Sangre sudor y wellness (The battle for Perú)

Day 734, 16:57 Published in Spain Spain by Mithgil

Eran días de inactividad en el cuartel cuando esta tarde las alarmas de la base sonaron por doquier.

Súbitamente cientos de soldados comenzamos a correr cogiendo nuestro equipo con premura.

Nuestro teniente nos gritaba como si estuviese poseído, mientras los oficiales de suministros se afanaban en repartirnos material.

"¡Vamos joder, es una puta alerta de movilización!, moved vuestro culo de señoritas" nos gritó Golgoterah

Sólo cuando estábamos montados en el avión, nos dimos cuenta de que el equipo que nos habían suministrado era superior a las armas cortas comunes. G-36, armas de asalto.

"¿A dónde vamos Siko?" preguntó uno de mis compañeros.

"Ni pajolera idea hijo" respondió.

Tras largo viaje, sudando bajo el casco y el chaleco antibalas. La general Kaylee nos informó de nuestro objetivo. Íbamos a meternos de lleno en los Andes, en una encarnizada batalla entre Argentina y Perú.

"Saltaréis nenes y os reagrupareis en el punto alfa" nos espetó Kaylee, "¿lo habéis entendido? ¿seréis capaces de hacerlo? creo que sí, una vez allí os repartirán material pesado."

Ya desde la altura se veía el campo de batalla tapizado con cadáveres de argentinos. Estaban recibiendo un duro castigo y debíamos cambiar eso.

Se nos dió la orden de saltar, y allí mismo en el aparato, cayeron 5 de mis compañeros. El fuego anti aéreo era intenso. Sólo conseguimos llegar a tierra 80 de nosotros. Y sólo para recibir un intenso fuego, que nos dificultaba la tarea de agruparnos.

Sólo fue gracias a los esfuerzos de nuestros oficiales que conseguimos recuperar la coherencia de unidad.

Equipados y listos, y ya contando con numerosas bajas en nuestras filas, Kaylee ordenó el ataque.

Corrí con todas mis fuerzas y mientras mis compañeros caían, yo vaciaba mis cargadores uno tras otro hasta que alcance las posiciones peruanas.

Cuando vacié mi quinto y último cargador, saqué mi cuchillo. Primero lo hundí en un pecho, luego en una pierna, después solo dolor, y oscuridad.

tendido en el suelo llenos de barro, perdía y recobraba mi consciencia a fogonazos. Unas veces parecía estar rodeado de soldados peruanos, otras creí ver a Patukiyo apoyado en un árbol, disparando riendo compulsivamente, mientras con una mano se taponaba la generosa herida de su costado.

Al final perdí definitivamente el sentido.

Sólo me despertó el sonido de un rotor, estaba en un helicoptero de los Saiyans.. la sangre coagulada de mis ojos me enturbiaba la visión pero pude ver el rostro ensangrentado, sucio y sudoroso de Kaylee, que mirándome me sonrió, y con un guiño me dijo "Buen trabajo soldado"

Abajo, los argentinos seguían luchando, pero las FFAA habían contribuido con su sangre...