La Traición de Plato

Day 2,329, 17:57 Published in Argentina Argentina by Costilla de Cerdo

Sucedió durante aquellos días prístinos en el eRepublik, cuando aún se hablaba tan sólo en inglés y ganar una medalla demandaba años de batalla.

Plato y el Cerdo peleaban codo a codo. Eran veteranos de guerra, hermanos de combate. Compartían las municiones y fumaban la misma marca de cigarrillos. Hasta de vez en cuando se practicaban sexo oral. Se encontraban en plena campaña, enfrentándose a los Serbios. Era un infierno. Cadáveres por todos lados, aves de rapiña sobrevolando el cielo; las balas silbando en el aire. Su batallón, unidad de élite, se aprestó a refugiarse en una colina cercana a un río. El Cerdo podía ver el fuego en los ojos de sus soldados, reconocía su valor. Eran hombres dispuestos a morir.



Plato se marchó al anochecer para realizar un reconocimiento del área. El Chancho cayó dormido antes de su regreso. Pero Plato jamás volvió. Lo único que regresó fue el terror y la muerte.
Plato delató la posición de la unidad al enemigo y sus hombres fueron masacrados mientras dormían. Costilla salvó su vida por fortuna del azar. Al despertar los vio, allí en el suelo, pétreos. Sus soldados eran como sus hijos; y todos estaban perdidos. Gónzalez, Miller, Menéndez… Bueno, francamente se alegró de verlo muerto a Menéndez. Le caía mal.
Posteriormente, mientras devoraba los ojos de Menéndez, un ave de rapiña confesó verlo a Plato… ¡Pactando con el enemigo! A cambio de volverse administrador de eRepublik entregó al batallón.

¡¡Plato mediocre traidor!!

Entonces el Chancho se desgarró sus ropas y mostrando unos pectorales bien aceitados gritó: ¡¡¡PLAAAAAATOOOOOO!!! ¡¡¡ME VENGARÉÉÉÉÉ!!!

Y desde ese entonces el Chancho no ha dejado un sólo día de urdir su venganza.

Hasta hoy.