He vivido cosas que otros ni siquiera han soñado

Day 1,499, 07:37 Published in Spain Spain by Stephan

He vivido cosas que otros ni siquiera han soñado.


He vivido el ascenso y la caída de imperios. He vivido el nacimiento y la desaparición de religiones que abarcaron el mundo. He vivido guerras y tiempos de paz. He vivido dictaduras militares y democracias.
He construido muros para frenar a invasores, y los he derribado para invadir. He fabricado casas, regalos, aviones y las armas más destructivas. He extraído hierro de las minas y recogido trigo en el campo. He debatido en el Congreso, he dirigido un país desde el Gobierno y he atacado desde la oposición. He visto pactos de izquierdas contra derechas y pactos de izquierdas y derechas. He creado periódicos y organizaciones. He ayudado a recién nacidos a dar sus primeros pasos y me he visto superado por esos mismos jóvenes cuando han crecido.

Viví un imperio dirigido por Suecia, que extendía sus posesiones por Europa y controlaba Estados títere que extendían su poder por toda Asia. Un país que dominaba el mundo, y que fui viviendo cómo se apagaba hasta quedar como un lejano recuerdo.

Viví con una sociedad que había descubierto a Dio Brando como su dios. Y alzaron a un país de la nada, Pakistán, que extendía sus creencias y su poder por el mundo. Un país que asustaba, un país al que nos enfrentamos con nuestros diplomáticos, y contra el que mandamos a luchar a nuestros ejércitos. Y vi como toda su fe se apagaba al tiempo que su dios moría.
Y como su religión renacía tras renacer su dios, y volvían a asentarse en Suiza, y a volver a impresionar al mundo con su poder. Hasta que su poder, de nuevo, se apagaba.

He visto nacer de la nada junto a mí la fe en Varnish, un ser que se manifestó en España. Y cómo la creencia se extendía en la sociedad, y como los creyentes se organizaban y marcharon a otro país, a Filipinas, para imponer allí su mensaje. Y como la fuerza de esa religión, también, caía.

Me ha impresionado la determinación de naciones enteras, como Rumanía, que abandonaban a sus aliados argentinos en la lucha, mientras preparaban el golpe más magistral contra su enemigo: cómo descubrieron la forma de invadir sigilosamente un país y entregarlo a su nación, tras alcanzar la capacidad de rendir a los ejércitos. Y como esa estrategia fue aprendida por su enemigo, y usada contra aquellos que la crearon.

He visto a naciones esforzándose por dotarse de sus propios derechos. He visto a mis vecinos luchar por tener su propia Constitución, y una vez lograda, olvidarla. He vivido en un país en el que los ciudadanos continuamente debatían en la prensa. Y he vivido en un país, que fue tomado por ciudadanos-robot, que aparentaban ser ciudadanos normales, pero que respondían ante la voluntad de su creador. Y he participado de la unión de todos los ciudadanos libres contra ellos, aun sin saber lo que eran; y después, he trabajado para ellos, hasta descubrir su naturaleza.

He visto la condena a muerte y ejecución de un presidente de gobierno, inocente del crimen que se le acusaba. He visto a los dioses creadores de un mundo libre amordazar a sus criaturas y privarles de la libertad de expresarse. He vivido con alquimistas, que han creado oro de la nada.

He atacado con las armas y las humillaciones a naciones enemigas de las que éramos fieles aliados sólo unos meses antes. Y he firmado con ellas la paz poco después.

He sufrido el miedo de un país frente a las invasiones de los bárbaros. Y me he comportado como un bárbaro haciendo sufrir a las gentes de otros países. Me han movilizado en medio del ardor guerrero para conquistar regiones extranjeras y nos han sido arrebatadas por unos enemigos que contaban a los dioses entre sus aliados.








He vivido cosas que otros ni siquiera han soñado.