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Era una noche fría en el Norte, si es que a eso se le podía llamar frío. El tiempo estaba loco, cada vez parecía que se acercaba el Verano y los maestres continuaban discutiendo si era adecuado o no enviar los cuervos blancos anunciando el cambio de estación. Pero el Norte siempre era poco frío para aquellos que habían viajado tanto, sobretodo por lugares más al norte que cualquiera pudiera imaginar.

La llegada a Villatopo era un buen lugar para descansar y recuperar fuerzas. Pero, sobretodo, para empezar a llevar a cabo el plan… Necesitaría hombres para llevar a cabo un viaje que nunca había emprendido y que solo conocía de oídas y escritos antiguos. Pero también necesitaba recursos únicos que solo se encontraban en latitudes tan lejanas a su objetivo final.

Vio la taberna y entró. Nunca le gustó la taberna de Villatopo, no era hombre que gustase gastar su dinero en prostíbulos fríos y mujeres sin encanto, pero la cerveza que servían allí era de extraordinario sabor en comparación con otras, y de más extraordinario poco precio que en muchos otros pueblos antes de llegar aquí. Pagó una jarra de cerveza y se sentó en una mesa vacía, paciente...

- Veo que sigues bebiendo como siempre, Luwin...

De entre las sombras apareció una figura vestida de negro. De todos sus poros ocultos en la oscuridad de su capa emanaba a gritos su permanencia a la Guardia de la Noche.

- Y veo que sigues sin mostrar tu bonito rostro, Kevan. Venga, siéntate… ¿Que tal están Ben y Alyn?
- Ocupados, como siempre. Lord Ketter se puso muy pesado desde que te fuiste, y de eso ya hace años...

Al mostrar su cara, se veía la gran belleza de Kevan. Belleza interior, pues una gran cicatriz en su rostro le dejó sin su ojo izquierdo.

- En fin, creo que ya sabes por qué estoy aquí. Necesito una respuesta, y espero que positiva…
- La respuesta soy yo. No voy a bromear, tu no vuelves al Muro. En el momento en que te fuiste, te convertiste en un desertor de la Guardia, y esa es la postura oficial que debemos mantener hacia ti...
- Y, sin embargo, me encuentro hablando con mi viejo amigo de la Guardia tan tranquilamente…
- Ya sabes en qué circunstancias te fuiste. Y como te he dicho, esa es la postura oficial. Extraoficialmente, tu no estas ni en este continente. Directamente, no existes… Ni tu ni ninguno de tus acompañantes.
- Kevan, Kevan, Kevan… ¿Te he dicho alguna vez que te quiero?
- Demasiadas, sobretodo a partir de la quinta jarra…
- ¿De verdad? Pues ya llevo seis. Te quiero, Kevan…

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El viaje acaba de empezar! Prepara tu capa y tus armas, pues empezamos dirigiéndonos al Muro! (Y va para largo!)
Para participar, rellena el siguiente formulario: http://goo.gl/forms/C053BZ7cgU
Y recuerda agregarme como amigo!

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