Estado Crítico

Day 1,505, 12:33 Published in Spain Spain by Warmnuel Palitos El Adjetivo
España está llena de enfermos. Algunos en estado grave, otros con un aspecto no tan deplorable pero aún así tocados… y por suerte, pocos en estado terminal.

El Congreso es uno de ellos. Hay muchos que pensarán que su estado es el de un enfermo terminal, conectado a una de esas máquinas tan ruidosas que lo mantienen con vida, esperando a que un día alguien decida dar el paso definitivo, desconectarlo, y dejar que muera. Los hay también que piensan que su salud es sana y fuerte como un roble (sí, es extraño, pero hay gente que así lo cree; sobre todo entre aquellos que no conocieron otra cosa). Por último quedamos los que opinamos que a pesar de su crítica condición aún puede hacerse algo por sacar del abismo a esta institución. Eso sí, ninguno de los anteriores acierta con las medidas para por un lado acabar de matarlo, por otro “mejorarlo”, o simplemente curarlo.

Es muy triste, ciertamente, para aquellos con más de 6 meses de evida, ver cómo en el Congreso Outgame apenas hay actividad. Hilos de renovaciones de Alianzas, avisos de donaciones (erróneas o no), control de ciudadanías, y poco más. Es decir, pequeñeces que siquiera son propuestas por los congresistas de turno; un gran porcentaje del escaso movimiento que puede observarse viene auspiciado por el propio Gobierno solicitando el mero cumplimiento de las funciones ingame del Congreso. Pocos, o más bien ningún debate referido a nuevas leyes, nuevas iniciativas… y cuando se da la oportunidad a los congresistas de mostrar su gran capacidad dialéctica, de defender sus ideas o las de su partido con uno de esos debates auspiciados por leyes ya existentes que obligan a ser revisadas cada mes (permitidme dudar que si acaso no lo hicieran esos debates tuviesen lugar), podemos encontrarnos con respuestas tan insulsas y vacías de contenido como éstas. Sí, aparentemente todos los congresistas dan su veredicto sobre el tema, diciendo el nivel que creen más adecuado… pero recordemos que el hilo no es una votación. Únicamente dos miembros de la Alta Cámara se dignan a añadir algo a su dudosa aportación. ¿Dónde quedaron los argumentos que fundamentan una u otra opción? ¿Dónde están esas antaño largas disertaciones, que llenaban hilos e hilos del subforo del Congreso?

No hablemos ya del porcentaje de congresistas que se dignan a aparecer por el Foro Unificado para “ocupar su escaño” , pues puede llegar a ser tan irrisorio que las carcajadas o los llantos no nos dejarían llegar hasta el final del artículo. Es más, como dato, a lo largo de toda la pasada legislatura dimitieron un total de 5 congresistas… pero ése alto número de renuncias se ve eclipsado por un hecho sucedido nada más comenzar la legislatura actual: este ciudadano dimitió de su puesto nada más conocerse los resultados oficiales tras el escrutinio electoral de los administradores. Y luego dicen que uno no va al Congreso por la medalla.


                Día normal en el Congreso Outgame.

¿A qué se deben estos síntomas? Bien, algunos lo achacan al mes en el que Ketoner aupó a la Cámara a ciertos personajes, utilizando como trampolín un NEL que siquiera se olió la jugada. Durante cerca de quince días, éstos se dedicaron a divertirse a costa de una debilitada, desprestigiada y aparentemente inútil institución como era el Congreso Outgame por aquel entonces (evidentemente, aún sigue siéndolo), a base de leyes estrambóticas y ridículas (¿quién no se acuerda de la Ley de Gravitación, la Ley de Dignificación del Trabajo del Congresista, o aquella que pudo incluso afectar negativamente al desarrollo económico ingame, la Ley de Regulación del SMI?). Afortunadamente, el cambio de Foro Unificado supuso un giro de 180 grados de la actitud de este grupo conocido como “KetoNEL”, pasando a un interesante aunque no demasiado fructífero (la gran mayoría de los congresistas andaban ya bastante quemados por aquellas fechas) debate sobre las funciones y el funcionamiento del Congreso, que culminó con la aprobación de un nuevo Reglamento. Pese a esto último, y volviendo al hilo del tema que veníamos hablando, son muchas las voces que se alzan alegando que ellos fueron los culpables del deplorable estado actual del Congreso.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la siguiente hornada de congresistas llegaba con unas ganas bárbaras de hacer desaparecer todo lo ocurrido durante la anterior legislatura, y que finalmente poco o nada se hizo. Es cierto que a partir del mes en el que OutSmarter fue Presidente de la Mesa del Congreso (el mes del que hablábamos antes), la actividad ha decaído hasta unos niveles insospechados e inimaginables un año atrás. Pero eso no significa que esta debacle apática fuese causada por ellos, ya que, de hecho, en lo que a movimiento legislativo se refiere, el mes de “KetoNEL” (teniendo en cuenta sólo la parte del mes en la que se pasó a debatir sobre temas interesantes y productivos) ha superado con creces a meses anteriores. Es más, legislaturas en las que la actividad era superior a ésta, eran ampliamente criticadas por el gran público, ya que una parte de ese dinamismo se debía a leyes inservibles, inaplicables en el ámbito del juego, cuya única función era la de coger polvo en la Biblioteca del Congreso para nunca volver a ser recordadas; recordemos, por ejemplo, las non-gratitudes. Sí, algunas de las leyes que se elaboraban resultaban ser útiles, pero en contadas ocasiones. Pese a todo ello, ahora se echa de menos ese pasado en el que el Congreso bullía de actividad, los debates eran debates, los congresistas estaban y el Boletín Parlamentario campaba a sus anchas por la prensa (un apunte curioso: ¿a que no adivináis qué Mesa fue la última que publicó la actividad del Congreso en dicho Boletín?).


            El antes y el ahora del debate político en el Congreso.

Y lo peor de la situación no es que el movimiento en el congreso vaya cada vez a menos; esto podría llegar a comprenderse, e incluso podríamos achacarlo a la desidia general de la comunidad. El problema viene cuando tiene lugar una alineación de los planetas, a un congresista se le cae el café y decide que tiene que hacer algo; de por sí no debería ser una mala noticia, pero… ay, amigos míos, la que viene es buena. Una declaración de Enemigo Natural a Argentina, en contra de toda estrategia de ONE y del mismo Reglamento del Congreso, que sale adelante con una mayoría aplastante… y nadie dijo nada. Eso sí, cuando a alguien le da por plantear una moción de censura al peor presidente de España desde Ramso, ésta no sale rechazada una, ni dos veces, sino que lo hace nada más y nada menos que en tres ocasiones; en las dos primeras se alegó que iba en contra del Reglamento (curioso, ¿cuando se trata de una moción de censura éste se acata religiosamente, y cuando se trata de un EN da igual? ¿o es que los congresistas votan por inercia?), pese a que la segunda se planteó en un momento crítico de la legislatura, y la tercera, que se propuso más que como una moción en sí misma como una manera de dar a entender que presidencia tan nefastas no tienen cabida en España, tampoco salió adelante porque “quedan tres días de legislatura… “. Pero bueno, viendo después las personas que llegan al Congreso con votos de sus partidos “políticos” a pesar de su fama eRepublikana (y que vuelven son reelegidos pese a cosas como ésta); la moción de censura al primer presidente decente en meses que a punto están de ser aprobadas por pataletas de militares expulsados de su puesto por el Gobierno; o propuestas de moción de censura (sí, otra vez) tan serias como ésta, y cito textualmente: “Otro de los motivos seria para blindar Raúl Montesdeoca en el caso de que saliera elegido presidente del egobierno para evitar que las fuerzas reaccionarias se hagan con el control de la democracia sacando al presidente elegido por el pueblo […]”uno se da cuenta de que no se le puede pedir mucho más al Congreso.

Es claro que una institución de tamaña importancia para el buen desarrollo del país debería estar formada por los individuos más inteligentes y capaces de los partidos políticos y de fuera de los mismos. Es evidente que el Congreso, que tiene en su poder el control de todo el presupuesto del Estado, debería ocasionarnos muchos menos quebraderos de cabeza. Es irrebatible que el órgano que ostenta la mayor parte del poder del juego no debería estar plagado de inútiles que apenas conocen la situación internacional o las labores del Gobierno (contando salvadas excepciones, claro). Tener en tu mano la fuerza para decidir sobre el futuro político, militar y económico de un país no debería ser tomado tan a la ligera.


      Por fortuna o por desgracia, el Congreso atesora el poder de decidir la dirección a seguir.

Pero nada de esto ocurre. ¿Por qué? Si conseguimos responder a esta pregunta, tal vez hallemos la manera de salvar al Congreso. Si no somos capaces, por mucho que reorganicemos, renovemos o refundemos esta institución, poco podremos hacer. Si no conseguimos destruir aquello que ha originado este pésimo estado de salud, arrancar de raíz el mal que atenaza al Congreso, de nada servirán todos los proyectos en que nos embarquemos para intentar salvarlo de la muerte.

Mientras tanto, disfruten de su medalla.

             

Y recordad, el secreto para llegar a ser Media Mogul se esconde "bijaaiiin teh muuuusgoo".

             

           
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