Hoy peor que ayer, pero mejor que mañana

Day 1,390, 07:13 Published in Spain Spain by Rolbap


Iba avanzando con cuidado. El suelo seguía resbaladizo por la lluvia del día anterior. El vendaval había amainado dejando paso a una suave brisa, pero seguía haciendo frío. Ahora se distinguían carteles y anuncios en las paredes y por el suelo. Artículos arrancados de periodicos, y demás propaganda esparcida por doquier. Por la oscuridad de la noche, donde a penas quedaban estrellas en el cielo y la luna era un gran agujero negro en el firmamento, no se podía leer lo que ponía en los papeles. Pero ni falta que me hacía. Todos ellos tenían la misma tematica. Todos ellos hablan sobre lo mismo. Huelga. Huelga general y tregua en diversos frentes. Una revolución. Corría el día 15 de marzo.



El invierno daba sus últimos coletazos. Saqué un instante las manos de los bolsillos para ajustarme el gorro, pero las volví a meter rápidamente, en busca del calor. Hacía ya unos días que había empezado toda esta agitación. Quien nos iba decir hace casi 3 años que acabaríamos así. Por entonces, un joven rumano de aspecto afable invitaba a numerosas personas a un lugar, como él lo llamaba, el Nuevo Mundo. Nos ofrecía una República. Una república democratica de veras, donde las decisiones serían consultadas con el pueblo, done todos tendríamos las mismas oportunidades sin mirar cuanto dinero tuviesemos. Y durante un tiempo así fue. La comunidad prospero y creció, pero un día, no se sabe exactamente cuando, el efecto se invirtió.



Un cisma que acabó con esa prosperidad, o que iba a acabar con ella, por que el efecto no fue inmediato, sino a largo plazo. La famosa república se convirtío en una dictadura dirigida por aquel hombrecillo. Sus deseos eran ordenes y solo privilegiaba a los adinerados. Hasta hace unos días. No hace mucho, en el pequeño, muy pequeño espacio democrático que quedaba se elegian presidentes. Algunos de esos hombres decidieron que ya era suficiente y dijeron basta. Artículos y propaganda por doquier incitando a la gente a unirse a la huelga. Algunos frentes de guerra se cerraron. Para hacerlo medíatico e internacional, lo llamaron hold fire.



Levanté un poco la mirada, atisbando los primeros rayos de luz del día que expulsaban a las pocas estrellas que aguantaban y teñian el cielo de un tono rosa anaranjado. Miré mi reloj; las 8. Empieza un nuevo día. Gire en una calle a la derecha y me apresuré, llegaba tarde. A penas la mitad de los habitantes decía estar en la rebelion. De esa parte, solo la mitad lo decía en serio. Los que no apoyaban la insurrección, lo hacían por que sabía que eso no duraría. Por que sabían que estaba abocado al fracaso. El rumano era todopoderoso. Los huelguistas también lo sabían en el fondo de su ser, pero sentían que debían protestar, que debían mostrar su disconformidad, aunque no consiguieran nada. Bueno, esos presidentes consiguieron ser condenados al ostracismo, a no poder volver, al menos con esa identidad.



El sol me golpeó en los ojos, a pesar de que miraba hacía abajo, para ver donde pisaba. Los entrecerré un momento, y volví a abrirlos. El sol ya se asomaba tímidamente por detrás de una colina. Al igual que lo hizo ayer, al igual que lo hará mañana. Y al igual que el sol sale como siempre, mañana todo seguirá igual que hoy, igual que ayer. No, miento. No igual. Hoy peor que ayer, aunque mejor que mañana.

Me estremecí ante una nueva ráfaga de viento, y seguí caminando.