El abastecimiento de alimentos en Colombia: de los derechos a política publica.

Day 3,126, 17:31 Published in Colombia Colombia by Payaso Despreciable

Esta es la primera entrega de una serie que voy a hacer al respecto al tema de la alimentación y el abastecimiento de alimentos en Colombia.

Cada semana haré una entrega al respecto.

Primera parte.

INTRODUCCIÓN



En Colombia, la producción de alimentos y el abastecimiento a los centros urbanos y grandes ciudades proviene, en su mayoría, de la oferta de pequeños productores. Se estima que en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali alrededor del 65% de los alimentos consumidos provienen de economías campesinas. Este porcentaje aumenta en la medida que asentamientos humanos menos poblados, como son los municipios, son capaces de absorber toda la producción local y de las inmediaciones.

Sin embargo, el papel fundamental que ellos desempeñan en el proceso –y las dificultades que enfrentan– no están debidamente reconocidos por la excesiva intermediación que tienen los productos de origen agropecuario en nuestro país. Algunos analistas consideran que, en promedio, antes de llegar al consumidor final un producto puede pasar, desde que sale de manos del productor, por cinco manos más, llevando a que la calidad del producto disminuya y a que los costos de intermediación eleven el precio al consumidor y disminuyan la ganancia del pequeño productor.



En efecto, los pequeños productores tienen dificultades para acceder a los mercados que obedecen a factores estructurales –tales como la tradición cultural, el arraigo a la producción de algunos productos, el trabajo individual, entre otros–, pero también a las exigencias del mercado que, al no cumplirse de manera adecuada, se convierten en barreras de acceso. Aspectos como la falta de asociatividad, el limitado acceso a los servicios financieros, las fallas de calidad de sus productos, los bajos volúmenes de su oferta, etc. son frecuentemente factores que impiden a los pequeños productores llegar a los mercados en condiciones de negociación equitativas.

1. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA COMERCIALIZACIÓN DE ALIMENTOS EN COLOMBIA.

En Colombia la comercialización de alimentos ha ido avanzando hacia esquemas más desarrollados e integrados, entre los que se destacan el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones, como los sistemas de información de precios y los cambios en las relaciones entre los agentes –en particular los hipermercados y los supermercados–. En este escenario, los mercados mayoristas, como los centros de abastos, las plazas mayoristas y las plazas de mercado han empezado a perder protagonismo y deben empezar a ajustar sus métodos y objetivos, pues cada vez hay más alternativas para que los consumidores accedan a los alimentos y, por tanto, para que los agentes comerciales desempeñen su actividad.



El concepto de distribución y las actividades que lo conforman se ha ido perfeccionando en la mayoría de las ciudades. El mercadeo o comercialización significa un conjunto de actividades físicas y económicas encargadas de acercar los bienes y servicios entre los productores (origen) y los consumidores (destino). El mercadeo o comercialización comprende actividades físicas: cosecha, empacado, limpieza, selección, transporte, almacenaje, manipulación, etc.; y actividades económicas: compra, venta, formación de precios, etc., que se apoyan en otras actividades poco tangibles o 'auxiliares', como son: los riesgos, la información de precios y de oportunidades de comprar o de vender, y la promoción de las ventas.

Hay diversas maneras o enfoques para conocer y analizar la comercialización agropecuaria y agroindustrial. Se destaca el enfoque funcional, basado en el conocimiento de las actividades o funciones encargadas de llevar los bienes desde el productor hasta el consumidor, en un orden lógico que se inicia con la cosecha, sigue con el acopio, el transporte, el almacenamiento, la transformación, la formación de los precios, la venta y la entrega al consumidor final. Pero también puede analizarse a partir del conocimiento de las personas o entes que cumplen dichas funciones, como serían, en el mismo orden: el acopiador, el mayorista, el detallista, el procesador, el consumidor. Éste se denomina enfoque de análisis institucional.

Los dos enfoques, funcional e institucional, se conectan y conforman una interrelación coherente de lo físico, lo económico y lo humano del conjunto de actividades de la comercialización que, en definitiva, son hechos de la sociedad y de las personas, a veces con visión encontrada: los productores ofrecen un bien tratando de lograr el mayor lucro posible y los consumidores demandan el bien buscando el menor precio y la mayor satisfacción posibles. Pero, en esa discrepancia de intereses y de actitudes siempre hay un acuerdo: quien ofrece necesita de quién demande, y viceversa. Así, dicho acuerdo se sella.



El país ha tenido tradicionalmente un comercio minorista altamente competitivo, resultado en gran parte de la segmentación geográfica que se presenta al interior del país. Mantiene, sin embargo, la característica distintiva de que, aún cuando el avance de los supermercados e hipermercados ha sido muy importante en los últimos años, el canal tradicional de distribución (tiendas de barrio) captura todavía el 50% del mercado. Esta situación puede modificarse en el futuro, en la medida en que se incremente la presencia de cadenas multinacionales en el país y vayan ganado cuota de mercado. En este sentido, el sector podría tender a una concentración en la propiedad que no existe actualmente.

Los productores son el primer agente de la comercialización: así las funciones físicas de mercadeo que realice sean mínimas, siempre ejecutará actividades de comercialización. La venta es la primera actividad de mercadeo del productor, tanto si vende en la finca como fuera de ella. De cualquier modo, para los productores el mercadeo comienza antes de la venta, incluso antes de cultivar. El hecho de pensar, informarse y decidir qué producir, cuánto, cuándo y con qué destino ya es un acto de comercialización.

Cualquier productor que piense en vender toda o parte de la cosecha se ve enfrentado a la primera fase del proceso que sigue a la cosecha: el acopio. Aunque el propio productor podría acopiar su producción –reunirla, para iniciar el proceso de concentración de la producción y llevarla al mercado– y trasladarla hasta el mercado mayorista, lo más común es que esta actividad la ejecute un 'comerciante rural', normalmente provisto de un camión con el que reúne volúmenes pequeños y dispersos, y los traslada a los mercados mayoristas. En la sociedad colombiana es dominante la situación donde el acopio se realiza a través de acopiadores especializados, que suelen denominarse 'camioneros' –en su connotación de comerciantes provistos de camión, no en calidad de transportistas–, 'intermediarios de finca', 'mayoristas rurales', etc. Aparentemente, cada día es más acentuada la tendencia del productor de entregar la cosecha al acopiador, ya sea en la finca o en una ruta o punto de concentración en el área rural, y menor la de acudir a los mercados mayoristas para venderla.



A partir de estos elementos de reflexión esta apuesta investigativa entró a caracterizar las políticas públicas de abastecimiento en sus dimensiones nacional y territorial, especialmente a partir del marco de referencia que otorgaba la orientación normativa, la cual trasciende la frontera y el tiempo para convertirse en un asunto correspondiente a la garantía de derechos, especialmente al derecho a la alimentación y al agua. Esto fue estipulado por primera vez en el Plan Maestro de Bogotá a partir de la administración de Luis Eduardo Garzón, definiendo una política pública que se ha venido convirtiendo en referente nacional y regional, por lo que este proyecto se acercará a su formulación, desarrollo y ejecución, al igual que lo propuesto para la ciudad de Medellín, como escenarios en los cuales se evidencia un contenido y preocupación alrededor del suministro de alimentos.

Teniendo en cuenta que las ciudades de Bogotá y Medellín son pioneras en la implementación de este tipo de políticas públicas, pero que a su vez responden diferenciadamente a la orientación normativa y a la competencia social, es importante la elaboración de un análisis comparativo y así comprender los puntos de convergencia y de no convergencia de dichas políticas.

Las políticas públicas en materia de abastecimiento en las ciudades de Bogotá y Medellín pueden considerarse un avance con relación a la concreción del derecho a la alimentación en el país. Sin embargo, estas formulaciones, a pesar de tener puntos de encuentro en el derecho a la alimentación y en conceptos como el de seguridad y soberanía alimentaria, además de la orientación normativa, tienen diferencias concentradas principalmente alrededor de la concepción del enfoque de derechos presentado en cada una de ellas, la cual se expresa en la forma en que se pretende solucionar la condición de hambre e inseguridad alimentaria que enfrenta la población de la ciudad de Medellín y Bogotá.



Fin primera parte.


Gracias.

Maxx Neef.