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— Boitx. — Corro hacia la maga, que se concentra escondida en las ruinas de la recién destruida capilla. — Eres la que mejor domina el hielo, ahora es el momento para salir, para dividirnos en flancos y actuar. Sube a las almenas y, a mi señal, congela el foso… Bajaremos con las cuerdas y saldremos al aire libre… Y por cierto, cuando estemos en la batalla, Laertes es mio…

— Pero… ¿Y si no lo consigo? ¿Qué pasa si no puedo congelar el foso…?
Me arrodillo a su lado.
— Confío en ti. De todas formas, tenemos a la diosa de nuestro lado, supongo…
Saco a Stauros de la vaina. Es mi símbolo. El poder que amenaza mis adversarios… Unos adversarios que tengo, seguro. No es Laertes, ni los Tautófagos… No son los shaktas, ni los soldados a mi servicio… Por supuesto que no es Blanca, ni Alceo, ni nadie de mi alrededor… Soy YO. Mi mayor enemigo es mi propia conciencia. Pero me los llevaré por delante…

— ¿Qué murmuras, pabs? — Me saca Yus de mis pensamientos…
— Nada, ve con los otros, sal al patio, tengo órdenes que daros…

El patio está lleno. Los shaktas en un rincón, afilan sus armas, acompañados por Alceo… Los soldados se ponen las armaduras, unas de malla, otras de cuero… Los sacerdotes crean juegos de luces… Los artesanos golpean los martillos… Y yo solo, en el centro, con mi espada, con el tótem, con el arco al cuello… Con mis valentías y preocupaciones… Con mis amigos y mis enemigos…

— ¡Soldados, sacerdotes, artesanos! Es la hora. Es la hora de luchar. La luna ilumina el campamento del usurpador… Ahora están durmiendo… Cuando boitx congele el foso, se despertarán… El flanco izquierdo y derecho saldréis con las cuerdas, bajareis y os dirigiréis a por las cuadras laterales del campamento… Los del centro saldréis por la puerta a caballo… — Un momento de pausa para respirar… — Boitx! Cuando quieras…

Un hilo azul sale de entre las manos de boitx y se pierde por detrás del muro… El puente levadizo cae y el ejército sale a campo abierto… Me quedo dentro, a salvo, a la espera… Pero no puedo… No puedo oir los gritos ahí fuera y saber que estoy aquí…

Y… ¿Qué hago yo aquí solo? Mis compañeros se están jugando la vida por algo que tiene sentido para ellos, solo es mi lucha… Pero, ¿ que sentido tiene la lucha? No tiene sentido. Dos cuerpos derrochando energía; sangre y sudor juntos… Dos espadas chocando… Dos almas bailando, en la danza de la muerte… Esto es la lucha…

Un caballo galopa hacia mí, sin jinete, directo desde la cuadra… Un salto, y estoy en su lomo… Un segundo y Stauros se ilumina… Una luna, y estoy en la batalla…

Una lanza vuela hacia mi cabeza, no hace falta el tótem… Un pensamiento y la lanza atraviesa la cabeza de un Tautófago… No sirvo aquí arriba del caballo… Un susurro, y el caballo corre hacia el castillo…

La batala es cruenta en ambos lados… Mientras yo lucho con dos soldados, me fijo en los esfuerzos de alguno de mis soldados que tengo mas cerca… Zassar, ballesta en mano, acaba de romper uno de los barrotes que sujeta la puerta de una de las cuadras y ha sido prendido… pero no puedo mirar…

Stauros baila entre los cuerpors enemigos, y ninguno queda entero… De repente, el sol se esconde, la luz desaparece a mi alrededor… Miro arriba… Un pájaro enorme…

— ¡KueRVo!

Pabman11, Redactor de Desde La Nevera y firme defensor del anti-ReportersClub …