Dos años, y la llama se apaga

Day 984, 09:31 Published in Spain Spain by ezodervi

Dos años, se dicen pronto. Ahora que los cumplo (dentro de 11 días), hago, aunque sea para pocos lectores, un repaso a mi trayectoria. Es un testimonio que quiero dejar, ya que estoy a punto de pasar página.
En eRepublik, he pasado por casi todas las fases, que destaco a continuación. Muchas fueron hace tiempo, y ya nadie se acuerda de ellas, pero yo sí.

Periodista: Allá por la beta, llegué a ocupar los tres primeros puestos del top 5. Sí, los tres primeros puestos. Con mi serie de artículos sobre el estado del mundo, precursores de otros tantos, he tenido una acogida inmensa, que me propulsó a la primera fila de los ciudadanos españoles. Asimismo, la aceptación superó nuestras fronteras y llegué a ser traducido, uno de los primeros en este aspecto.
Claro, entonces no había tantos artículos chorra, y la prensa tenía algo de contenido.

Político: Muy activo en esta faceta, me enorgullece haber sido miembro de la plana mayor de CyD que llevó al partido al poder, contra vientos y mareas, libretas y criticas de “vacío ideológico”. Lo conseguimos, y esto es lo que se quedó para la historia, lo demás es tema para tertulias de viejunos, que tanto me gustan. También he sido varias veces ministro de administraciones públicas, puesto en el cual nunca he recibido reproche alguno por mi gestión, que destacó en su honradez.
Claro, entonces había polémica ideológica, lucha por el poder y dificilísimos equilibrios y alianzas para conseguirlo.

Empresario: Con la V1, me metí en el mundo empresarial, y allí toqué grano, comida, billetes, petróleo, armas, madera, casas y hierro, invirtiendo en cada momento en el sector más rentable y haciendo crecer un pequeño conglomerado del que estaba muy orgulloso. Del mismo modo, la codicia nunca me cegó, y fueron varias las empresas que cedé, dinero que presté, o lo más valioso de todo, consejos y apoyo que brindé. Lo perdí todo cuando me phishearon la cuenta, pero macho, son lentejas, las comes o las dejas.
Claro, entonces, el mercado no estaba tan alterado como hoy, y se podían llevar políticas de expansión económica e inversiones a largo plazo.

Militar: Es mi pata débil del conjunto, pero como todos saben, con 3 patas se aguanta más de un taburete; con la cuarta solamente se asegura el tiro. Hice daño cuando me lo pidieron, luché siempre de acuerdo con mis convicciones y el interés de España.
Claro, no había que desplegarse, pagar un booster y lo demás. Unos cuantos clicks en el momento más idóneo y ya estaba hecho.

Social: No soy de mucho chateo. Si que tuve mucho vis-a-vis pero no veía un gran interés en acceder a unas salas donde lo principal era quedarse colgado o decir chorradas. Los que me buscaban me podían encontrar por el gtalk, donde sí pasé horas, monté y desmonté conspiraciones, proyectos empresariales y lo más más valioso de todo, establecí amistades.

A eRepublik me conecté desde muchos sitios, que listo para la posteridad, por orden alfabético. Lo hago para demonstrar que mi fidelidad ha sido a prueba de mis viajes, mis obligaciones laborales y mi familia.
Andorra, Arabia Saudí, Argelia, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chile, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Holanda, Hungría, Líbano, Panamá, Qatar, Rumanía, Serbia, Suiza, Turquía, y por supuesto, desde toda la geografía española.
Conocí en persona a muchos eRepublikanos, así como al primero de ellos, Alexis Bonte, al cual agradezco profundamente la oportunidad de haber compartido este tiempo con la comunidad. Entiendo que su proyecto empresarial tiene que seguir adelante, y me apena que el camino que haya elegido no sea el de mi agrado. Pero al no haber contribuido económicamente para nada al juego, no me siento con la autoridad de emitir sentencia alguna. Entiendo que el camino que emprendo pueda ser equivocado, pero tengo 40 años (muy bien llevados, por cierto) y he perdido las ganas.
Nunca jugué para curar frustraciones sino sencillamente, por amor al juego.

No quería terminar este repaso sin agradecer a todos mis amigos eRepublikanos por las alegrías que me permitieron compartir con ellos, las ilusiones que nos hizo trabajar juntos y las derrotas que nos hicieron levantarnos con más ahínco. No voy a citar a nadie, no por miedo de dejarme alguno, sino porque se reconocerán sin que los mencione, y con ello asumirán más personalmente mi profunda amistad.



Para todo lo demás, ya sabéis dónde encontrarme: ezodervi@gmail.com