La línea que separa la fe ciega del patriotismo

Day 676, 07:23 Published in Spain Spain by DMaxwell
Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, y entonces vences.

- Mahatma Gandhi.


Saludos, eConciudadanos.


Ayer fue día de elecciones, cuyos resultados se pueden comprobar aquí. Las elecciones presidenciales serán dentro de otros nueve días, siendo siempre el período entre ambas elecciones un período típico de reflexión política.

Por eso he creído conveniente publicar la traducción de este artículo, de nuevo con el permiso de su autor. Una reflexión sobre las capacidades de liderazgo que son deseables en un presidente, la forma con la que ciudadanos y políticos se relacionan entre sí, y la labor de quienes nos dedicamos a escribir nuestra personal gaceta de opinión.


Viernes, 25 de septiembre de 2009

Siempre que me encuentro con un adversario en el mundo de eRepublik, desde que me opuse al United States Workers' Party cuando era un novato hasta el resurgimiento teócrata en Corea del Sur, pasando por el Partido AFK en su PTO en Bolivia, los incorregibles delegados de la AHA y los titiriteros de PEACE que actualmente siguen gobernando en el Reino Unido; siempre me viene a la mente la venerable cita del gran Mahatma.
Son unas palabras cargadas de aliento, palabras que nos recuerdan que al atreverse a defender las ideas que son importantes para nosotros, siempre existe el riesgo de ser criticado, mofado, ridiculizado, insultado, injuriado y cosas aún peores. Especialmente cuando lo que se propone atenta contra el status quo y desafía una tradición que se acepta con conformidad.

La democracia significa más que votar al candidato de tu elección en un día concreto. La democracia no es un suceso puntual, sino un proceso que ha de ser consciente de sus deberes. Representa el compromiso según el cual uno va a mantenerse firme en su defensa de algo, X sin retroceder un solo paso, según el cual se soportarán los hondazos durante tiempos de vacas flacas y según el cual, valiéndose solamente de una gran firmeza y voluntad para con las ideas que uno está defiendendo, se cambiará el mundo de pasito en pasito.

Dicho proceso necesita que alcemos la voz cuando sentimos que algo que está ocurriendo es ilegal, inmoral, escasamente ético o inhumano; independientemente de quién lo inflige y de quién lo padece. No se trata de una actitud cargada de autosuficiencia, lo cierto es que no hace falta hacer gala de una entereza moral muy grande para poder agarrar y decir: "Oye, creo que te equivocas, por esto, lo otro y lo de más allá, y si no cejas en tu empeño, pensaré en una manera para evitar que lo hagas".
Decir cosas así tiene poco que ver con asumir una posición de superioridad moral, basta con tener el coraje suficiente para no aceptar las cosas sólo porque sean tal y como ya lo son, y sin importar lo asentadas que ya estén.


De todas las cosas que me han sorprendido durante mis experiencias en eRepublik, una de las que más me chocan es la falta de madurez que existe al respecto de las disensiones. Con raras excepciones, prácticamente todas las élites políticas con las que me he cruzado han tratado la crítica o con desprecio, o con sarcasmo adolescente, o con insultos descarados.
Empezando con el expresidente americano Scrabman, que trataba a sus detractores de "muerdetobillos" o "malditos trolls del orto" [N. del T.: Traducciones literales], y acabando con los autoproclamados teócratas, que intentan legitimar el robo de un país entero llamando a sus oponentes "quejicas", así como incluyendo a todo matón y niñato inmaduro de entre medias... La lista de líderes que no pueden soportar crítica alguna es mucho mayor que la lista de los que sí pueden hacerlo.

Ésa es la locura del liderazgo. Es muy sencillo ganar o robar unas elecciones y colocarse a uno mismo como presidente, pero después de recibir el oro y la medallita de turno uno se da cuenta de que las elecciones no eran un concurso de popularida😛 Ahora que se es presidente, toca preocuparse por que las cosas se hagan bien hechas.
He visto a varios presidentes ganar varias elecciones en países diferentes, pero también he visto cómo muchos de esos mismos presidentes precipitan el destastre sobre su país; arruinando su economía, enfrentándose a una guerra sin estar realmente preparados, o condenándose al ostracismo diplomático. Es una lástima, porque sus votantes merecerían que la persona que se encargara de sus problemas fuera algo más que un pelele que está ahí solamente por una medallita.

Hay una línea que separa el patriotismo de la fe ciega. Y no se trata de una línea difusa, sino de una frontera claramente demarcada que todo el mundo puede apreciar. La fe ciega significa la sumisión completa, un acto pasivo; el patriotismo es todo lo contrario, acción osada y descarada.
La fe ciega sigue a un líder a la vez que se arroja junto con el país por un barranco, el patriotismo reconoce a un liderazgo pobre, lo denuncia, e intenta eliminarlo antes de que cause males mayores. La fe ciega dice "amo a mi país, haga o no lo correcto", el patriotismo, "amo a mi país cuando hace lo correcto, y cuando no, lo enderezo hacia el buen camino".


En otro orden de cosas, siempre he sentido un enorme deleite al ver cómo mis adversarios se preocupan y se devanan los sesos por las cosas que escribo en este periódico. He hecho muchos amigos a través de dicho medio, pero mi placer más insano consiste en ver hasta cuán lejos están algunos dispuestos a llegar solo con la esperanza de hacer que me calle. Las respuestas sin sentido, los clichés trillados que alguna vez se han usado para intentar desmontar 1200 de mis palabras, los ultrajes, las burlas, la indignación desatada. Me di una palmadita en la espalda cuando hace poco vi a alguien rebautizar su periódico con el nombre de "El autoproclamado teócrata" [N. del T.: Es la forma que el autor tiene de referirse a los susodichos].
Cuando gente como Harrison Richardson, Dishmcds, GLaDOS, Alix Acklin, y otros tantos, se intentan burlar de mí y desdeñarme, sé que he hecho algo bien, que he apretado los botoncitos apropiados. Esto no quiere decir que no aprecie los comentarios positivos, ¡por supuesto que lo hago! Pero para que un tenga éxito, necesita tener dos clases de público diferentes: Uno que esté de acuerdo con él, y otro que no pueda pensar sino en cerrarle la boca. Vaya donde vaya en el eMundo, en todo país en el que publique el artículo, me encuentro con ambos tipos de público. Y eso significa que voy por el buen camino.

Los más cercanos a mí lo saben bien, y encuentran sus propias formas de mantenerse firmes contra las malas prácticas de dentro de sus propios países y sus propias comunidades.


Realmente, este periódico no busca la abolición de la idea de las superalianzas, aunque sea algo que espero ver antes o después. No habla sobre el honor y la dignidad, incluso siendo conceptos que trato de incluir dentro de todos mis artículos. No habla sobre un cierto país, una cierta comunidad de usuarios luchando por una causa justa, un cierto partido comportándose de forma elitista; aunque pareciera que todos mis artículos hablan de esa clase de países, comunidades y políticos.
Este periódico, con su título y con las metas que se ha impuesto, gira en torno a la idea de construir un mundo y un juego mejor a través del poder de la molestia.

Midas el éxito como lo midas: Por el número de suscriptores, por su influencia política, por los amigos que hice durante mis viajes, por la cantidad de críticas y contraargumentos que se pueden leer en sus respuestas, o mediante cualquier otra rúbrica... Sea como sea, para mí, el hecho de que mis amigos y yo podamos estar orgullosos de lo que hacemos. Mirar a los ojos a cualqueir potentado y decirle que pensamos que está equivocado, resulta tremendamente gratificante y liberador.

Esa gratificación y esa liberación, eso es lo que no solo me permite soportar las críticas negativas, sino además regocijarme en ellas. Porque se es consciente de lo que esas críticas son en realidad.

Y para mí es una prueba de que, como siempre, ese tal Gandhi tenía razón.

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La propiedad intelectual de este artículo pertenece a Arjay Phoenician, director del periódico Grain of Sand. Traducción realizada y revisada por DMaxwell.

All Credit for this article goes to Arjay Phoenician, press director at the Grain of Sand newspaper. Translation carried out and checked by DMaxwell.