[OCTO] CARTA EN UNA BOTELLA

Day 1,848, 23:03 Published in Spain Spain by ataskado2


Ochocientostrentaicincomilsetecientosventiocho pasos había caminado desde la frontera.

En el camino no habia encontrado más que un par de riachuelos, un bosque de tamarugos y unos contenedores de basura; pero desde ese punto podía distinguir claramente una irregularidad en el horizonte.

Bastaron un par de millas náuticas, medidas a pulso en el desierto, para saber que lo que ahí había era obra del hombre, quizás abandonada, quizá mi último refugio.



Me acerqué sin prisa, rodeando la ciudadela, en una espiral logarítmica perfecta. Llevaba solamente una cantimplora,un gorro, un bastón y el cuaderno de viajes, guardado en el morral junto a algunos frutos secos.

A unos cien metros pude divisar una señalética que versaba



Mi calzado estaba gastado, agua casi no quedaba en la cantimplora; asi que hundí el vientre, ajusté mi cinturón, y erguido caminé de frente a lo que parecía la entrada a esta ciudad de murallas tan extrañas.

La ciudad no estaba desierta, deambulaban por ella cientos de personas, todos y cada uno descalzos; pero no solo descalzos, también acéfalos.

Les pregunté por el origen de una ciudad tan extraña, respondieron con silencio
Pregunté por la razón de sus cuellos incompletos, respondieron con silencio.
Pregunté por el futuro, el pasado y el presente, respondieron con silencio
Pregunté por el silencio, por la arena de sus relojes; no respondieron.
Y entonces comprendí.

Busqué víveres por todos lados, y cuando al fin hice una pausa descubrí el origen de una ciudad tan extraña; tracé el plano sobre el lomo de mi cuaderno de viajes, sobre la imagen del mosaico en el Palacio de la Alhambra; y entendí.




Comprendí que no hace falta calzado cuando se tienen ocho brazos.
Saqué cuentas y entendí que la cabeza estaba más allá, la de ellos, la mía; porque son exactamente infinitos los brazos de Paul; ni uno más, ni uno menos.



Las personas de la ciudad comenzaron a seguirme con sus rostros sin rostro; yo corrí por días enteros, hasta llegar un puerto viejo; entré de polizón a la primera embarcación en que tuve oportunidad y me lancé a la mar.


A los pocos días naufragamos en medio de una tormenta y al fin supe

















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Derechos reservados sobre todas las imágenes, salvo el original del mozaico; y la imágen octopaulista ya conocida.