Comunidad, libertad y estupidez

Day 5,258, 15:10 Published in Spain Australia by MrCafe
Introducción

Que el Café me libre de sarmonear, de nuevo, a la comunidad eEspañola. Todos sabemos a estas alturas que soy un Flanders, incluyendo los aspectos positivos y negativos del término. No pretendo con este artículo justificar ninguna actuación, solo espero que algunos nos miremos al espejo y reflexionemos sobre nuestra realidad y, especialmente, sobre si consideramos oportuno continuar con el ciclo de autodestrucción que, en mayor o menor medida, todos hemos permitido durante los últimos tiempos.

A modo de resumen, para quien prefiera no leer el sermón de hoy, diré que si hemos elegido jugar a eRepublik, y más concretamente jugar a eRepublik en eEspaña, nos toca afrontar nuestro día a día de forma acorde a las normas del juego y evitar realizar acciones calificables como estúpidas.


La convivencia comunitaria

Los viejos del lugar recordarán el momificado. Un lugar en el que los distintos sectores de nuestra comunidad se reunían para celebrar nuestras tradiciones comunes y recriminar actitudes de forma más o menos hostil. El unificado no era el paraíso, tenía por supuesto sus detractores. Especialmente en sus últimos momentos se dieron pasos que, en la opinión de algunos, comenzaron a dinamitar la convivencia. En cualquier caso, y a pesar de algunos, el congreso outgame seguía alojado allí y muchos jugadores pasaban por el foro simplemente para seguir un poco la actualidad de eEspaña. Las normas allí votadas ponían en muchas ocasiones límites a los gobiernos que en mi opinión eran excesivos, pero que pocos gobiernos se atrevieron a incumplir. Esto garantizaba una cierta estabilidad al ePaís, a pesar de ciertas disfuncionalidades del sistema que no trataremos en este artículo.

El fin de la utilidad del unificado no fue una simple casualidad. Las divisiones sociales eran ya fuertes en aquel entonces y los distintos grupos, en lugar de intentar preservar un lugar de encuentro en el que de alguna forma salvar distancias, consideraron más oportuno vaciar el lugar. Es cierto que el unificado sigue vivo hoy en día, pero el cierre del congreso outgame y el uso de nuevas plataformas como slack o discord trajo consigo un evidente fin de ciclo. Como aspecto más significativo, la derogación de todas las leyes outgame trajo consigo el fin de la responsabilidad compartida y colectiva, la llegada de un vacío de poder para los congresistas y un aumento significativo de la posibilidad de cometer abusos por parte de los gobiernos. La buena fe de los gobernantes ha servido hasta ahora, con sus más y sus menos, para mantener tradiciones como el documento público de transparencia, pero realmente nada obliga hoy en día a justificar los gastos del gobierno. El fin de congreso outgame hirió de muerte a la ePolítica, dejando graves heridas abiertas en la comunidad. Poco a poco, estas heridas en lugar de cicatrizar han dado lugar a nuevos problemas y conflictos.

En slack y discord se ha intentado conservar una cierta apariencia de unidad. El uso de canales de comunicación comunes para toda la comunidad ha servido de cierta forma para mantener un espejismo de la eEspaña que podría ser y que probablemente nunca fue. Siempre existieron foros y canales de IRC de partidos y milicias, pero la llegada de estas nuevas plataformas aceleraron la división de nuestra comunidad. Muchos jugadores decidieron no participar en espacios comunes, o bien entraron en ellos pero nunca interactuaron. En algunos casos terminamos saliendo de los mismos por decisiones incorrectas de sus administradores o del gobierno de turno.

Sin espacios de debate común más allá del feed de eR, una suerte de tablón de anuncios de apertura de batallas y minutos musicales variados, la comunidad eEspañola se encontró sin ningún lugar en el que establecer sus propias normas y limites (o falta de limites). La primacía del ingame ha sido una corriente política que con el paso del tiempo ha seducido a muchos jugadores y grupos sociales, pero hemos fallado como sociedad al no darnos cuenta del peligroso callejón al que nos dirigíamos.

En mi casa se entra sin zapatos. Cosas de hippies y modernos según mis padres, pero al ser mi casa puedo decidir sin injerencias externas todo lo que ocurre en su interior. Al renunciar al uso del foro unificado, al cerrar la posibilidad de usar un espacio común de debate en slack o en discord, la comunidad eEspañola ha renunciado a su potestad para decidir libremente sus normas. Los postulados que priman el ingame sobre el outgame nos llevan a aceptar, por las buenas o por las malas, las normas que ya habíamos aceptado al entrar en eRepublik por primera vez.

No digo que tuviéramos una buena base para establecer relaciones outgame. Probablemente nunca tuvimos algo que gustase a todos por igual. En cualquier caso, ell fin de estos puentes comunes en los que nosotros decidíamos sin injerencias externas nuestras normas mínimas de convivencia ha supuesto el fin de nuestra libertad como comunidad.


La Turra Nuestra de Cada Día

El uso de mecanismos ingame para comunicarnos no tiene por qué ser problemático. La verdad, las normas de eRepublik son bastante simplonas y los moderadores nunca han sido demasiado tajantes en su aplicación. Todos hemos visto a leogar abusar de insultos sin ninguna consecuencia.

El problema llega en este caso porque nuestra comunidad ha superado el punto de no retorno de una comunidad fracturada. No basta con aislarnos en nuestros propios grupos burbuja y leer solo a nuestros amigos. Hemos pasado de la separación a un divorcio hostil. En algunos casos se busca activa o pasivamente la eliminación del enemigo. No hablamos ya de rivales políticos, sino de una confrontación que trasciende la normal convivencia democrática. Las famosas huelgas de daño pueden resultar problemáticas cuando un grupo político de distinto signo se encuentra en el poder, pero no es suficiente. Tensar las cuerdas hasta que parte de la comunidad se aisla, otra parte se exilia y la parte restante comienza a dejar de leer el feed tampoco es suficiente.

Con nuestra turra de cada día se han normalizado situaciones y comentarios que no deberían aparecer en un debate político maduro. La falta de renovación de las principales caras de cada sector de la comunidad tampoco permite que se superen tensiones pasadas no resueltas. Las cámaras de eco y la tensión diaria hacen que el discurso vaya aumentando la hostilidad entre las partes hasta que se cruza la delgada línea de lo que eRepublik considera censurable.

Solo basta con enviar un mensaje con un tono algo más elevado de lo habitual para que algún otro jugador decida reportarlo. Algún moderador leerá el comentario y, atendiendo a la interpretación oficial de las normas, decidirá si debe actuar. Hay tres posibles culpables que participan en el chocopunto: quien publica un mensaje incluyendo aspectos contrarios a las normas conociendolas, quien reporta el mensaje y el moderador. Queda a decisión de los lectores otorgar más o menos responsabilidad a cada uno de los actores mencionados. En cualquier caso, probablemente la responsabilidad dependerá de la buena o mala fe de la acción: parece lógico censurar con mayor contundencia a quien reporta un mensaje por el mensajero y no por el insulto. Más censurable aún sería quien reporte un mensaje por las posibles consecuencias sociales del reporte en lugar de por el insulto, independientemente de quién sea el mensajero.


Víctimas del fuego cruzado

Como víctimas de este largo y lento divorcio de la comunidad se encuentran todas las partes implicadas en el mismo. Todos hemos perdido ya y vamos a continuar perdiendo algunas, o todas, las diversiones que se podrían encontrar en lo que hoy en día es eRepublik. Muchas personas han dejado el juego al sentirse directa o indirectamente víctimas del fuego cruzado, jugadores y jugadoras con un valor incalculable han dado un paso atrás precisamente por la tensión constante que vivimos. No hemos vivido, por ahora, el baneo de ningún jugador de la comunidad por motivos meramente políticos. Todo parece indicar que alguna mano negra está dispuesta a cruzar esa línea para continuar con nuestra autodestrucción, a pesar de no encontrar ningún motivo lógico para apostar por esta actitud.

Hemos vivido la creación de canales de hits para unos pocos, las guías no publicadas en espacios comunes y disponibles solo para algunos privilegiados, el linchamiento público por preferir vivir un día soleado dando un paseo en lugar de luchando en una batalla con aparente importancia pero que en el fondo no es tan vital, incluso el reporte de cuentas o de mensajes entre propios eEspañoles con el fin de aniquilar al enemigo. Hemos perdido definitivamente el norte y, me temo, nunca vamos a recuperarlo.


Epílogo

No puedo acabar este artículo sin aprovechar para recomendar una lectura para los días festivos que se acercan. Es un libro cortito, sin demasiada profundidad, pero que responde bastante bien a lo que estamos viviendo en eEspaña y en el mundo en general. Su nombre es Allegro ma non troppo, de Carlo Maria Cipolla. Destaca el ensayo “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”, donde se analiza el comportamiento y peligro de los individuos estúpidos en una sociedad.

Resumiendo mucho, según este ensayo cualquier sociedad puede dividirse en cuatro grupos: Inteligentes, incautos, malvados y estúpidos. Los inteligentes buscan el beneficio propio y consiguen también el beneficio ajeno. Los incautos logran el beneficio ajeno a costa de un perjuicio propio. Los malvados se hacen con beneficio propio a través del perjuicio ajeno. En último lugar, las acciones de los estúpidos consiguen el perjuicio ajeno y, además, el perjuicio propio.

Parece recomendable que tratemos de evitar que nuestras acciones nos califiquen como estúpidos.