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Entramos en las profundidades de la selva… Con Stauros voy cortando las plantas que cortan el camino… Los soldados van en silencio, conmocionados aún por la pérdida de dos de sus compañeros y por la separación que han sufrido… Espero que Alceo esté bien… Los pájaros silban canciones de tranquilidad, buena señal… No hay nada cerca que nos pueda matar; aún…

El soldado Leonarth, aún herido de la batalla, se acerca a mí:
—General, creo que debemos detenernos. No hay huellas de animales cerca.
— ¿Y eso que tiene que ver con que nos detengamos? — Le respondo
—Algún humano, o algo parecido, ha estado en esta zona en las últimas horas. — Me dice susurrando. — O está aún… — Dice casi sin decirlo, en voz muy muy baja…
— Cierto, avisa a los arqueros que estén alerta.

Me acerco a un árbol y me subo a una de las ramas más bajas. Así podré examinar mejor el terreno circundante… Los arqueros, más nerviosos que antes, me imitan y sacan sus armas, preparados para la acción…

ZUM!
ZUM!
ZUM!

Un grupo de unos cuarenta shaktas nos rodena y capturan a casi todos los soldados que están en tierra… Por mucho que dispare mis flechas, ninguna acierta en los cuerpos shaktas… Un general, con su tótem azul asomando en el bolsillo, me coge la pierna y me arrastra al suelo… Estoy atrapado… Todos estamos atrapados… Espero que Alceo no corra la misma suerte, sobre todo sabiendo lo que sabe…


Mientras tanto en la ruta de la costa…


Alceo está explicándoles a sus acompañantes la historia de la isla… Más de uno parece que no se mantiene en pie, sea por el aburrimiento, sea por el mismo cansancio de la última batalla…
— ¡SEÑOR! Veo algo por el horizonte, acercándose hacia nosotros. — Dice un joven caballero espada en alto…
Un hombre, apoyándose con la espada en el suelo, anda hacia ellos…
— No creo que esté en condiciones de luchar con nosotros. Vihesito — Dice señalando al mismo que le informó — ve y comprueba quién es.

Vihesito corre hacia el extraño y cuál es su sorpresa cuando grita “CONTRAATACA!”

Los soldados, sorprendidos ante la visión del chico al que consideraban muerto, corren también hacia él…

— Gritad más, que aún no se han enterado los shaktas que estamos aquí… — Dice Alceo sacando el cayado de la capa y apoyándose para acercarse… — Contraataca, siéntete unido a este pequeño grupo de soldados sin rumbo… De todas formas, debemos internarnos en la selva, ¿seguro que no hay nada de dónde vienes?
— Terminé en un puerto, con un camino hacia el interior de la selva. Si queremos encontrar el poblado shakta, no hay mejor camino que ese. — Dice Contraataca…
— Pues todos hacia el puerto. ¿Os he contado ya cómo sobrepasé Caribdis la primera vez…?

Tres batallitas de Alceo después

— Aquí estamos, el puerto shakta. Todos en fila de a uno y con las armas preparadas, no quiero usar el cayado aún… — Avisa Alceo a sus soldados…
De repente, de entre las casas de madera que hay en el puerto, salen soldados shaktas que les echan redes marinas a la cabeza y los capturan, al igual que a los soldados de pabman…

pabman11, Redactor de Desde La Nevera y prisionero shakta