Crónicas de Ovando Mbarakajá: Guerra de Independencia

Day 1,608, 15:37 Published in Paraguay Paraguay by Jecs
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NOTA DE REDACCION: Se recomienda al lector la lectura de las entregas anteriores de las Crónicas de Ovando Mbarakajá.

Intenso calor, cigarras entonando interminables canciones, caminos de tierra colorada, familiares percepciones sensoriales que le confirmaban a Ovando que había retornado a su patria. Eran las únicas, todo lo demás se veía diferente.

Las ciudades estaban desiertas, un importante sector de la población se había dirigido rápidamente a las terminales de ómnibus y a los aeropuertos para abandonar el país una vez que llegó la noticia del fracaso de la campaña ofensiva. Hubo algunos que incluso cruzaron al lado argentino y ofrecieron sus servicios al Ejército Imperial Rotoísta, como forma de expresar su oposición al gobierno paraguayo de turno. Todos los demás se habían integrado a las filas del Ejército Paraguayo.

A Ovando Mbarakajá esto le generaba un choque de emociones contrapuestas. Por un lado sentía un aprecio espontáneo por todos sus paisanos que compartían esta tierra con él, pero al mismo tiempo no podía evitar sentir un profundo rechazo hacia aquellos hermanos que al percibir el peligro abandonaron a su madre, amenazada por el invasor. Ese encuentro de emociones dispares lo incomodaba.

El ataque de las fuerzas imperiales argentinas fue de una ferocidad y velocidad implacables, el gobierno argentino, luego de haber adoptado la ideología del III Reich, creyó conveniente adoptar también las tácticas militares de aquel régimen y lanzó una "Blitzkrieg" o "Ataque Relámpago".

Los paraguayos combatieron con fiereza, desbordados por todos los frentes ante la descomunal desproporción numérica, padeciendo una escasez de municiones y elementos de combate, situados ante la más segura de las derrotas... pelearon.


Imágenes de Asunción siendo bombardeada. El cruel torbellino destructivo de la guerra se tragó todo a su paso, sin hacer distinciones entre civiles y militares.

Luego de intensos, sangrientos, pero breves combates, la totalidad del territorio paraguayo fue ocupado por las fuerzas del vecino del sur.

Ovando rápidamente se unió a las filas de grupos clandestinos que organizaban la resistencia en las ciudades, pero los argentinos bombardeaban a la población urbana con intensa propaganda.

Murales de Maradona en cada esquina, emisoras de radio repitiendo constantemente mensajes de trolls del Ministerio de Trolling de la Argentina, canales de televisión transmitiendo el programa de Tinelli, otro programa donde analizaban el programa de Tinelli, otro programa donde reclutaban a jóvenes con desequilibrios hormonales para el programa de Tinelli, otro programa donde analizaban el programa de reclutamiento para el programa de Tinelli, otro programa donde... ¡Insoportable! Ovando Mbarakajá no resistió semejante asalto psicológico y se replegó al interior del país.

Una vez establecido en el campo inició con los campesinos una prolongada y tenaz resistencia contra el opresor argentino, el área donde operaban él y sus camaradas se convirtió en zona liberada donde ninguna patrulla argentina osaba ingresar, pronto el lugar se convirtió en un santuario de gatos, lo que le valió a Ovando ser declarado "Santo Patrono de los Michis" por Greenpeace.

La persistente resistencia de Ovando provocó que el Imperio Rotoísta Argentino lo inscriba en la lista de los más buscados y ponga precio a su cabeza.


Identikit de Ovando Mbarakajá difundido por las fuerzas argentinas.

Un escuadrón de fuerzas especiales del imperio no tardó mucho en encontrar a Ovando Mbarakajá y sus hombres, cuando éste los vio acercándose a la distancia, aguardó su llegada con serenidad.

Al llegar a unos pocos metros de Ovando, el capitán del escuadrón se presentó: "Soy el capitán Shoni [Yoni] y exijo la rendición de sus fuerzas".

Con una extraña y poderosa calma que infundió temor en los argentinos, Ovando Mbarakajá respondió proponiendo un desafío: "Vos y yo mano a mano... Shoni" (haciendo un énfasis burlón en la pronunciación de Shoni), y exhibió una majestuosa arpa paraguaya que hizo traer a sus hombres de una choza cercana.

"Shoni, la gente está muy loca" - le dijeron sus hombres al capitán, pero el capitán Yoni pidió que le traigan su acordeón y respondió con arrogancia "acepto el duelo, con esa arpa me limpo el c***".

El capitán Yoni quiso dar una muestra de la música argentina tocando con su acordeón unos tangos de Gardel, ignorando que Gardel fue robado a los uruguayos, igual que el dulce de leche. El acordeón de Yoni sonaba con precisión, cosechando aplausos de las tropas argentinas, hasta que su retador paraguayo lo interrumpió con el sonido de su arpa paraguaya.


La majestuosa arpa paraguaya, única en el mundo.

Pocos segundos después de que Ovando empezó a tocar su arpa, una energía extraña inundó el ambiente, haciendo sentir a los presentes algo similar a una corriente eléctrica recorriendo su piel. ¡BUUUM! El acordeón del capitán Yoni estalló sin dejar rastro alguno de su existencia.

De pronto, haciendo uso del poder de su arpa paraguaya, Ovando Mbarakajá, tal cual flautista de Hamelin guiando a las ratas al río, condujo a las tropas argentinas hasta un precipicio al cual se arrojaron, encantados por la música de Ovando.

Así, Ovando Mbarakajá venció a los argentinos con el "KI" de su pueblo ("KI": aquella energía utilizada en Dragon Ball Z), encapsulado en las notas de su música. Al hacer esto, su hazaña se hizo eco en los distintos valles del Paraguay, convirtiéndose en campeón de la lucha por la independencia, independencia que costaría ríos de sangre y lágrimas a opresores y oprimidos.