eRepublik no está condicionado para nada. Es más, incluso está obligado a tener propiedad privada y no necesita para ello ningún estado que legalmente se la garantice. En el caso de Rousseau, tendríamos que aducir que el poder ejecutivo está determinado por el legislativo, sin embargo es sólo un binomio y no un trinomio como debería ser puesto que no se puede ejercer de forma fáctica un poder judicial coherente, los experimentos hechos sólo resultan más perniciosos. Además, debemos tener en cuenta, que el eRepublik se regula por si mismo, es decir, el estado tiene una intervención mínima en las cuestiones del mercado y de la sociedad. No hay más que ver que lo más que puede hacer como intervención el estado es un cierto gravamen sobre los productos del mercado, sin embargo, desde la v1 no puede ofrecer sanidad pública (hospitales) ni garantizar una vivienda digna (ya no existen las casas en el eRepublik) Tampoco puede invertir en una sociedad del bienestar basada en el reparto de armas porque visto de este modo, si analizamos el precio de las FFAA, repartirle un arma y un pan a cada eEspañol sin la seguridad de que pegará en una batalla o no sale ciertamente poco rentable, por no decir disparatado.

Si pasamos al caso de Kant, hemos de decir que tampoco podemos ajustar aquí sus teorías políticas, si bien me gustaría añadir que reinterpretando el imperativo categórico podríamos encontrar uno de los puntos clave de nuestras futuras averiguaciones sobre legitimidad y libertad.

Mañana seguirémos con Marx y su sincera problemática dentro del juego que da a luz a una suerte de partidos que históricamente han conformado el tejido político de la eIzquierda eRepublikana. No me meteré a hacer un gran análisis, aviso de antemano, de los partidos que un día conformaron el M4M, ni del PCEE, ni de los anarkólicos (tampoco voy a hablar de Bakunin ni Malatesta ni Kropotkin) ni del desaparecido BOI, sino mas bien voy a hacer un repaso de las teorias Marxistas-comunistas hasta llegar a Rawls y el problema de la justicia y la libertad.


Parte 3