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Primero viene una historia de mi primera cacería de multis, si quieren, pueden saltársela, hasta después de la imagen, luego viene el 'leit-motiv' de este artículo: la temporada de caza está abierta

La semana pasada, me encontraba en mi pequeña cabaña q2, enclavada en un cerro en alguna parte de los Andes, tomando un cafecito caliente frente a la chimenea que había construído en el verano, mientras veía por fuera como azotaba la tormenta el follaje del bosque cordillerano, cuando noté que algo le faltaba a la decoración de mi cálido hogar.
Fue entonces cuando recordé el baúl que tenía bajo la escalera, donde guardaba las medallas que recibía, los regalos de mis amigos, los recuerdos de mis viajes por el mundo, fotografías de la beta, entre otros..., y entonces lo vi: era un trofeo con una serie de pequeñas cabecitas en él, las conté, eran 57, y arriba una fotografía..., ah, ahora lo recuerdo, casi como si hubiera sido ayer:

Eran las 4 de la mañana en una fría noche bonaerense, caminaba hacia mi casa por las calles, aburrido del belisismo que empezaba a imperar en esas tierras, era por ahí por octubre o noviembre, y nuestros vecinos (eBrasil y eIndonesia) nos habían declarado la guerra..., creo que ya habíamos peliado un poco en Ciudad del Cabo, y antes de eso, esas vacaciones a Corea (de puro jugo liberamos 3 regiones..., o al menos eso es lo que entendía yo).
Estaba cansado físicamente también, había estado todo el día vendiendo en la importadora, y luego me había 'teletransportado' a Helsinki para ver cómo marchaban las cosas en mi rol de embajador, uf, esos eran los días tranquilos, sólo tenía 1 país al que viajar, no como 10 ahora, no tenía más responsabilidades que mi negocio y mi embajada, pero bue..., mejor prosigo con la historia.
Ya estaba llegando a mi casa, cuando vi a un personaje extraño, pequeño, no tenía cara, y vestía una camiseta de la selección argentina, cuando me vió, salió corriendo a esconderse; me pareció tan extraño que la curiosidad le ganó a mi cansancio y empecé a perseguirlo, fueron unos minutos de carrera, antes de que se metiera en un edificio que parecía abandonado, lo seguí adentro en silencio, para que pensara que me había logrado evadir, y creo que resultó...
Llegué a un pasillo con varios marcadores en las puertas, tenían sólo números, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7..., hasta 57..., no entendía nada, y decidí abrir una puerta para ver algo más, creo que elegí la 47, no recuerdo bien, pero de lo que si me acuerdo, es que tan pronto entré, un hombre pequeño, que se parecía mucho al que había visto antes, me empezó a gritar que me fuera, no de buena manera les aseguro, algo dijo de la guerra, que el muro de defensa..., no esperé más y salí rápidamente del edificio, antes de que pudieran atraparme por superioridad númerica entre tantas habitaciones, y me fui a mi casa a dormir.
Al día siguiente, me despertó un fuerte sonido, alguien había destrozado mi ventana y lanzado un saco..., ¿saco?, lo abrí, y no pude hacer más que caerme del asombro: casi 1000 ARS, con un par de ladrillos para poder pasar por la ventana. Supuse que tenía que ver con estos seres de la noche anterior cuando encontré en la reja un pedazo de tela celeste, como el de la camiseta, enganchado en una punta.
Dejé el saco escondido para entregarlo después, y me dispuse a enviar un reporte de que aquí ocurría algo raro a Rumania (ustedes saben dónde). Mencioné la ofensa de la noche anterior, las habitaciones del edficio, el saco de dinero que no tocaría, y a los pocos días recibí respuesta, habían encontrado 57 clones en aquel edificio, y a los pocos días llegaron unos hombre con un extraño acento a buscar el saco, y me dejaron este trofeo: 57 cabecitas de plástico, y arriba una fotografía, supongo que era la del responsable. Como no sabía que hacer con ella, la dejé en la mesa, y cuando me mudé a eChile la guardé en el baúl.

Puse el trofeo arriba de la chimenea, y vi que sobraba mucho espacio, nunca me había dado cuenta, pero ya sabía con que rellenarlo...


El arte de la cacería... de multis

Tomé algunas cosas del arsenal de guerra que tengo en el sótano (creo que no debí haber dicho eso...), tomé la ametralladora y municiones, pero como no me sentía muy a gusto con ello, preferí cambiar de equipamiento: machete, hacha de mano, cuchillo, y por si se ponía peligrosa la situación, una katana..., quería probar el filo como antaño.

Desde entonces he estado de cacería, ya llevo una buena tanda de trofeos arriba de la chimenea, inclusive uno que tiene una fotografía de un tanque con bandera blanquirroja, y ya hice el espacio para otros: creo que tendré unos cuantos candidatos a congresistas para la ce..., colección digo, 😃

Si alguien se siente identificado, que tema por su evida...

La temporada de caza ha comenzado.