Despertar a la eRealidad

Day 1,027, 21:35 Published in Spain Spain by Vokchan

… y eso fue lo que hice, aún no se porque, pero corrí hacia el borde del acantilado y salté con más convicción de la que nunca he tenido en mi evida…

( http://www.erepublik.com/es/article/revelaciones-edivinas-iii--1514244/1/20 )



Esta vez no hubo caída libre y posterior golpe en el sueño y tampoco réplica en el mundo eReal. Cuando empezaba a caer libremente después de haber saltado al vacío un ruido estridente me despertó.
La tensión acumulada involuntariamente para minimizar los daños causados por una caída así se liberó en forma de grito y sacudida espasmódica que casi me tira de la cama.
El ruido estridente resultó ser el timbre de la puerta principal. Me asomé a la ventana para comprobar si era necesario abrir la puerta o podía pasar de hacerlo. Al asomarme ví al cartero esperando en la puerta para que le firmara cualquier cosa. Me puse rápidamente las bermudas que encontré tiradas en el suelo y baje para abrirle la puerta.
Estuve a punto de caerme por las escaleras debido a las prisas y que todavía no estaba despierto del todo y mucho menos recuperado de aquel largo y accidentado sueño. Antes de llegar el cartero volvió a llamar otra vez, parecía que era importante que me entregara aquella carta…
Abrí la puerta lo más rápido que pude y después de los saludos cordiales el cartero me hizo firmar en un par de sitios y me entregó unas cuantas cartas entre las que se encontraba una notificación oficial del dueño del chalet para que lo abandonara en la fecha indicada. Me despedí amablemente del cartero y dejé el resto de cartas sobre la mesa de la cocina mientras leía la notificación. Una semana, solo me quedaba una semana en aquella casa. Ya conocía la fecha exacta desde hacía un mes aproximadamente, pero hasta que no firmé el acuse de recibo de aquella carta no se había hecho oficial… y real.

De nuevo los recuerdos me inundaron la mente y una sensación de pena comenzó a apoderarse de mí. Para evitar que la pena ganara la batalla ya desde por la mañana decidí ojear el resto de la correspondencia en busca de algo que me alegrara el día. Entre facturas, recibos y extractos bancarios, había un par de cartas personales. Una de ellas era de un amigo que hacía tiempo que no veía preguntándome qué tal me iba la vida y cosas así, algo extraño pensé, pues los dos conocemos medios más rápidos que el correo convencional para comunicarnos. La otra carta era aún más intrigante y extraña.




Estaba dirigida a mí pero no aparecía ningún remitente ni dirección de procedencia en el sobre, por lo tanto lo abrí para ver que era. Era una carta de título “Rescate” y firmada por “El AbajoFirmante”. En ella se pedía un rescate algo extraño y más extraño era que quien lo pedía no era el secuestrador, si no la persona secuestrada…

Entonces fue cuando los sueños de aquella noche tomaron algo de sentido. Ya sabía quien era la persona secuestrada y a quien tenía que encontrar y salvar…


( http://www.erepublik.com/es/newspaper/la-pecera-227606/1 )

Lantanique estaba prisionera en algún lugar y me estaba pidiendo ayuda. Ayuda que yo no le podía negar. Es más, estaba dispuesto a pagar el rescate que ella me había sugerido…



Rápidamente y sin perder ni un segundo me vestí adecuadamente y llené una mochila con las cosas más imprescindibles que pudiera necesitar en el viaje para buscar y rescatar a Lantanique. Si bien es verdad que no había dirección del remitente reconocí el matasellos. Lo había visto durante alguna de las expediciones bélicas de mi etapa como miliciano en las FAF.

Ya estaba todo decido y solo me paré un segundo antes de abrir la puerta para irme. No pude reprimir un suspiro imaginado y sospechando que aquella era la última vez que estaría dentro de aquel chalet y una vez fuera mientras cerraba la puerta le pedí al PONteón al completo toda la ayuda que me pudieran conseguir.
La única respuesta que recibí fue una risa de niña divertida dentro de mi cabeza.



El matasellos era de la costa atlántica efrancesa, cerca de la frontera con eEspaña. Llegar hasta allí me tomaría casi un día entero de viajes pues nuestros epaises están en guerra y no se puede viajar directamente entre ellos, hay que “hacer escala” en otro epais neutral en el conflicto. Además yo iba armado por lo que pudiera ocurrir…



Llegué a mi destino más o menos en el tiempo estimado y allí estuve cuatro días preguntando y recopilando información que me pudiera ser de utilidad, pero lo más parecido a una pista del paradero de Lantanique eran rumores sobre un islote fabricado artificialmente no excesivamente lejos de la costa, por alguien con mucho gold y el suficiente poder como para que no le afectasen los cambios de “dueños” de aquella zona ni las periódicas elecciones de los gobernantes de esos “dueños”.
Algunos rumores decían que allí debía vivir algún tipo de eDios o similar pues nadie jamás había conseguido llegar hasta el islote. Otro de los rumores más extendido era el que decía que en el islote habitaba una bestia sobrenatural, un animal casi emitológico que no permitía la llegada hasta aquel lugar.

Yo no terminaba de creerme del todo los rumores pero si que tenía muy presentes aquellos sueños de mi última noche en mi casa Q5 y decidí acercarme hasta aquel islote casi convencido de que era el lugar donde tenía que ir.
En la mañana del quinto día me fui a alquilar una pequeña barca motora y un equipo completo de buceo.




Tomé algunas precauciones, no diciéndole a nadie donde pensaba ir ni que era lo que pensaba hacer con aquel equipo. Ese mismo día antes del mediodía y habiendo comido, salí en la motora en busca del misterioso islote.
Me llevó más de ocho horas de navegación hasta que con el principio del atardecer unos reflejos morados aparecieron sobre la superficie del mar y como si de una señal edivina se tratara tomé ese mismo rumbo llegando hasta lo que parecía que todos me habían descrito como el islote misterioso que andaba buscando.
Paré el motor a la lancha y arroje la pequeña e improvisada ancla que me había fabricado antes de zarpar, dejando la embarcación a una distancia prudencial de la costa, más bien de los acantilados que eran los bordes de aquel pedazo grisáceo de roca. Terminé en poco tiempo de ponerme lo que me faltaba del equipo de buceo y sin perder ni un momento, pues la noche ya estaba muy cerca, me zambullí en las frías aguas eatlánticas. La verdad es que todo lo que aprendí durante mi estancia en la “Flotilla Shurmarina” me estaba siendo muy útil en aquel rescate.




Tras bucear durante lo que me pareció una eternidad llegué hasta el acantilado que hacía de barrera natural para las visitas no deseadas. Me quité el equipo de buceo dejándolo convenientemente escondido de la vista, dejándome el traje de neopreno puesto para protegerme del frío y camuflarme mejor pues era de color negro. Tarde casi la totalidad de la noche en encontrar y recorrer un camino que me llevara hasta la parte mas alta de aquella roca donde supuse que de estar estaría retenida Lantanique.



Esta mañana ha sido cuando por fin he descubierto la localización de la única construcción de este lugar. Lo que parece una única habitación con forma rectangular de paredes acristaladas, pero que no permiten ver el interior, solo reflejan una parte de los rallos de sol. Esta muy bien cuidada y limpia lo que me indica que alguien esta aquí o que viene con bastante frecuencia.

He pasado un rato observando el lugar y los alrededores por si hubiera alguien vigilando, pero hasta ahora no he visto nada. Me voy a acercar, esta decidido…

Según me acerco al edificio de cristales enormes con toda la cautela y el sigilo que puedo reunir y utilizar aparece de detrás de unas rocas a mi derecha un pollo descabezado del mismo tamaño de una persona. Viene violentamente hacia mi aleteando y produciendo un sonido sordo y con eco que parece provenir de su estomago. Es tan asqueroso que me cuesta concentrarme. Pienso rápidamente y consigo recordar antes de que llegue hasta mí que tengo atado a la pierna un cuchillo militar. Lo saco de su funda, lo cojo con firmeza y se lo intento clavar a la horrenda bestia.
El maldito pollo consigue esquivar mis primeros ataques al igual que yo las tentativas que me lanza con las afiladas garras de sus patas. Yo me muevo más deprisa que él y soy más ágil por lo que no tardo demasiado en darle un buen tajo justo debajo de su ala derecha.
El pollo se ha enfurecido a causa de la herida y sus ataques son mas feroces, pero a la vez menos precisos por lo que yo no tengo que estar tan atento a defenderme y esa atención la puedo utilizar para atacarle.
Y así es, en poco mas de dos minutos le he rajado, pinchado y lacerado tantas veces que apenas le queda sangre dentro del cuerpo. La verdad es que mi mano parecía guiada por una mente más acostumbrada a la lucha cuerpo a cuerpo de lo que yo lo estoy en realidad. Al final el pollo descabezado cae fulminado al suelo y yo le arranco una de sus plumas y me la guardo de recuerdo y como trofeo…




Con el guardián del lugar eliminado me dirijo a la puerta que distingo en una de las paredes más pequeñas e intento abrirla sin lograrlo.
Cuando dejo de intentar abrirla distingo una voz femenina que procede del interior pero que apenas oigo. Pego la oreja al cristal de la puerta y me concentro en escuchar lo que sea que dice esa voz:::

- ¡¡¡SOCORROOO!!! ¡¡AYUDAAA!! – es lo primero que distingo. - ¡Soy Lantanique eciudadana eespañola y estoy secuestrada! ¡¡¡AYUDENME POR FAVOOOR!!! -


¡Es ella!, ¡por fin la encontré! Ahora hay que sacarla de ese edificio.
Busco por los alrededores algo que me pueda servir para golpear y romper esos cristales, aunque se que es casi imposible pues se que son blindados. No muy lejos de unas de las esquinas encuentro una barra de acero corrugado algo más larga que mi propio brazo. Perfecto, (pienso) con esto puede que tenga alguna posivilidad.
Regreso a la puerta y oigo de nuevo su voz pidiendo auxilio. Doy unos pequeños golpes en varias zonas cercanas para descubrir que la más frágil es la propia puerta, así que grito con todas mis fuerzas para avisarla:::

- LANTACHAN APARTA DE LA PUERTA QUE VOY A INTENTAR ROMPERLA…

Acto seguido dejo de oír lo gritos de socorro y comienzo a golpear con todas mis fuerzas esta maldita puerta consiguiendo escasos resultados, pero en el último intento he recordado las palabras de Senjou-sama y una fuerza digna de un Golem de piedra se ha apoderado de mis brazos haciendo estallar el vidrio que antes solo estaba levemente agrietado.



Una vez que la puerta esta rota entro dentro de la habitación y sin fijarme en nada más busco a Lantanique que descubro esta agachada y protegida tras un sillón de cuero negro.

- Tranquila Lantachan, ya esta. Soy yo, Vok. Puedes salir, es seguro… - Le digo para tranquilizarla mientras suelto la barra de hierro.
- ¡Oh Vochan gracias que has venido! – Dice ella mientras corre hacia mí. - Lo he pasado fatal aquí encerrada sintiéndome observada…

Y en medio de aquella habitación que en su interior tiene las paredes llenas de paneles gigantescos que proyectan imágenes psicodélicas cambiantes tanto de forma como de color los dos nos fundimos en un tremendo abrazo. Ella comienza a sollozar levemente y yo para prevenir que aquello se convierta en llanto la tranquilizo metiendo una de mis manos entre su largo pelo moreno, acercando su cara a la mía y besándola en los parpados que esconden unos ojos preciosos a punto de inundarse de lagrimas.

Lantanique recuperándose del llanto inminente y aupándose un poco de puntillas busca mi boca con sus labios. Yo se la ofrezco sin trabas y justo en el momento en el que comenzamos a besarnos todas las pantallas cambian a la misma imagen, la de Halesios, ese eDios caído que todavía se cree el dueño de este eMundo.

Comienza a decir unas palabras en francés que yo no entiendo pero por la expresión de su cara y el tono de sus palabras supongo que esta bastante enfadado y creo que nos esta amenazando pero justo en ese momento oigo una vocecilla que le dice algo así como:

- Cállate ya pesado y déjalos en paz,,, que con lo que me ha costado juntarlos… -

Me parece distinguir la voz de Aisaka-sama y justo cuando termina de hablar todas las pantallas se apagan al igual que todos los sistemas eléctricos de dentro de la habitación.

Lantanique me vuelve a mirar sorprendida, ella parece no haber escuchado la vocecilla de la eDiosa. Aún estamos abrazados y nos besamos de nuevo.

- Tenemos que irnos de aquí Lantachan, no creo que sea seguro quedarnos. .- Ella asiente con la cabeza y agarrados salimos de la habitación.

No nos decimos nada en todo el recorrido hasta que llegamos al lugar donde dejé escondido el equipo de buceo. Mientras ella se esta poniendo sus gafas y su tubo para respirar me acerco por su espalda y le susurro al oido:::

- Recuerda que aún me debes unas cerezas de postre,,,










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