Crónica sobre el Séptimo Arte y sus Consecuencias Legales

Day 1,598, 07:18 Published in Spain Spain by Espaugyl




Una semana llevo hábilmente camuflado como vendedor de DVDs piratas frente a El Bar. Una semana oculto para no caer en manos de Hans, el Admin de la GestapoeRepublik que no pierde oportunidad para intentar suministrarme su particular visión antinatura de un chocopunto (en anteriores Crónicas se explican mis vicisitudes y mi continua lucha por mantenerme heterosexualmente alejado de los insanos apetitos de Hans). Pero ya no aguanto más, el betún de la cara y las manos ha comenzado a cuartearse, no se me da bien recoger la manta con los DVDs y salir corriendo cuando llegan las Fuerzas del Orden Antipiratería (yo los hacía en las partes grises de la costa del eIndico pero al parecer hay muchos conceptos de piratería) y, sobre todo, no aguanto más sin entrar en El Bar, vislumbrando sus delicias en la distancia, teniendo que desayunar bollería industrial (que no son dos buenas hembras dándose el lote en una fábrica, malpensados)… así que me lié metafóricamente la manta a la cabeza, la de los DVDs, me quité el betún, y aparecí una mañana con mi grisáceo-verdoso color de piel habitual para desayunar como eDios manda en El Bar, lo más cercano al Paraíso que jamás estaré.



Servidor, agachado y de espaldas, disfrazado una semana cual vendedor de DVDs piratas para no caer en manos de Hans y sus desviados instintos.


Cuando me senté en mi taburete, el que ya tiene la forma de mi persona, el que se acomoda a mis glúteos incluso mejor que los calzoncillos que me puse hace unos meses y que algún día me tendré que quitar como el papel de una magdalena, aún tardé unos minutos en darme cuenta de que no todos los peligros son los evidentes. Hans no estaba por allí, menos mal, pero los avatares de la guerra, sobre todo con un frente tan cambiante, estaban por todas partes. El Bar volvía a estar afectado por todo ello y eso jamás se lo perdonaré ni a los ebrasileños ni a los humanos con los que se alían. ¿A qué me refiero? Pues a algo tan sencillo como quedar horrorizado cuando pedí mi desayuno: un café con leche y un mollete con aceite y jamón (los de Despeñaperros para arriba informaos de lo que es un mollete, una pieza de pan deliciosa para tostar, y disfrutadla en cuanto tengáis ocasión). Lo que me pusieron en lugar de lo que pedí… lo que hicieron con mi desayuno… lo que quisieron convencerme para que tomase… no tiene nombre.



Mi desayuno, el que toma un español de bien, un patriota…


… y esta es la mierda brasileña que me quisieron colar: Andalucía volvía a estar en manos de eBrasil y yo no me había enterado


Con una mezcla de indignación y de querer pasar desapercibido, hice de tripas corazón y me bebí de un golpe la caipiriña y otras cinco más para disimular mejor. Los plátanos se los devolví educadamente al camarero, tan sólo indicándole con bonitos gestos el lugar por donde se los podía meter, e hice el ademán como de ir a pagar para ganar tiempo e irme, porque por aquel engendro de desayuno no pensaba desprenderme de mis paupérrimos ahorros, que lo del gold usano ya era tan sólo un dilapidado recuerdo. En eso estaba cuando oí una sosegada voz, la de un individuo que estaba sentado a mi lado, y que en un principio no reconocí sin su túnica azafrán ni estar levitando a una cuarta del suelo.

-Espaugyl, no mires en mi dirección, sigue con lo que estabas haciendo y escúchame.

-Pues me disponía a salvaguardar mis ahorros con una acción evasiva, así que buenos días, que ahora el camarero está de espaldas- le contesté al desconocido, que cada vez me resultaba menos desconocido, al tiempo que me levantaba del taburete.

-¡Siéntate drugo!- me dijo entre dientes revelándome su identidad con su peculiar forma de llamarme.

-¿Avutardo?- pregunté.

-Sí, soy yo, disimula y escúchame. He convocado desde el Ministerio de Cultura un concurso para mayor Gloria de Aruch y de su Mesías Superi. Se puede participar en forma audiovisual o escrita y hay sustanciosos premios, incluso un dorado Oscar que puede hacerte olvidar la pobreza si lo fundes y lo conviertes en bonitos lingotes. Estoy recorriendo eEspaña para animar a la participación, y cuando digo eEspaña hablo también de las zonas ocupadas. Date por enterado, me tengo que ir, creo que me vigilan, además llevo ya seis plátanos y dos caipiriñas y tengo que irme a vomitar al Ministerio. Espero tu respuesta.


Sin opción a contestarle se levantó, dejó algo de dinero en la barra y desapareció por la puerta agarrándose el estómago. Aún pensando en lo que acababa de oír no perdí el tiempo, cogí el dinero de Avutardo de su desayuno, me lo eché al bolsillo y salí también por la puerta aprovechando que el camarero seguía de espaldas.


Lo del concurso me atraía, para qué negarlo, podía ser dinero caído del cielo, porque lo que es el negocio armamentístico, bajo la dirección de Lantanique, con la muy rosa y femenina línea primavera-verano que intentaba vender a aguerridos militares de pelo en pecho… pues como que no me estaba siendo rentable, de hecho me extrañaba que aún quedasen muebles y maquinaria sin embargar en la fábrica. Y encima seguía siendo tan receptiva hacia su jefe como una gata siamesa frente a un Pastor Alemán en celo.



Grupo de perroflautas titiriteros contratados por Lantanique en la calle en plena perfomance, o algo parecido, intentado vender los tanques de diseño lantánico de esta temporada… que ruina.


En cuanto llegué a mi casa me puse manos a la obra. La semana como vendedor de DVDs piratas me había convertido en una gran cinéfilo, podía saber si unos pechos eran naturales en las primeras escenas e incluso si al final se casarían tras la orgía (siempre era que no), por lo que me decidí por la sección audiovisual del concurso. Toda la tarde estuve trabajando en mi película, con una gorra para atrás y mi nombre a rotulador en el respaldo de la silla como los buenos directores, porque siempre hay que meterse en el papel. La escasez de presupuesto, es decir, el no tener presupuesto era un hándicap, pero lo que me faltaba de ESP me sobraba en imaginación y desvergüenza, además aún tenía un saco de películas que no había podido vender y podía “reciclar”, por lo que el desánimo no era una opción.


Esta es mi obra, la que ha sido premiada sabiamente, la que me ha proporcionado mi primer Oscar, un Oscar que nunca exhibiré en una vitrina porque hace rato ya que lo fundí y convertí en bonitos lingotes de oro. Vedla con un simple clic sobre la siguiente imagen y me contáis, y hacedlo rápido porque me comunican que, por algún extraño motivo, cierto bufete de abogados de Bombay quiere ponerse en contacto conmigo para retirar y quemar mi magna obra.



Dos minutos y pico del mejor cine del eMundo con un solo clic en la imagen. Dona algo al autor a modo de entrada y para sufragar gastos de abogados… me va a hacer falta



Bufete de abogados “Bombay-Nueva Delhi Lawyers al Por Mayor Asociated” de camino a mi casa para explicarme entre todos algo acerca de los derechos de autor y la política de romper piernas para los que plagian a Bollywood


Desde Andalucía, escondido bajo la cama mientras aporrea la puerta un grupo de abogados que maldicen en sanscrito, se despide este Corresponsal.



Espaugyl