El Demonio Dormido - Capítulo 2

Day 2,584, 07:46 Published in Chile Chile by TrasuMiante

Leer Capítulo anterior:
http://www.erepublik.com/es/article/el-demonio-dormido-cap-tulo-1-2477053/1/20

Capítulo 2

- … El punto es que nunca te dice lo que quiere, sino que se la pasa gruñendo, ¡cómo si yo tuviera siempre que adivinarle el pensamiento!
Las acostumbradas lamentaciones de Lucía (poseedora del mejor par de protuberancias delanteras que yo hubiera visto hasta entonces) llegaban a su clímax y yo, con cara de interesado, comenzaba a retomar el hilo de sus alegatos para poder desviar la conversación hacia donde me interesaba.
Ya era tiempo: una semana de oírla quejarse de su novio por la total falta de interés de él por las cosas que a ella le atraían –cosas que ella misma no tenía muy claras, debo decir- sólo me demostraba una vez más que las personas no aceptan jamás a los otros como son, sino que los idealizan, los clasifican y, fatalmente, tratan de cambiarlos.
- ¿Has pensado realmente qué es lo que quieres, Lucía? – Pregunta tonta, carente de toda sustancia, pero sorprendentemente efectiva, según he podido comprobar innumerables veces.
- La verdad… ¡quiero que me respeten! Quiero que sienta mi corazón, que sueñe conmigo, ¡que vibre conmigo…! - Respeto era lo que pedía una chica que había conocido al novio –Martín, bajista de una banda de mala muerte que alguna vez había tocado en el Barrio Bellavista- en una disco de salsa y esa misma noche, medio ebria, se habían acostado en el departamento que él compartía con sus amigotes mientras éstos esperaban fuera a que terminaran. ¡Y lo que la había “conquistado” es que él había decidido tenerla sólo para él y no compartirla con sus amigos, como al parecer solían hacer con las demás! – Además… no me gusta como lo hacemos… - Puso la pausa obligada para tener una imagen de niña pudorosa, por supuesto, pero siguió de inmediato: - ¡Y yo quiero probar cosas nuevas!
- ¿Posiciones, quieres decir? – Reí con ganas, divertido de verdad - ¿Es muy aburrido tu rockero?
- Rapero. Y sí, es aburrido porque siempre hacemos lo mismo. Y rapidito.
Su autoestima merecía un análisis freudiano, pero yo no estaba calificado ni me interesaba hacerlo: lo único claro es que estaba furiosa y una persona furiosa –hombre o mujer - necesita su dosis de pelea, de sangre y de golpes. Venganza. Crueldad. Sexo.
Yo estaba dispuesto a darle lo último. Y la experiencia me decía que esas infidelidades les eran útiles a ellas, tanto o más que a mí mi deseo de tener relaciones con ellas, porque las dejaba satisfechas de sus deseos de revancha, satisfechas de tener lo que el otro no les había dado y satisfechas, claro está, de sexo culpable. Culpable, sí, porque sabían exactamente lo que hacían cuando estaban conmigo. Nunca engañé a ninguna y precisamente por eso nada tenían que reclamarme después.
- Entonces lo que necesitas es averiguar si es eso realmente lo que necesitas, porque si te equivocas podrías perderlo y por algo que ni querías.– Jugada perversa para dejar abierta la puerta de la trampa: “Prueba conmigo, pequeña. Yo me sacrifico para que investigues lo que realmente quieres”. ¡Es tan obvio! ¿Por qué la gente va por ahí fijándose en tonterías y no ve las tremendas trampas que las acechan, que están ahí, a plena vista?
- ¿Tú crees? – No, claro que no. Lo que creo es que antes de mañana estaré metido donde él estuvo en esa noche de salsa.
- Seguro. Mira: cada vez que he hablado de cosas como éstas con otras niñas, siempre el problema es que realmente creen desear algo y lo buscan con tanta vehemencia que terminan obsesionándose con eso y se olvidan de lo que importa...
- No sé si te entiendo. – (Pues mira que yo creo que ya captaste hace rato hacia donde vamos y no has hecho el más mínimo intento por zafarte o mandarme a la punta del cerro, así que seguiré).
- Es simple. Antes de probar con tu novio esas cosas nuevas que te llaman la atención, primero tienes que saber si realmente te gustan, porque podría resultar que no sea así. O aún peor: si las pruebas con él y a él le gustan pero a ti terminan por molestarte, entonces sí que tendrás un problema.
- O sea…
- O sea que te consigues alguien de tu confianza, le planteas el asunto y te mandas el numerito con él.
- ¡Pero cómo se te ocurre…! – Fue una exclamación tan obviamente exagerada que ni la tomé en cuenta y proseguí.
- Si no te gustó, te lo callas y aquí no ha pasado nada, porque él nunca supo del problema…
- ¡Noooo!
- … pero si te gustó, entonces puedes comenzar a practicar con tu novio. Y si a él no le gusta, ya decidirás si lo convences o no, o si lo abandonas ¡Cosa tuya! pero, al menos una vez, habrás conocido lo que ahora no conoces.
- Estás loquito, ¿lo sabías?
- Y que sea alguien conocido para que te guarde el secreto. Nada de desconocidos ocasionales, que los sicópatas y las enfermedades andan a la vuelta de la esquina y este mundo, como sabemos, es un pañuelo… ¡Y un pañuelo muy sucio, además!
- ¡Tonto! ¡Yo jamás haría algo así! –dijo riendo, pero con esa mueca culpable y tentadora de quien ya lo había pensado, necesitaba el empujón y se encuentra con que otro le sirve en bandeja la excusa y los medios.
Listo. Había sembrado mi semilla… y ahora había que regarla, así que le alargué un Margarita, que se bebió rápidamente y pidió otro, mientras yo sólo lamía el borde de mi cerveza.
¿Ya dije que tenía el mejor par de pechugas que había visto hasta entonces?

----
CONTNUARÁ...
----