¿Publicidad política, o política publicitaria?

Day 1,952, 11:30 Published in Mexico Australia by Avutardo


No termino de acostumbrarme.

Hay pocas cosas a las que no me acostumbre. Y por suerte el clima local es sano y reconstituyente, como el contenido de mi botiquín. Pero aun hay cosas que no asimilo.

Me gusta la discusión política. Disfruto con ella. Hay quien me llama salvaje y retrógado por ello. Supongo que no todos los estómagos digieren del mismo modo el lanzamiento de caca, el aireado de cadáveres, la acusación torticera, el recuerdo a los progenitores o el lapidamiento por deporte.

A mi me sientan genial. No puedo evitar aplaudir cuando hay un buen combate callejero entre dos políticos.

En este tema de la arena política, tengo un problema. Aun no termino de discernir quienes son los más abyectos, quienes los más inmorales, y quienes los más maquiavélicos. Veo lanzamiento de ganchos de izquierda y derecha, un par de llaves, algún que otro sillazo… pero todo muy enfocado al seguidor incondicional. Me pierdo un poco aún.



Por suerte, mientras tanto puedo entretenerme en analizar el ring. Como en estas elecciones al Congreso. Que espectáculo publicitario, que despliegue, que maravilla.

Me deja atónito el uso desmedido del VC por parte de los partidos políticos. O sus afiliados, tanto da. No me gustaría leer la excusa aquella de “no podemos controlar lo que hace tal o cual”. No, sería como cuando le digo al Turco que me robaron y por eso no puedo pagarle la mandanga sicotrópica: inútil, vergonzoso y mentira.

No me entiendan mal. Me choca puramente por el hecho político en si mismo. Es cierto que el Top 5 ha quedado por obra y gracia de Plato como mera publicidad (los más seniles del lugar recordarán como yo cuando se podía acceder a la prensa desde el menú). Pero el sentido de cada voto y comentario que recibe un artículo, más o menos, sigue vigente.

Pausa dramática para que medite que sentido es. No le oigo pensar. Vamos, dele a la rasudera. Quieto, nada de glúteos, deje de pensar en glúteos. Pare. YA.



Vale, ya sigo, que se me dispersa.

El sentido de los votos y comentarios es una retroalimentación con el lector. Te dice si le parece correcto lo que expones. O si le parece que ha merecido la pena, al menos. O incluso te dice que no le parece en absoluto correcto y que deberías ser encerrado en una prisión turca, con un bote de vaselina atado a la espalda.

¿Ve por donde voy? Medite. Ah, por el amor de Dhoo, deje de pensar cochinadas cada vez que suelto la correa. Siga leyendo.

Resulta chocante que un partido político estandar de nuestro país, que promete escuchar y hacer valer la opinión ciudadana, recurra a comprar aplausos. ¿Cómo saben si han acertado en su propuesta? ¿Cómo saben siquiera si ha interesado?

Un momento. Deje el hacha ahí en el suelo. Buen chico. Tranquilo. Lo de partido político estandar de nuestro país es justamente eso, una generalización. Permítame remitirle a los diversos programas publicados estos días, y encuentre alguna diferencia sustancial entre ellos. Efectivamente, mi querido Frente Anarkoholico no se libra del pecado de ser absurdamente genérico y confundible con cualquier otro partido. Algo que es sumamente preocupante.

Especialmente para el resto de partidos.



No sé, llámeme loco pero creo que un poquito de confianza en si mismos no les vendría mal a nuestros partidos políticos. Crear artículos, lanzarlos al juicio público, y esperar a ver si es lo que la gente quiere, escuchando (leyendo) lo que la gente tiene que decir al respecto. Incluso podrían aprovechar para demostrar lo unido y activo que está el partido, con sus integrantes votando y comentando dicho artículo. En plan mitin. Todos allí a piñón. Quizás resulte más enaltecedor ver un artículo con 40 votos y 30 comentarios de afiliados, que uno con 700 votos, y pole, subpole y podio gandallos. Además de consecuente con el espíritu de escuchar a los compatriotas, defender sus opiniones, promover a la novatada, etcétera.

De la forma actual bien pudiera parecer que todo es publicidad, y nada más.

Por otro lado, y para terminar de buscarme mi propia ruina, no vendría mal un poco más de esfuerzo por parte de los lectores aleatorios para mirar no sólo el top, sino todos los artículos. Y dejarse ver por ellos.

Oh, no me sea flojo. Rara vez hay veinte artículos publicados a la vez, y eso significa que al menos la mitad ya llevaban tiempo publicados. No es que sean veinte novedades diarias. Deles un vistazo de vez en cuando, un voto y un comentario, no hace falta que sea largo, aunque se agradecería. Haga un poco el papel de público agradecido. Muestrese con el resto de lectores, para que los articulistas sepan a quien se dirigen.

Así nuestros políticos no dirán que deben comprar aplausos porque nadie les mira.