Wallonia en Llamas (Parte II)

Day 808, 10:02 Published in Spain Spain by El Bombero de la Manguera
Parte 2 del relato: Wallonia en Llamas. Para leer la primera parte, clickeen debajo del relato en la entrada anterior, que es la parte 1ª.

Se recomienda encarecidamente leer la primera parte antes que la segunda. Voten si les gusta y suscríbanse si les mola 😃


Intercambiamos disparos durante un largo rato, hasta que alguien más se unió en el bando de nuestro enemigo. Lo supimos porque las balas comenzaron a llover sobre el tipo de la radio, desde un ángulo distinto. La pared apenas diez centímetros por encima de su casco se descascarilló por el impacto de una bala, y restos de yeso cayeron sobre él mientras se arrojaba al suelo. Desde ahí él no podía disparar, y más tarde o más temprano le acabarían dando. Estaba inmovilizado por el fuego de supresión de nuestro nuevo contrincante, que parecía usar un subfusil con una rápida tasa de fuego, de nuevo, traté de disparar al enemigo original, pero estaba oculto, quizás recargando, y no pude ver al otro. Durante cinco minutos, la situación siguió practicamente igual, mientras mi compañero tirado en el suelo llamaba por radio pidiendo refuerzos. Al parecer, tuvo suerte, porque un grupo de cinco soldados llegaron através del denso humo, abriendo fuego contra la casa desde una distancia demasiado larga como para hacerlo con precisión, pero forzando al enemigo a ocultarse, momento que aproveché para cambiar mi cobertura por una valla de piedra que apenas un mes antes habría sido la pared de alguna casa de una sola planta, apenas a media docena de metros, mientras que el soldado de la radio se acercaba corriendo a toda velocidad, dispuesto a ocupar el portal que yo había estado utilizando, o quizás hasta a unirse a mi si le daba tiempo.

Los cinco hombres que nos apoyaban se acercaron más y uno de ellos nos comenzó a dar voces conforme ocupaban posiciones. "Robertakus, vaya con esos dos y rodeen la casa, ¡vamos vamos vamos!" le gritó a uno de los hombres, y acto seguido los demás comenzaron a lanzar una lluvia de balas sobre la posición enemiga, mientras el designado corría con la cabeza gacha, su arma en una mano y la otra sobre el casco. El tipo, que llamaba la atención por tener cicatrices en el rostro, repitió la orden, a pesar de que la habíamos oido, mientras el de la radio se nos unía. Rápidamente, decidimos como rodear la casa y escuché como el telecomunicador decía "Que Haruhi nos pille confesados" mientras me daba la vuelta para abrir la marcha.



La verdad es que fue notablemente sencillo, los oponentes no estaban bien organizados y pudimos rodear sus posiciones. Creo que el PONero abatió a un tipo que se asomó por una ventana hacia nosotros, pero ni siquiera podría asegurarlo. El caso es que nadie cubría su flanco y nos adentramos en la planta baja de aquella casa, que en otro momento debía de haber sido un magnífico bloque de duplex de lujo, ahora abandonados. Pronto, nos encontramos con dos milicianos que disparaban por la ventana en dirección a los soldados españoles que habían quedado fuera. Los abatí, no sin plantearme a posteriori si debería haber tratado de capturarlos, pues estaban totalmente desprevenidos. Enseguida, comenzaron a escucharse gritos por todo el edificio, y avanzamos con precaución para descubrir que los pocos milicianos enemigos que ocupaban el lugar se estaban batiendo en retirada. Robertakus fue hacia una de las ventanas, para informar a su sargento, mientras que los otros dos nos acercamos a las ventanas de la parte trasera para ver como los franceses se batían en retirada.

No tuvimos tiempo para disparar, porque desde detrás de una ventana de una casa cercana, una ametralladora fija comenzó a abrir fuego contra ellos, haciéndo trizas los cristales de la ventana y a los desmoralizados enemigos por igual. Era un espectáculo dantesco, pero lo peor de todo es que entonces, la ametralladora se giró hacia nosotros y a duras penas un instante después de que nos arrojásemos al suelo, una lluvia de balas repiqueteó por todo el cuarto, haciendo todo pedazos hasta quedar en silencio.

-¿Pero qué cojones...?- dije confundido. Tras un segundo, el FAPero me respondió.

- Debe de habernos tomado por enemigos. Tenemos que...

No llegó a concluir la frase, porque de nuevo, la ametralladora que se había callado un segundo, comenzó a abrir fuego, aunque no fue contra nosotros. Se escuchó un grito y segundos después, solo tres de los cuatro hombres que habían estado apoyando nuestro avance desde afuera consiguieron entrar en la casa.



-¿Los franceses tienen ametralladoras fijas?- oí que preguntaba a voces el sargento.- ¡Necesitamos refuerzos!- parecía que se estaba enfureciendo- Acabamos de perder un hombre, y de milagro no hemos perdido al resto del destacamento.

Le pedí al FAPero que se quedase allí y bajé a hablar con el sargento, porque yo había visto a la ametralladora disparar a los franceses. Le expliqué eso y hasta se enfureció más. Con patente desprecio dijo:

- Debe ser un perro de guerra. De esa escoria que no le presta atención a las órdenes por radio, no causan más que problemas, joder.- evidentemente, eludió señalar que para él yo también era un desdeñable perro, aunque quedó meridianamente claro que consideraba que me había salvado el culo en la calle y que le debía una bien gorda, a juzgar por como me hablaba.