Mi ascenso al poder

Day 3,129, 17:29 Published in Spain Spain by Duhr
Nota del autor

Se trata de un relato momio ficticio para participar en el Concurso de Relatos Cortos del Ministerio de Cultura


Mi ascenso al poder

Recuerdo mis primeros pasos fuera de la Sede del partido, brillaba el sol, hacía mucho calor y había una concentración de simpatizantes gritando mi nombre con entusiasmo. Tan solo habían pasado dos horas desde que los recuentos habían finalizado y desde que me había convertido oficialmente en Presidente de España.

Monté en el coche blindado que me había habilitado Garond para dirigirme hacia el edificio del Congreso, situado a dos manzanas. Dentro estaba también mi escolta personal, compuesta por mad y urzari, ataviados los dos con chalecos, rifles de asalto, cascos y el inconfundible logo de las FAF en todas partes. No hicieron falta palabras, solo un par de miradas, un par de gestos... para entender que estaban dispuestos a dar su vida por mí, y yo por ellos. El coche arrancó.

Al volante iba bulla, con idéntica vestimenta militar, tampoco dijo nada, solo sonrió a través del retrovisor. En ese momento recordé lo que habían hecho ellos tres por mí desde que entré al juego, tan solo eran tres de las innumerables personas que me habían mostrado su apoyo incondicional desde el principio. En mi condición de Presidente me debía a toda España, pero especialmente a ellos, me sentía en deuda, pero sabía que no había mejor forma de pagarla que transformando el país en un lugar mejor, y ese era mi objetivo.

Me sumí en mis pensamientos mientras me embriagaba el ambientador de vainilla y mientras sentía como el coche absorbía las irregularidades del terreno. Miraba por la ventanilla y podía ver a todo el mundo señalar hacia el convoy y gritar en mi dirección, aún me costaba adecuarme a ese tipo de reacciones, pero ya estaba avisado de que algo así ocurriría, en especial tras convertirme en el primer Presidente español que ganaba las elecciones con más de un 90% de votos a favor, y sin multicuentas.

Pensaba en las largas horas de negociaciones con la flor y nata de los partidos políticos del país. El largo tiempo de aprendizaje había dado sus frutos, ya que había sido capaz de identificar a todo aquel capacitado y adecuado para desempeñar un papel en mi gobierno. Me daban igual sus ideologías políticas, las señas de su partidos y de su milicias, solo me importaban la personas y sus capacidades, y aunque costó varios meses de intenso trabajo... había conseguido conformar el mejor gobierno posible.

Pero mi primer movimiento debía ser presentarme ante los miembros del Congreso, juntos a los Ministros que me iban a acompañar en una difícil y crucial legislatura, y explicarles los movimientos más urgentes que debía realizar. De pronto sentí como la culata de un rifle de asalto me tocaba suavemente en el codo, me giré y vi a mad señalándome el edificio del congreso, estábamos llegando.

A las afueras había innumerables tanques y toda la milicia de las FAF al completo, en el mayor dispositivo de seguridad que haya visto nunca, recuerdo haber escuchado a mad, antes de salir, que ese día no reventaría ni un solo tanque. Y de eso se iba a encargar especialmente Akashapeke, que había montado personalmente ese tinglado. Ella fue quien me abrió la puerta, pero no dijo nada, tampoco hacía falta, tan solo dio unas cuantas órdenes por el pinganillo, me abrió la chaqueta del traje y comprobó que mi Desert Eagle colgaba de uno de mis costados, por encima del chaleco, me dio el visto bueno con una palmadita en la espalda y esa fue la señal de que podía entrar con seguridad al edificio.

El edificio del congreso... recuerdo que la sensación era la misma que la primera vez que lo pisé como congresista, de hecho, el olor era exactamente el mismo, y pude comprobar como varios de mis compañeros de Milicia detenían a Corchuela y lo sacaban de allí, portando unas cuantas pancartas ante la sala de atención ciudadana. Estaba claro que habría cosas que nunca cambiarían. Y era curioso como algunos de mis compañeros congresistas, de aquella lejana legislatura, me acompañaban en aquella aventura ocupando algunas carteras ministeriales.

Por fín entré en el hemiciclo y pude ver como los congresistas me escrutaban con la mirada, acompañándome con ella hasta el atril principal. Una vez allí, haciendo honor y gala de mis colores políticos, quise realizar una pequeña trolleada, miré a izquierda y derecha y comprobé como Galónidas, Carol, Babieca y GranZeus estaban deseando que diera la orden con mis palabras, era algo que se había hablado previamente. Cogí aire y comencé:

Estimados congresistas, vengo a comunicaros que la vida tal y como la habéis conocido... ha terminado...

De pronto se escucharon sonidos de rifles cargando, pude ver como más de la mitad de los congresistas daban un brinco en sus sillas y se ponían blancos. Levanté la mano y sonreí:

Pido disculpas a los señores congresistas, como forocochero era mi deber realizar mi primera y última trolleada de la legislatura, espero que no haya sido demasiado pesada. Ahora comenzaré mi discurso de verdad...


Sentí un alivio general en la sala. Los miembros de la Mesa del Congreso me miraban con cara de pocos amigos, asi que empecé de nuevo:

Me llena de orgullo y satisfacción estar aquí ante ustedes, estimados congresistas, para anunciaros personalmente que he sido elegido Presidente de España. Antes de reunirme con mi equipo de Ministros y comenzar a trabajar a destajo... he querido personarme aquí y presentar un atisbo de mi programa político y de lo que serán mis prioridades a partir de ya mismo. Ah, y antes de que se me olvide, quiero comunicarles también, que mientras realizaba mi trolleada, por orden mía, se han retirado las máquinas de café de todos los edificios públicos, entenderán el por qué... es un vicio insano.

Sentí y escuché en la distancia como algún congresista tragaba saliva, buena señal, asi que proseguí:

Una vez que, de forma brillante he de admitir, España se ha convertido en el granero de esta nueva alianza, y que la situación diplomática se ha estabilizado, gracias a gobiernos anteriores... mi prioridad será absorber las FFAA, hacerlas dependientes del Estado, poner a personal político de la cartera de economía al mando de todas sus ORG's -salvo una de almacén y de boletín-, convirtiéndolas en una milicia nacional plenamente transparente con presupuestos propios procedentes del Estado. Los Documentos serán públicos y accesibles para todo aquel que lo requiera, hasta el último ESP será contabilizado y enseñado...

No me dejaron acabar, los congresistas se pusieron en pie para aplaudirme.

Calma por favor, sé que con esto he pintado una diana en mi nuca, me da igual. Mi siguiente prioridad será aumentar la población del país e instruirla en diversas materias, no solo en lo militar. Duplicaré los presupuestos del Ministerios de Asuntos Sociales y del IAN. Zarkana tendrá todo lo que necesite siempre que dispongamos de ello. También fomentaremos el aprendizaje y uso de la Historia de este país a través del Ministerio de Cultura, cuyo presupuesto será aumentado también y sus historiadores contratados a sueldo fijo por historia/articulo. Y tranquilos, el nivel de ingresos se reducirá, pero el superávit seguirá siendo más grande que cuando estábamos en PLUTO, gracias a la inversión extranjera. El Ministerio de Economía se encargará personalmente de informar puntualmente, con pelos y señales, de todo esto que os estoy contando. Quiero una España fuerte de cimientos a tejado, una España fuerte en lo militar, en lo social, en lo político y en lo cultural. Ya es hora de que rememos todos en la misma dirección señores congresistas, y no quiero que ni los Ministros, ni yo, seamos los únicos que pensemos en este país. Damas y Caballeros, si alguien tiene una idea mejor que las nuestras, quiero escucharla, me da igual su lado de procedencia o sus colores...

Intenté continuar, pero los congresistas no dejaban de aplaudir y de vitorearme. Podía ver el ansia en sus ojos, el ansia de que cumpliese estas promesas y muchas más, pero no era superior al ansia que tenía yo de trabajar y de cumplirlas.

Fue un gran día, recuerdo las sensaciones como si las viviese ahora mismo, pero lo mejor fue la gratificación de haber cumplido todo mi programa electoral y de comprobar personalmente los resultados cosechados. Y no, no fue gracias a mí, fue gracias al trabajo de unas personas excepcionales y al trabajo de un país unido, en aquella legislatura no existieron derechas ni izquierdas, no existieron colores. Gracias a aquel trabajo nuestra bandera rojigualda ondeó meses después en ciudades tan importantes como París, Berlín, Washington o Moscú, fuimos grandes, muy grandes, la punta de lanza de la alianza y el modelo a seguir por todo el eMundo.