Un Joven y el Bancoalmacén, el Final

Day 944, 16:18 Published in Chile Chile by M4yer

Uff, despues de celebrar y celebrar con la victoria de chile, aca les dejo, LA ULTIMA PARTE del cuento. Espero que les guste el final que escribi hace ya 2 años:

Las partes anteriores las pueden encontrar:

Parte 1

Parte 2

Parte 3

Parte 4

Parte 5



Con el tiempo pasando rápido, nos percatamos de que todo iba muy bien. Los reprimidos habían sido integrados a nuestro mundo y no había rastros de la represión constructiva por ningún lado. Todo estaba bien. La plaza ahora tenía un gran arbolito y el bancoalmacén por fin tenia cigarros, de esos que me gustan, y que al parecer a todos también, pues no duraban ni un día en venta. La vida así y aquí me venia bien.

“¡Abre la puerta!, ¡rápido!”, era Andrés que me apuraba para que saliera de mi casa. Salimos rápidamente, lo suficiente como para evitar el ataque de los policías, que destruían mi casa y luego la quemaban. Solo corrimos buscando un lugar seguro y lejano, cerca de los bosques que había al sur del pueblo. Había mucha humedad y se podía sentir el frío olor de las balas. “UFF!, por poco y nos matan”. “Estoy seguro de que fue a propósito, todo para verte caer”. Caminamos mas, adentrándonos en el bosque. En eso, encontramos a uno de nuestros combatientes heridos en el suelo. Solo pudo contarnos que unos soldados de negro le habían disparado, pero no le habían sacado información. Falleció después de eso. Seguimos el camino con atención para que no nos sorprendieran. Finalmente, algo hambrientos y sedientos, llegamos al cuartel. Aun estaba a salvo. Cabe señalar que una de mis primeras órdenes como alcalde fue la reconstrucción del cuartel. Encontramos a algunos combatientes ahí, pero reaccionaron con preocupación ante lo sucedido. No lo podían creer. Les propuse luchar hasta la muerte. Solo pensaron un momento antes de aceptar. El plan no era tan simple. Consistía en atraerlos hasta la municipalidad y eliminarlos a todos. Considerando que eran ejércitos de la nación, era algo difícil, pero no imposible de conseguir. Había que comenzar de inmediato. Nos había mucho tiempo. Cuando estábamos listos para partir, escuchamos disparos cercanos. Era la hora y el momento, aunque decidido enfrentarlos y decidir con el plan. Trate de detener a un grupo de no más de 10 personas que querían ir a luchar. No supe más de ellos. Justo alcanzamos a escapar antes de oír múltiples disparos y gritos escalofriantes. Caminamos sigilosamente unas 3 cuadras hasta llegar a la municipalidad. Por desgracia, estaba lleno de policías y de soldados que parecían defenderla a muerte. Dimos orden a 4 de nuestros combatientes para que trataran de distraerlos mientras nosotros ingresábamos, lo lograron por un instante, pero fueron brutalmente asesinados. Ya solo quedábamos Andrés, Arturo y 3 combatientes más. Subimos rápidamente hacia mi oficina. Nos llevamos una gran sorpresa al momento de llegar. Estaban los viejos tradicionalistas del pueblo más unos agentes del ejército. Inmediatamente intentamos atacar, pero fue imposible ya que mis combatientes nos habían abandonado. “Idiotas, cobardes, ¡no son nada!, ni basura alcanzan a ser”, les grité con toda mi ira y mi frustración por no haber logrado mi objetivo. “Hasta que llegaste, como siempre tan predecible”. Tanta seguridad, odio la forma de hablar de ese tipo, su forma de hablar, de reír, tal como lo hace ahora. Busca siempre enrostrar su éxito en cada persona que ve. “¡¡Te ODIO!!” le grité y me tiré encima de él tratando de golpearlo, pero fue inútil, los militares y policías me detuvieron antes de dar un paso. No lo quería aceptar, estaba acabado. Creo que una lágrima salió de mi ojo, pero fue opacada por el grito que lance con toda mi rabia y frustración, antes de ser llevado al calabozo.

Pasé varios días en aislamiento total. Estaba desesperado por escapar, lo intentaba a diario, pero sin éxito. Un día solo recuerdo escuchar una explosión mas no le di mucha importancia.
Un día viernes era el día de mi sentencia. De pronto, en el tribunal, entran y se sientan a mi lado Andrés y Arturo, para poder escuchar la sentencia. “Condenados a doble muerte por revolución, asesinatos y destrucción de culto. La ejecución será publica, para que todos puedan repudiarlos por sus actos”. Con esto terminaba nuestra gran intención de poder cambiar el mundo…
Solo puedo pisar, pisar obligado para llegar a ese lugar. Desde esa pisada, desde ese lugar, veo el bancoalmacén, el Buendía, que luce como el día de su inauguración. A su lado la plaza, llena de flores y árboles, llenos de ardillas y abejas. Ahí luce también la iglesia, ya destruida, por lo que supe, por esa explosión que había escuchado. En las ruinas había una cruz brillante que parecía aislarse de tal destrucción. En el centro del pueblo, solo hay 3 cuerdas y 9 soldados. Solo escucho una voz, un tirón de las cadenas que hieren mis muñecas. A mi lado, como siempre, Andrés y Arturo, solo hablando antes de que se nos hundiera el piso de la hora y las balas apresuraran nuestra partida.

Solo siempre recuerdo el bancoalmacén y las colinas…

Por Mayer.

Eso es todo, se aceptan todo tipo de criticas, porque tambien hay buenas criticas.

Saludos! 😃