Una vuelta al emundo en 80 libros.

Day 2,609, 09:25 Published in Spain Cuba by Hummungus
No, en serio, el final que puede funcionar es Limònov, después de todas sus aventuras, contando en Facebook si tiene más amigos que Kaspárov

(“Limònov”, Emmanuele Carrère)


Escribo este artículo en parte porque recibí un pm de un ciudadano pidiéndome que le sugiriera libros. El origen de dicho pm estaba en un feed anterior en el que comentaba mis lecturas favoritas del último año. Posteriormente recordé un antiguo proyecto de recopilar las referencias librescas dispersas a lo largo de mi carrera como escritorzuelo a través de varias cuentas y periódicos. No me interesaba tanto mostrar tales referencias como subrayar el modo en que me inspiré en ellas para lograr unos resultados casi siempre informales. Esto es, pretendía demostrar que la cultura de la VR no tiene por qué encajarse de manera forzada en eRepublik ni dar lugar a muermos soporíferos cuando no indescifrables. Retomar aquel propósito me sirve ahora para dar una respuesta más amplia a aquella petición de sugerencias. Ésta petición es atendida también al apuntar relaciones entre el juego y algunas obras que no había mencionado antes en mis periódicos. Otro aliciente para meterse en este berenjenal lo explicaré al final con más detalle y tiene que ver la necesidad de afrontar la disciplina que conlleva un artículo que implica algo de trabajo.



Por otro lado a mi todo esto me sirve para recuperar de mi memoria libros que están detrás de mis letras pero que había olvidado. Esto entra dentro de lo autobiográfico y quizá no vale la pena que me extienda o más bien no estoy en condiciones de hacerlo en la mayoría de los casos. A veces el recuerdo es tan borroso que tengo la sensación de haber vivido otras vidas más que varias etapas de una sola vida. Esto debo solventarlo releyendo algunas cosas, como si fuera poco lo que tengo pendiente. Cuanto más leo más consciente soy de que combatir mi propia ignorancia es una empresa sin fin. No cuenta el puñado de libros que uno ha leído sino los miles que le quedan por leer y no faltarán las veces en las que yo mismo lo reconozca en este artículo. No puedo continuar sin antes subrayar que esto de leer es algo muy personal, que no trato de sentar cátedra, más cuando creo que la gracia está en lo que me queda por descubrir y no en lo que he descubierto hasta ahora.

El artículo es inmenso. Confío en que haya interesados que tengan la paciencia de leerlo de varias veces. Basta con hacerse a la idea de que se trata en realidad de cuatro o cinco artículos publicados de sopetón. Pero prefiero tener sólo un lector de verdad que un puñado que sólo mira por encima. No es necesario leer los apartados de forma consecutiva.


1. El parche en el ojo.

Empecemos por el principio de todo. Creo que el libro que más veces leí de pequeño fue “La isla del tesoro” de R.L. Stevenson. Ha pasado mucho tiempo y apenas recuerdo la historia. Pero a efectos erepublikanos señalo este clásico de aventuras por John Long Silver. Este pirata entra a su manera dentro de una categoría de personajes míticos que los antropólogos denominan trickster o embaucador. En una ocasión establecí una relación entre esta clase de personajes míticos y los trolls. Otro concepto antropológico que les adjudiqué a los trolls genuinos fue el de potlacht: dilapidación suntuaria de la que en principio deviene el señorío, pero que llevada al paroxismo puede tener efectos desastrosos, que van desde el colapso de una cultura en la VR a un desfalco en eR. Cabe imaginar que los piratas rasos al igual que toda marinería también practicaban su potlacht pero despilfarrando el botín una vez llegados a puerto (si es que no lo saqueaban).

Por otro lado se me ocurre ahora que la pista de algunos momios con bruscos cambios de humor tal vez se pierda también en otra obra de Stevenson: “Dr Jekyll y Mr Hyde”. Si de verdad la cocaína inspiró al personaje de Mr Hyde puede encontrarse algunos paralelismos dado el efecto que el juego tiene en la química de los cerebros. Una opción para comprender a los más taimados mosquitas muertas nos la ofrece Oscar Wilde con “El retrato de Dorian Gray”. Éste último me lo leí pero eso fue el siglo pasado, el otro nunca he terminado de leerlo. Me los apunto.

Volviendo a los tricksters. Evidentemente no tengo conocimiento de éstos por inspiración divina. Si no recuerdo mal, la primera referencia que tuve de estas figuras fue en algún pasaje de Marvin Harris de “Introducción a la antropología general”, un mamotreto universitario que -como suele pasar con los manuales de esa índole- no he leído entero. Si disfruté mucho leyendo algunos de sus títulos de divulgación como “Bueno para comer” y “Vacas, cerdos, guerras y brujas”. En ambos libros de bolsillo aparece el tema de la alimentación, no sé si les suena esa temática en mi periódico. Eso no significa que haya trasladado las tesis de Marvin Harris a eRepublik. Si hubo un artículo de la Revista de Occidente que leí una vez por casualidad sobre el simbolismo de las hamburguesas que si puede señalarse como antecedente lejano ¿O quizá éste se encuentre en “Mitologías” de Roland Barthes?

Si hay referencias a las ideas expuestas por el sociólogo Norbert Elias en su clásico “El proceso de la civilización” pero que he conocido sólo por fuentes indirectas. Está claro además que saber que existe “Apocalípticos e Integrados” de Umberto Eco es suficiente para dar pábulo a todo tipo de interpretaciones jocosas sobre cualquier elemento de la cultura. En mis años mozos todavía no conocíamos el cachondeo de Zizek sobre el espíritu de las naciones a través del diseño de sus inodoros. Por su parte el historiador de la economía Carlo Cipolla (este apellido no es coña) nos ofrece dos simulacros humorísticos de ensayo científico en su obra “Allegro ma non troppo”, uno de ellos “Leyes fundamentales de la estupidez humana” sería de gran ayuda si fuese siempre posible fijar el coste y beneficio para cada una de las dos partes que se relacionan en un acto. En todo caso nos ofrece un ejemplo de como podemos fabular erudiciones, filosofías e interpretaciones no sólo en una simulación sino también en la VR.



En el último de los libros citados de Malvin Harris se habla de los “cultos cargo” de los pueblos del Pacífico. No lo había mencionado nunca antes pero estos cultos sirven para comprender un poco la dinámica actual del juego. No puedo expresar con palabras escritas las exclamaciones y risotadas que me produce comparar algunos elementos de este culto con la actitud expectante que las últimas generaciones de jugadores misionarios tienen respecto a los admins. Siempre están esperando regalos caídos del cielo. Otro fenómeno cultural mencionado por Marvin Harris en su manual es el de revitalización cultural que se da en sociedades colonizadas como forma de reacción de los nativos. Creo que fue acertado en su momento tomar prestado ese concepto y aplicarlo a eEspaña para explicar el revival varnishista de otoño de 2009 en una eEspaña cambiada por el babyboom paralelo a la conquista francesa. A través de este concepto podría establecerse paralelismos entre aquel revival y la Santa Lulzada.

Pero una diferencia entre ambos fenómenos es que el contextualismo es esencialmente un octopaulismo sin parafernalia de roleo religioso y el octopaulismo surgió de una reflexión sobre el juego en la que se aplicó un concepto del materialismo histórico -plusvalía- al clickeo entendido como mercancía. Algo muy distinto tanto del roleo varnishista de troles old school como de la típica pataleta que los adictos le dedican cada dos por tres a Plato cuando sospechan el engaño de una droga cada vez más cortada (estos lloros recuerdan a las quejas y regateos que los yonquis tienen con sus camellos en la serie “The Wire”).

He mencionado arriba varios libros del antropólogo Marvin Harris y quizá al lector la antropología le suene a cosa seria. Para romper esquemas diré que uno de los libros más divertidos que he leído el último año es “El antropólogo inocente” en el que Nigel Barley narra de forma muy amena su primer trabajo de campo con una tribu del norte de Camerún. Si no se quiere salir de África el polaco maestro de periodistas Ryszchard Kapuscinski reúne en "Ébano" una serie de artículos que ayudan a comprender la realidad del continente (aprendí bastante sobre Liberia, Ruanda o Somalia). Que yo recuerde a efectos erepublikanos sólo es aprovechable la observación que hace sobre la promoción de los más ineptos entre los nativos en los ejércitos coloniales en vísperas de la descolonización. La estrategia de los mandos europeos habría sido hacerse esenciales en los ejércitos de los estados independizados, finalmente éstos serán mandados por los ineptos que fueron ascendidos y éstos se convertiran en los dictadores del continente. Esto me recuerda a la evolución de algunos cortijos.



Pero si África no les interesa y prefieren divertirse tras leer a Barley pero no tienen a mano un libro de Eduardo Mendoza les recomiendo “La conjura de los necios”. El protagonista es todo un personaje: caradura, gandul, testaduro... inserte aquí el nick que aborrezca y que le recuerde a un cartman tras pasar por la universidad. No cabe ninguna duda de que este hikikomori avant la lettre hoy en día estaría encapsulado en un juego de éstos. Otra opción para las risas es la escatología sin mayores pretensiones que encontramos en “Zonas húmedas” de Charlotte Roche (con el seal of approval de Parbell) Desde luego no es que estos dos últimos libros sean exactamente de antropología pero sirven en todo caso para comprender algunas formas de condición humana.

Antropólogo pero también poeta fue Ted Hughes. Ya lo mencioné una vez junto a otros personajes de la cultura asociados a hechos controvertidos en un poema que escribí por el reseteado del periódico de Saix por los admins. Ese reseteado fue una de las medidas represivas tomadas durante la revolución de marzo de 2011 que marca un antes y un después en el juego. Me da por pensar que los reseteos posteriores obra de jugadores son una repetición ritual de aquel suceso, un signo del zeitgeist. Puesto que el zeitgeist tiene mucho de contabilidad de puntuaciones, tengo que decir antes de que se me olvide que mi anticuantitivismo radical posrevolucionario remite a una lejana lectura de Ernesto Sábato, el ensayo “Hombres y engranajes” (tengo que releerlo, igual que “La llama doble”, un ensayo de Octavio Paz sobre el amor cuyo recuerdo me ayudó a escribir sobre los poemas presentados a un concurso que organicé).

Perdonen estos desvaríos. Como iba diciendo... estamos hablando de los tricksters y aquí Ted Hughes tiene algo que decir con su poemario Cuervo” en el que narra las aventuras de un personaje de este tipo, una divinidad gamberra creada por el autor inspirándose en dioses de nativos norteamericanos. Tenía a este Cuervo, personaje de ficción caprichoso y omnipotente, en mente para inspirarme cuando escribí algunos poemas sagrados del octopaulismo pero hasta hace relativamente poco no pude hacerme con un ejemplar del dicho poemario y en inglés (parece que la edición en español está agotada). Más adelante volveré a hablar de poesía y octopaulismo.



Hay otro cuervo mucho más célebre en la literatura anglosajona, conocido entre los jóvenes por su cameo en los simpsons. Me refiero al del famoso poema de Edgar Allan Poe. Este poema fue parodiado por una de mis multis en un artículo que firmó como Edgar Allan Pollo. Un vago recuerdo de los “Crímenes de la calle Morgue” del mismo autor me llevó a colocar a un primate homicida en el desenlace de mi cuento “Worldzip” como una especie de homenaje a este autor (también contiene una alusión más directa a la tecnología de vigilancia de “1984” de George Orwell). Creo que en otro de mis cuentos, “Manos de santo” es posible que haya una reminiscencia de otra historia de Poe, “El Corazón delator”. Releer los cuentos de Edgar Allan Poe es uno de mis objetivos para 2015. Uno los más célebres es “El escarabajo de oro” de temática pirática como el primer libro que mencioné en este artículo y esto me lleva a terminar por el principio, hablando de piratas porque no puedo dejar de mencionar uno de mis grandes descubrimientos del último año, “Vidas imaginarias” de Marcel Schwob.

Este autor quizá les resulte a veces algo artificioso en algunas de las pequeñas historias que contiene ese libro -de la introducción mejor ni hablo- o tal vez consideren que su preciosismo es anticuado pero ¡Joder! ese tío era un verdadero maestro en la poética de los desenlaces, finales que ganan por knock out como debe ser en los cuentos según decía Julio Cortázar. “Vidas imaginarias” incluye un par de historias de piratas. No puedo hacer spoilers sólo decir que completan el cuadro que he tratado de ilustrar cuando he empezado haciendo de John Long Silver el arquetipo de troll. Pues bien, el reverso del troll, no el momio, sino el troll fallido, el wannabe de la vida o con escasa sesera aparecen en los cuentos de Schwob en sus equivalentes piráticos.


2. Máscaras, mascaritas y poetas.

Lo habíamos dejado con Marcel Schwob. Antes de liarme escribiendo sobre uno de su más célebres admiradores tengo que señalar que otro de sus libros se titula “La cruzada de los niños”. Éste no he tenido oportunidad de leerlo pero no quiero dejar pasar que ese título es también el de la novela corta más conocida como “Matadero 5” de Kurt Vonnegut, un alegato pacifista con disparatados toques de ciencia-ficción. De la lectura de “HhHH” de Laurent Binnet saqué la idea de hacer un artículo que fuese un artículo del propio artículo. Es lo que sucede en el libro de Binnet, se supone que trata sobre el atentado contra Heinrich Himmler, pero termina siendo un libro sobre la fascinación que le causa al autor esa historia y la manera en que tal fascinación afecta a la génesis del propio libro. ¡Es un metalibro! Así que para hacer algo distinto me dije “Muy bien, hagamos un metaartículo” y lo abordé como una ficción en forma de diálogo en la que dos erepublikanos hablan sobre el artículo que uno de ellos quiere escribir. Ese artículo de ficción se basaba en la susodicha novela de Kurt Vonnegut para explicar el funcionamiento de eRepublik.



Normalmente si tengo que decir algo no lo pongo en boca de un personaje, eso me parece más propio de niños que se expresan a través de un amigo imaginario. No me gusta ese truco. No me gusta los personajes de ficción sean paridos para actuar en un púlpito-guiñol, como si el autor tuviera miedo de decir esta boca es mía. Cuando en mis historias hay un aparente mensaje oculto es tan descarado que no hay trampa, y es descarado porque es sabido que yo mismo ya he expresado antes tales ideas de forma explícita. Una manera de evitar usar personajes ficticios como heraldos es degradándolos. Ese fue otro motivo para inspirarse en “Matadero 5”: que el protagonista es un candoroso pero perfecto imbécil. Con ello trataba de reivindicar la figura de los anti-héroes y que mejor anti-héroe que un tonto. Un pánfilo también pero más castizo es el protagonista de una novela de Delibes cuyo título tomé prestado para un artículo satírico que tenía poco que ver con ese libro, “Las guerras de nuestros antepasados” (me burlaba de posibles disputas por denominaciones geográficas que no coinciden con fronteras nacionales).

Tengo simpatía por los parias de ficción pero los autores erepublikanos por lo general tratan que sus protagonistas caigan bien, que no causen ningún conflicto en los lectores. Son guapos, valientes, inteligentes, bondadosos, virtuosos, sin defectos. El lector puede confiar en ellos, comprarles un coche de segunda mano. Se da por hecho que narran las cosas tal cual sucedieron, son perfectos, no hacen nada deplorable, lo saben todo y no tienen intereses o fallos en la memoria. Los feos, los mentirosos, los rencorosos, los engreídos, los cobardes, los tontainas, los tramposos... todos ellos pueden surgir también de nuestra imaginación como narradores en primera persona en una de nuestras historias. O alguien que no cuenta las cosas tal y como fueron y deja que el lector complete lo que sucedió. Los protagonistas no tienen por qué ser versiones mejoradas de nosotros mismos ni la narración un testimonio impecable. Siempre que contamos algo se nos olvidan cosas, en literatura que hay que dejar entrever que se nos olvidan como quien no quiere la cosa. Cuando “El sexto sentido” o “El club de la lucha” forman parte de la cultura cinematográfica de cualquiera no existe razones para hacer del malentendido en vez del realismo y la veracidad el eje de toda la narración. Algo de ésto he intentado meter en mis cuentos, he buscado ficciones totales (nada de remedos de mi experiencia en el juego) y narradores de poca confianza, dudoso encanto o totalmente equivocados.



Matar al padre” no es mi libro preferido de Amelie Nothomb pero resume en pocas páginas lo que he intentado expresar en los últimos dos párrafos acerca de los malentendidos. Seguro que existen otros ejemplos de mayor calidad literaria pero mi ignorancia impide señalarlos. En todo caso la novelita de Nothomb se lee en un periquete y es accesible a todo tipo de lectores. “Biografía del hambre” de la misma autora me hizo pensar en la fijación oral que se remonta a edades tempranas y a veces en eRepublik deviene en parloteo compulsivo. “Quien estudia China estudia la inteligencia” es una afirmación que se me quedó grabada de ese último libro pues el ingenio asociado a la demografía es algo que no volveremos a conocer en eEspaña. No se puede hablar de esta escritora belga sin mencionar la crónica sobre su kafkiano periodo laboral en Japón “Estupor y temblores” (sirva esta referencia para el grupo de jugadores que idealiza la cultura nipona).

Más adelante volveré a hablar de Philip Roth, ahora me gustaría sólo apuntar que en “Me casé con un comunista” nos encontramos con dos personajes que hablan del hermano de uno de ellos, éste ya ha fallecido y es el ídolo de juventud del otro. Empezamos conociendo la imagen idolatrada y poco a poco vemos como van apareciendo claroscuros en el personaje. Me parece genial este choque de versiones, que el narrador dependa de otro que le va aclarando la historia. Por otra parte esta novela complementa muy bien los capitulos dedicados a la época de la caza de brujas de los documentales de Oliver Stone sobre la otra historia de EEUU.

Volvamos otra vez a Marcel Schwob. Éste fue admirado por Borges y aquí tengo que decir algunas cosas. En un artículo sobre la atracción del nihilismo como forma de juego mencioné su relato “las tres versiones de Judas” perteneciente a su libro “Ficciones”. En ese cuento especula con que el mesías sea el vilipendiado Judas en vez de Cristo. Actualmente el mayor exponente del modelo nihilista de juego es Lizan y supongo que a este respecto algunos tendrán el gusto de abrir el libro ya mencionado de Schwob y señalar el relato de la vida del impío pirómano Erostrato, aquel pastor que incendió el templo de Artemisa en Éfeso y cuyo nombre fue prohibido pronunciar por siempre ¿No les suena este interdicto al concepto de nongratitud que se maneja entre algunos jugadores?

Me pregunto si este Erostrato podría ser un personaje de Chuck Palahniuk si éste abordase la ficción histórica. Durante mucho tiempo pensé que el grueso del paisanaje de eRepublik podría encajar en la secta que aparece en una obra de ese autor norteamericano, “Superviviente”. Los integrantes de esa comunidad pequeña son instruidos desde su infancia para llevar a cabo tareas serviles en casas de gente acomodada. Los jugadores empeñados en calcar fenómenos de la VR en eEspaña me hacen recordar otra de las novelas de Pahlaniuk, “Nana”. Ésta no me pareció gran cosa, más bien una broma, pero en ella hace hincapié en como las especies invasoras transformaron los ecosistemas de Norteamérica. Se menciona al fanático de Shakespeare empeñado en llevar a Estados Unidos todas las especies de pájaros que aparecen en las obras del dramaturgo inglés.



Como resultado de esas sueltas de pajarracos acontece una versión plumíferamente perversa del relato borgiano “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” (también de “Ficciones”), en el que un mundo imaginario descrito en una enciclopedia termina sustituyendo al real. Este argumento de Borges pero en un sentido más benigno está implícito en el artículo que titulé “El otro viaje de Gulliver”. En éste que expuse que las humanidades podían funcionar en eRepublik, un mundo nuevo, como aquellos fantasiosos mapas medievales que posteriormente llenaron de significado al Nuevo Mundo. Era la presentación de una sección para una revista proyectada por Franchesco que no acabó de salir. En alguna entrevista menciono “Los viajes de Gulliver” como mi libro favorito. Lo es porque con esta obra aprendí que a veces hay significados ocultos que no son evidentes en el propio texto. Mis viajes favoritos son los que menos salen en las adaptaciones infantiles (el de la isla voladora y el de los caballos sapienciales con los yahoos).

A mi el pavor que produce la máscara amarilla de Lizan me hace pensar en un personaje que aparece en Lovecraft, un sacerdote con un velo amarillo que custodia unas ruinas en medio de un desierto. Este personaje a su vez me recuerda otro que aparece en “Historia Universal de la infamia” de Borges, colección de relatos inspirada en la de Schwob. Se trata de un enigmático gobernante enmascarado que es asesinado por sus seguidores al ser descubierto su desagradable rostro. Con esto no quiero decir que este jugador sea más feo que Picio sino que antes de alcanzar la presidencia ya estaba ahí lo que sería la esencia de sus actos más controvertidos (and then?).

En la misma colección de relatos de Borges figura una historia japonesa de lealtad y venganza que incluye una dosis de enmascaramiento. Quizá la conozcan ya por el Bushido o por la película 47 Ronin. Lo que me interesa es como Oisho, el líder de los conjurados, simula a base de borracheras y putiferios no ser digno samurai y no honrar a su maestro muerto. Quienes van a ser objeto de la venganza al ver tal grado de degradación se confían y bajan la guardia. ¿No les suena a un conejo que se puso la máscara de gnomo para hacer el monguer en los feeds de un partido y terminar como su presidente?

Existen también lecturas asociadas a ese episodio. Una es “El desengaño de internet”, un coñazo de libro repleto de elipsis cuyo propósito principal parece el autobombo del autor para promocionarse en think tanks de EEUU. No recomiendo su lectura pero contiene un dato que me llamó mucho la atención: el uso de juegos online por parte de la República Popular China para adoctrinar a su juventud. Esto me alertó sobre la posibilidad de que grupos de inspiración totalitaria empleasen este interfaz con el mismo propósito. Manual de guerrilla de la comunicación” de la editorial Virus da una idea sobre el poder subversivo de las bufonadas. El documental la doctrina del shock se basa en el libro del mismo nombre de (un equipo encabezado por) Naomi Klein que no he leído todavía. De dicho documental saqué la idea de administrar a la escala de este mundo su propia medicina a los filofascistas.



Borges es también mencionado en un artículo en el que se presentan una serie de aforismos octopaulistas, concretamente a través de sus comentarios acerca de la metáfora en las adivinanzas que aparecen en “Literaturas germánicas medievales”. En el mismo artículo se reconoce una (hipotética) deuda con las greguerías de Gómez de la Serna, con el recuerdo de un ejemplar perdido con poemas del malagueño Pérez Estrada y -ya quisiera yo- el encantador lirismo del malogrado Pedro Casariego Córdoba. Son nombres de poetas a añadir al antes mencionado Ted Hughes. Un poema que aparece al principio de uno de mis artículos es el famoso de Bertold Brecht titulado “Preguntas de un obrero que lee”. En otro hay referencias directas a versos de “Descripción de la mentira” de Antonio Gamoneda, poemario que quizá sea más fácil de conseguir como parte del volumen “Edad” que reune toda su poesía hasta 1986. En este apartado poético tengo que confesar haber sableado un par de rimas al cubano Severo Sarduy simplemente porque tenía un libro suyo a mano (en internet he visto también un poema que le dedica a la sodomía que me recordó a un par de “locas” que viven con nosotros).

El poema de Cernuda sobre los amores de Verlaine y Rimbaud que critica la hipocresía de quienes después de muertos se deshacen en homenajes serviría para quienes hoy nombran a Varnish cuando son precisamente quienes se habrían escandalizado en la época de mayor apogeo del varnishismo etiquetando como acoso su insistente y disparatado troleo (también están los que emplean el calificativo hereje implantado por el roleo religioso sin tener ni repajolera idea de lo que es roleo). El golpe de efecto al final de mi artículo “Las muñecas rusas” está inspirado en un poema de Justo Jorge Padrón (poeta que por lo demás no me gusta en absoluto) en el que describe una serie de defectos y desgracias de unas criaturas que sólo al final del poema se descubren como la especie humana.


3. Cronoespejismos.

Anteriormente he citado a Lovecraft. Ahora tengo que añadir que su faceta colaborativa fue inspiradora a la hora de embarcarnos en las sagradas escrituras del octopaulismo. Últimamente leí o releí la mitad de su obra narrativa. No voy a negarle los méritos que tiene este autor, me parece que su lectura es recomendable en líneas generales (salvando los relatos de mundos oníricos), pero me resultó muy desagradable la xenofobia, la misoginia y toda la moralina de la que hace gala muchas veces (esto último es muy americano). Hay un cuento en concreto especialmente detestable, uno que narra una matanza de elementos subversivos extranjeros como algo necesario para preservar la salud del país. Escrito pocos años después de la Revolución Rusa, parece prefigurar el espíritu maccarthista con treinta años de adelanto a la vez que haría las delicias de cualquier lector racista. Estas fantasías reaccionarias de destrucción de todo lo divergente en una mente propensa a trazar mundos imaginarios me recuerdan el histerismo terminal vivido por cierto filofascista admirador confeso de la serie Fringe y cuyo repertorio periodístico se basaba en una serie de improperios contra extranjeros cuya índole racista pasaba desapercibida como propaganda bélica en este juego de guerra.



Este gusto del facherío por la historia-ficción o historia alternativa aparece también en alguno de los autores fake que son objeto de reseñas en “La literatura nazi en América” de Roberto Bolaño. Este compendio de falsas biografías me hizo pensar en la posibilidad de hacer lo mismo con erepublikanos inexistentes y creo que tuve dos intentos que ahora sólo puedo valorar detrás del más tajante facepalm. Por cierto, el nombre de uno de los personajes que inventé alude al protagonista de “Lolita” de Nabokov, en otro caso era Wu Ming, un pseudónimo derivado del colectivo italiano Luther Blisset que firmó la novela histórica “Q” la cual entusiasmaría a toda clase de tramero. Respecto a la mencionada obra de Bolaño, éste desarrolló el último de sus relatos publicándolo con el título “Estrella distante”. Este libro empieza con una cita de Faulkner que reproduzco en un artículo en el que hago una seria defensa de las multis parlanchinas alegando que Fernando Pessoa engrandeció la literatura portuguesa empleando para ello múltiples personalidades ficticias, lo que nosotros llamaríamos “multis”. En “Estrella distante” un detective que está tratando de localizar a un antiguo militar implicado en la represión pinochetista entrega a un poeta expatriado un fajo de fanzines para que haga de perito literario. Su misión es confirmar si el autor de estos fanzines es quien está buscando el detective. Este argumento me inspiró a la hora de identificar mediante comparación lingüística algunas multis que recordaban a sombrax. La búsqueda de un personaje misterioso es una constante en la obra de Bolaño (un tema que Jorge Volpi también abordó con “En busca de Klingsor”, creo que con menor acierto). Este leit motiv aparece también en la figura de una poetisa de vanguardia en “Los detectives salvajes”, una lectura que nadie debería perderse en sus años de juventud.



En “2666” es el veterano del frente ruso y escritor von Arcimboldi el enigmático personaje que todos quieren identificar. Tendría que volver a leer este libro con el bagaje de otras lecturas posteriores derivadas de mi presidencia de AORA SEMOZ HAMIJOZ. Una de estas es “Kaputt” de Curzio Malaparte en la que aparece el autor epatando cada dos por tres a los nazis con los que se encuentra con frases tales como “los perros también tienen patria, una patria mejor que Alemania”. No pude evitar acordarme de los patriotas de eRepublik al leerla (lo mismo me pasó con el pasaje en el que aparece el líder fascista británico Oswald Mosley como un tonto indolente. Por cierto, la cuñada de éste último escribió un libro de memorias bastante entretenido “Nobles y Rebeldes”). Hay algo que me gusta mucho de ese libro de Malaparte y he intentado meter en algún relato. Esto es, que dentro de la historia algún personaje le narre a otros personajes alguna historia. Otra obra de Bolaño que he citado en eRepublik es “El Tercer Reich”, título que hace referencia a un wargame de tablero al que se juega durante la novela. La tesis de ese artículo es que si hay un juego dentro de una narración que menos que haya una narración dentro de este juego. En el mismo artículo menciono una anécdota sobre la vida de Tom Paine sacada de la biografía “Ciudadano Tom Paine” de Howard Fast que también se nombra en la antedicha novela de Philip Roth.

Más impresionante es otra obra de Howard Fast, “La pasión de Sacco y Vanzetti”. Cuando este autor describe el estado de histeria colectiva en el que se produjo la injusta condena de esos dos inmigrantes anarquistas no puedo sino acordarme de los ramalazos xenófobos de Lovecraft contemporáneo a esos hechos. También Philip Roth tiene su obra de historia alternativa, “Conjura contra América”. Escrita con la forma de unas falsas memorias de la infancia del autor, en este desarrollo histórico Roosevelt pierde las elecciones de 1940 frente a Charles Lindbergh, EEUU no interviene en la II Guerra Mundial y desarrolla una política interna de discriminación antisemita. Aparte de la excelente labor de documentación lo que me impresionó de la historia es el patriotismo inclusivo, basado en los ideales de 1776 y no en términos raciales ni de gloriosas hazañas bélicas. Un tipo de patriotismo que no es precisamente el que profesaría el cliente perfecto de este producto llamado eRepublik, que llama a defender por las armas unos píxeles astutamente identificados con una bandera. Con este tipo de efectivos hay que dar por perdido el módulo político, requiere otra noción de patria.



Sindicato de policía yiddish” de Michael Chabon (este autor también sale en un capítulo de los Simpsons) es una divertida novela de detectives también con elementos de historia alternativa (No existe el estado de Israel y los judíos europeos viven una reserva en Alaska). Al ser éste un nuevo mundo me pareció conveniente mencionar en mi cierzografía esta obra que no calca la realidad como tampoco lo hace el primero de los libros que nombro de Bolaño. En uno de los cuentos de la colección “Jóvenes hombres lobo” de Michael Chabon hay una observación que me he recordado varias veces en eR, algo así como que “técnicamente” es el adverbio de los fracasados. El último de los relatos recuerda a Lovecraft y Palahniuk al descubrir una comunidad hermética que guarda un oscuro secreto. Volviendo a las ficciones de historia alternativa, un precedente lo constituye el cuento “La trama celeste” de Adolfo Bioy Casares que forma parte del volumen “Historias fantásticas” de Alianza Editorial, el cual recomiendo encarecidamente. Reune una serie de cuentos que me hizo comparar las mujeres de Bioy con las vaporosas féminas de Borges. En el cuento un acontecimiento de la antigüedad ha tenido un desenlace distinto y todo el curso histórico posterior ha sido alterado. Mencioné este cuento en un artículo escrito durante el gobierno de Pechorin.

Han aparecido Borges y Bioy Casares, ya tengo entonces el equipo completo, el dueto de antólogos eruditos responsables de uno de los libros más bellos que he leído durante el último año: la breve compilación Cuentos breves y extraordinarios”, otro pequeño monumento de lo que antes ya he denominado desenlace poético: la serendipia y la paradoja, lo cómico y lo trágico del sino. Algo de ésto nos ofrece también Paul Auster en un anecdotario de casualidades (el cuaderno rojo que conozco como parte una excusa para sacarle pasta a sus fans, “Experimentos con la verdad”, aunque al parecer también tiene su propio libro). Mi novela favorita de Auster es “El Palacio de la luna”. Me inspiré en el personaje del padre de Marco Stanley Fogg para el protagonista de un cuento que mandé a Nikola Tesla para un concurso. Creo que un tema recurrente en Auster es el reencuentro, en mi cuento hay un reencuentro con uno mismo. Tengo gratos recuerdos de otras de sus novelas “Leviatán” y “Mr. Vértigo(en esta pensaba cuando en un artículo basado en la película “Como ser John Malkovich” hablaba de versión judeoamericana del realismo mágico). Otros libros suyos los distingo menos, me pasa como las pelis de Woody Allen que al haberlas visto por la misma época me parecen todas la misma.

El país de las últimas cosas” lo leí con mucho fastidio por el tono de melodrama de la narradora. Me resultó familiar la distopía de un mundo en la que todo va desapareciendo. En esta novela se habla de gente que no para de correr hasta que mueren extenuados. Éstos me recuerdan a los jugadores que se implican a saco en el juego, que se vuelven hiperactivos, hasta que llega un momento en que se rompen, explotan de puro cansancio y desaparecen tras el estruendo de su choque contra el suelo. Este libro de Auster fue catalogado por algunos críticos como ciencia ficción. Quizá sea el género que más se adapta a la naturaleza del juego tanto por el carácter provisional de todos sus elementos constitutivos como por lo que tiene de realidad paralela. Me pregunto si ambas características del juego tienen algo que ver con la biografía de sus creadores. Me explico, si éstos vivieron los cambios políticos en Rumanía desde 1989, la caída de un sistema seguida de años convulsos, la aparición de fortunas ligadas a formas no regularizadas de capitalismo, la diferencia entre realidad y versión oficial en cada uno de los regímenes... Alguien que ha sido testigo de todo eso en su propia vida o trata continuamente con quienes lo vivieron fácilmente carecerá de remilgos a la hora de cambiar esto o lo otro de improviso en un mundo virtual. Pensará que somos unos quejicas, que los efectos son una nadería.



En un pasaje de “Limònov”, la biografía de un controvertido literato y político ruso, el autor -Emmanuel Carrére- habla de pasada sobre la caída de Ceaucescu y la que se armó en Rumanía posteriormente, especialmente la movilización de los mineros para “proteger la democracia”. A este respecto Carrère afirma que la situación de aquellos años no difería gran cosa con la vivida bajo el totalitarismo comunista, también con sus sucesores la realidad es suplantada por una versión oficial. Según Carrére esto se encuentra perfectamente descrito en la obra de Philip K. Dick. Por ese motivo se anima a escribir una biografía de ese escritor, Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos”. Para el caso rumano alude concretamente a un cuento en el que la humanidad vive enclaustrada en un mundo subterráneo a salvo de una guerra que se desarrolla en la superficie. O al menos eso es lo que cree la gente pues la guerra hace tiempo que ha terminaron y sólo existe en los medios porque los potentados quieren disfrutar de la superficie ellos solos.

Creo que para eRepublik podemos encontrar mayores coincidencias en otra novela de Philip K. Dick, “Ubik” [ACHTUNG SPOILER]. El concepto de semivivos que puede tener parangón en el de nolifers; que los vivos tengan dificultades en comunicarse con los semivivos; un vestuario pintoresco que el autor atribuye a los personajes del futuro puede recordar por lo risible a modas esperpénticas y endógenas que surgen en este juego y que serían incomprensibles a quien fuese ajeno; unos personajes que son una panda de chiflados (igual que muchos de nosotros somos unos freaks); que haya que pagar por todo insertando monedas incluso para hacer funcionar los electrodomésticos parece anticipar todo este rollo premium del pay per play; que el mundo en que se ven atrapados vaya degradándose y cada uno de sus elementos involucione a una forma más primitiva; que tal mundo sea obra de una mente perversa de tipo infantiloide y que este personaje sea una especie de vampiro psíquico que se alimenta de almas (aquí podríamos pensar en Plato o en quien diseña este tinglado, yo lo llamo de otra manera). El ubik que detiene la degradación física es anunciado como toda clase de productos al principio de cada capítulo, es la realidad cotidiana que se resiste a desaparecer frente al simulacro.



¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, trasladado al cine como una especie de noir futurista (Blade Runner), es otra novela de Philip K. Dick que presenta una serie de elementos próximos a eRepublik, precisamente aquellos que son descartados por Ridley Scott. A saber: la verborrea imparable del Amigo Buster en la televisión, la experiencia masoquista de la religión mercerista a través de las cajas empáticas, los suburbios vacíos a merced de fuerzas entrópicas que en la novela se llaman kippel, los androides que no saben que lo son. Todos estos puntos dan para todo un artículo de analogías entre la novela y eRepublik y eso que descarto el culto a los ejemplares únicos de animales que podría relacionarse con las formas de totemismo (oveja, rana, tucán, toro, conejo) aunque sólo supongan una transformación inversa a la de “La isla del doctor Moreau” de H.G. Wells con idéntico desenlace, aunque a manos de los humanos, de lo peor de los humanos.

El Amigo Buster presenta un talk show que se emite ininterrumpidamente en la tele y me recuerda a aquellos adictos al módulo de prensa que llegan a una fase definida por publicar cualquier cosa con tal de estar siempre presentes en el latest list. El mercerismo es una religión cuyo sacramento consiste en el uso de la caja empática para revivir al mismo tiempo que los demás creyentes algo que podríamos llamar la Pasión de Mercer, una escena en la que este personaje, un anciano que me imagino a medio camino entre Johnny Cash y el reverendo Kane asciende una montaña mientras el lapidado por manos invisibles. Aquí el mercerismo copia el ritual del respetismo (ideología muy en boga en eEspaña) pues reclama una especie de comunión y dignidad a través del sufrimiento. Los suburbios vacíos es este país que se vacía porque los jugadores huyen igual que los habitantes más sanos de la Tierra huyen a Marte, entra entonces en acción la entropía en la forma de kippel. Los androides que ignoran que lo son son esos jugadores robotizados a base de misiones.


4. Ni tan blanco ni tan rojo.

Castellio contra Calvino” es lo mejor que he leído hasta el momento de Stefan Zweig, una defensa a ultranza de la tolerancia frente a la intransigencia homicida. A más de que le vendría bien echarle un vistazo mucho me temo que su configuración cerebral le impedirá captar el mensaje. La actitud más cómoda es ser esclavo de la dicotomía que aporta soluciones fáciles para todo. Así cunde el bicromatismo, la reducción de todo a blanco o negro. El mundo es más complejo y los bandos en liza a veces sólo existen en la imaginación de algunos, me refiero a los que se proclaman azules y esconden sus vergüenzas llamando rojo a cualquiera que les contradiga. Tiene que ser rojo por fuerza. Pero la historia les contradice, ha dejado múltiples pruebas que rompen el falso dogma del maniqueísmo paranoico y oportunista. Entre los fachas de eRepublik no tienen reparo en citar a Churchill cuando éste al final de la guerra civil se manifestaba a favor del bando republicano (por motivos geoestratégicos es verdad). Del mismo modo hablan de totalitarismos para referirse a los demás porque lo han leído en los pelos del ombligo. Rápidamente etiquetan como extrema izquierda o como subproducto bienquedista de la transición a todo aquel que les lleve la contraria. Ésto es una distorsión de la realidad a la medida de sus fantasmas y un delirio que los hace vivir en la guerra fría todavía en 2015 y soñar con la red gladio y la organización gehlen.



No nos hayamos frente a peligrosos bolcheviques cuando leemos los escritos de judíos conservadores que lucharon en el bando del káiser o del emperador austriaco en la guerra de 1914 (Victor Klemperer en su diario y Joseph Roth en La filial del infierno en la tierra”), cuando uno lee El mundo de ayer” de Zweig, conservador aunque pacifista en la primera guerra mundial (condición que luego le permite visitar la URSS y sacar mala impresión). Todos ellos dan un testimonio escalofriante de lo que es el nazismo, no hace falta llegar a las políticas de exterminio para ver que se trata de un régimen infame de naturaleza repugnante para cualquier persona de bien. Pero no digas nada que se inventan que eres nieto de republicanos, guardián del gulag y responsable de la desastre ecológica del mar de Aral. Por esa regla de tres el abuelo de Thomas Mann también luchó en la guerra civil y fue ejecutado por Franco. “Memorias de un alemán” pertenece a esta clase de escritos de autores alemanes conservadores contrarios al nazismo (cité una tesis de este libro que asocia el auge de los deportes en Alemania con la derrota de 191😎. Más adelante su autor, Sebastian Haffner, viraría hacia las tesis de los grupos de 1968. Este autor también escribe “Anotaciones sobre Hitler”. Sugiere que Hitler sabe que ha perdido con la entrada de EEUU en el conflicto y sólo lo prolonga para llevar a cabo la solución final.

Hans Magnus Enzensberger por su parte hace una biografía de un notable general prusiano con “Hammerstein o el tesón”, de un militar conservador que vio con malos ojos el ascenso de los nazis pero no actuó en consecuencia para evitar una guerra civil. De haber mostrado su oposición a las claras habría tenido la misma suerte que su amigo Schleicher en la noche de los cuchillos largos. De no haber muerto antes quizá habría formado parte de la Operación Valquiria como alguno de sus hijos. De la lectura de este libro y del tomo de Richard J. Evans “La llegada del Tercer Reich: el ascenso de los nazis al Poder” uno concluye que el partido comunista alemán eran unos mierdas más ocupados en intrigas internas y en dorarle la píldora al tito José que en parar el ascenso del fascismo. Conclusiones parecidas extrae uno para el caso español de “Homenaje a Cataluña” de George Orwell. Y es que ya en 1928 el periodista español Manuel Chaves Nogales en “La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia Roja” nos habla del pragmatismo del régimen, de como Stalin está modelando a su gusto la clase dirigente reprimiendo a los simpatizantes de Troski y de como los trabajadores de los campos petrolíferos del Cáucaso son explotados de la misma manera que bajo un régimen capitalista. Todas estas críticas del liberal Chaves Nogales las consigno para seguidamente destacar que fue antifascista y al mismo tiempo criticó los excesos en el campo republicano. Así que no hay que ser la Pasionaria para aborrecer a los fachas. Si casi nadie se mete con el PCeE es porque todo el mundo sabe que es el parvulario del amigo siddy, si nadie se mete con Xiosif pese a que Stalin fue un genocida es porque está claro que hace una parodia y nadie dice que “Martinez el Facha” del jueves es propaganda fascista. El que no lo entiende es un pedazo de carne... digo de bilis con ojos.



Sobre la guerra civil lo último que he leído es el “Laberinto Español” de Gerard Brenan. Lo único que diré es que es sumamente interesante ver como una persona culta de otro país trata de comprender la historia de España y el carácter de los españoles (en su diversidad), como hace observaciones desde los márgenes, algunas de una gran lucidez y que siguen siendo todavía válidas. Respecto al nazismo la obra historiográfica de Richard J. Evans arriba citada no tiene desperdicio y al verla citada en otros libros parece ser una obra de referencia. Se remonta al siglo XIX para encontrar los orígenes del nazismo. Como apunte curioso sólo señalaré que el antisemitismo moderno en Alemania fue obra de alguien con antecedentes como timador ¿Les suena esto en eRepublik? Obras menores de temática similar son la biografía que Katrin Himmler hace de la familia cuyo apellido lleva (es sobrina nieta del Reichsführer de las SS), “Los hermanos Himmler”; o también “Las Arpías de Hitler” de Wendy Lower que expone casos que considera paradigmáticos de la implicación de miles de mujeres en el horror nazi.

Más consistente es el libro de Anthony Beevor “Berlín. La caída”, su lectura hace innecesario ver “El hundimiento”, pero lo mejor de todo es la cantidad de fuentes y testigos consultados. “El nazi perfecto” de Martin Davidson es una reconstrucción de los antecedentes de su abuelo alemán, el autor finalmente descubre que había sido un importante oficial del SD. Del jerarca nazi al mando de esta organización también existe una documentada biografía “Heydrich. El verdugo de Hitler” por Robert Gerwarth que nos lo pinta como un despiadado oportunista. Mejor parado ha salido Albert Speer, el cual escribió unas “Memorias” cuyo colofón lo forman las medidas que toma para evitar que se cumpla la voluntad de Hitler de castigar a su propio pueblo destruyendo todas las infraestructuras vitales una vez que ve perdida la guerra. Son todos libros que dejan constancia de como una panda de aventureros impulsados por la frustración y el odio aprovecharon un momento de profunda crisis para hacerse con el poder y llevar la destrucción a casi toda Europa.

Hay quien ha tratado de tomarse con humor la figura de Hitler y así lo vemos en la película “Los productores”. En el plano literario tenemos la sátira a propósito de su retorno a la Alemania actual escrita por Timur Vermes “Ha vuelto”. Tiene toda la pinta de estar muy bien documentada. Las situaciones hilarantes que describe no han sentado bien en algunos sectores de la RFA. Se teme que se pueda banalizar con el horror. Creo que el humor no está de más y que por si sólo no distorsiona los hechos. Lo que los distorsiona es la ignorancia y de ésta no tiene culpa el humorista o el escritor satírico. Que mis amigos fachas de eRepublik no aceptan la parodia porque lo suyo es tomarse a pecho el calco literal de unas ideas de la VR es evidente. Aunque a priori tiendo a pensar que el humor es subversivo, tendré que poner esta idea en cuarentena hasta que me lea el libro que ha escrito sobre el humor bajo el nazismo Rudolph Herzog (hijo del cineasta).

Norman Mailer en ”El Castillo en el Bosque” trata de novelar la infancia de Hitler y lo sitúa en una estirpe de incestuosos. Al igual que en otras obras de este autor como “El fantasma de Harlot” y “Los tipos duros no bailan” aparece una figura paternal que marca a fuego la personalidad del protagonista. Esta precuela literaria del monstruo se la recomendaría a mi némesis espaugyli simplemente por ser éste el que etiquetó a los contextualistas como coincestualistas. Entiendo que quizá que no podía olvidarse del mentor de su ídolo. Intuyo que Mailer (y también Philip Roth aunque éste pone bastante bien a Ribbentrop) se documentaron mucho mejor que Philip K. Dick al escribir “El hombre en el castillo” una novela de historia alternativa en la que EEUU ha perdido la guerra y los sucesores de Hitler mandan en medio planeta. El papel que tiene el I Ching en la trama es lo más destacable pero tenía que citar el libro para zanjar este tema por un juego de reflejos. ¿Lo habré zanjado? Tendré que consultar el I Ching para saberlo.



He dedicado varios párrafos sugerir a los renacuajos filofascistas publicaciones que no sean de Sven Hassel. Que no se preocupen ellos por mi que por lo pronto también tengo “Koba el temible” de Martin Amis en mi lista. No son estos simpáticos y solemnes lenguaraces las únicas no tan viejas amistades a las que recomendaría unos libros en concreto. Ahora estoy pensando en títulos como Algo supuestamente divertido que jamás volvería hacer” de David Foster Wallace o “El planeta americano” de Vicente Verdú. El primero cuenta de forma bastante irónica la experiencia de un crucero por el Caribe y el segundo es un análisis de distintas características de la sociedad de EEUU. Tendría que leerlos de nuevo, sobre todo el segundo. El primero me da miedo leerlo otra vez porque David Foster Wallace coge a uno y lo hace papilla con su descripción de las cosas. Si Medusa lo hubiese leído no nos habría contado del mismo modo su crucero por el Báltico o quizá si, quien sabe. Me acordé del libro cuando leí su artículo. El ensayo de Vicente Verdú puede servir para completar la versión de Michael Moore sobre la historia de EEUU que tanto ha cundido, como se pudo ver con ocasión del último amago de Spam Wars. Aunque difiere de éste activista en la cuestión de las armas de fuego resulta también muy ilustrador el relato que nos hace Joe Bageant en “Crónicas de la América profunda”.

Que conste que anteriormente he elogiado los ideales democráticos de un par de escritores de EEUU, pero ya que hablamos de la peculiar idiosincrasia de sus gentes tengo entendido que esta está reflejada en la obra de Flannery O'Connor. He leído sólo un par de cuentos. Hay uno de una solterona que se encierra en el cuarto de su pensión y empieza a escribir en su máquina de escribir algo que parece épica romántica y social, matrimonio humilde que afronta dificultades y de forma paulatina va identificándose cada vez más con el personaje femenino hasta que se mete en el cuento y habla con sus personajes. Jejeje reconozco que me recordó a cierta señora de edad similar que juega con nosotros (no es quien ustedes piensan) pero luego pensé que siendo honestos esta confusión entre lo real y lo virtual está en la base del juego. Le puede pasar a cualquiera. En un libro de cuentos que alcanzó el status de best seller, “Crímenes”, del abogado alemán Ferdinand von Schirach, encontramos un personaje de origen griego que está convencido de ser finlandés tras haber sufrido un traumatismo craneoencefálico. En eRepublik no nos hemos dado ningún golpe en la cabeza pero si tenemos la pedrada de creernos demasiado lo de ser eespañoles (nótese la doble e). ¿Pero acaso no somos compatriotas de aquel hidalgo que se creyó vivir sus novelas de caballería? En todo caso la fatal atracción que finalmente ejerce el juego me lleva al principio del epígrafe y a una obra de Stefan Zweig.

Me refiero a “Novela de ajedrez”. No se me ocurre obra literaria que refleje mejor el descontrol del nolifer. Es altamente recomendable para jugadores que retornan tras una prolongada ausencia. [ACHTUNG SPOILER] La acción se sitúa en un barco con rumbo hacia América, entre el pasaje se encuentra un ajedrecista de fama mundial. También viaja un potentado aficionado al ajedrez que no quiere dejar pasar la oportunidad de enfrentarse al maestro. Con tal fin le paga una importante suma a fin de jugar una partida. Está clara la abismal diferencia entre los oponentes y se acepta que el amateur cuente con la ayuda de otros pasajeros amantes del ajedrez. Sorprendentemente llegan a tablas en el último momento gracias a la intervención de un pasajero misterioso que hasta entonces había permanecido ajeno a la partida. ¿Quien es este enigmático virtuoso del tablero? El narrador se le acerca, entablan conversación y así conocemos su historia. Se trata de un abogado que huye de Austria tras haber estado preso por los nazis durante una temporada. Le cuenta al otro que privado de todo contacto con el exterior, en la soledad de su habitación, ocupó su cabeza en operaciones matemáticas y que más tarde le roba a uno de sus carceleros un libro de ajedrez y empieza a jugar partidas contra si mismo en su mente. Tomándoselo cada vez más en serio hasta llegar a convertirse en una máquina de pura obsesión. No tenía otra alternativa pues tal era su método para aguantar la presión de los interrogadores nazis. Cuando éstos se convencen de que no tiene la información que buscan lo liberan hecho una piltrafa de tanta energía que ha volcado en el ajedrez. Tarda un tiempo en recuperarse antes de lograr escapar al extranjero con la vista puesta en cruzar el charco. Ha intentado evitar todo contacto con el ajedrez hasta que encuentra a los pasajeros jugando contra el gran maestro de fama mundial. El ricachón le convence para que juegue otra partida contra Mirko Czentovič, que así se llama el repelente campeón. Y esa será su perdición pues al terminar éste le pide la revancha y el acepta con lo que ha recaído en la obsesión enfermiza que casi acaba con él.



¿No están claros los paralelismos? El escapismo descontrolado pero necesario en una situación adversa, la soledad absoluta, la brutalidad del oponente... como todo ello tumba incluso a una persona sensible como nuestro anti-héroe. Parece que Zweig trata de representar como el asco que le produce el nazismo llega a contaminar su propio espíritu por más que ponga tierra y mar de por medio. El nolifer se despide una y otra vez, hace tabula rasa, pero no puede evitar enredarse de nuevo a poco que reciba el más mínimo estímulo (por banal y grosero que sea) procedente del juego. Su configuración neuronal ha sido modificada igual que le sucede al Dr. B. durante su confinamiento. Es una narración que anticipa la adicción a los juegos de navegador como algo que podría afectar a cualquiera. Y ahora cuando, antes de pasar al último epígrafe, me gustaría justificar la cita con la que he abierto el artículo, reproduce algo que le dice su hijo a Emmanuel Carrère cuando conversan sobre la mejor manera de terminar la biografía de Limonov. No coincido en experiencia vital con ese personaje pero la cita me parece de lo más idónea (además nombra Kasparov y lo último que tratamos fue una partida de ajedrez).

¿Se imaginan que después de dedicarle más de diez días a este artículo y después de haber leído casi todos los libros que he mencionado... se imaginan que al final todo lo que me importa es si ustedes me votan más o menos este artículo? Que piensen eso entra dentro de lo plausible y esa deformación de las prioridades para reducirlo todo a un número, esas endorfinas pendientes de una puntuación para explotar en el alambique de las neuronas, todo eso tomado como algo natural es lo más triste. Me he tomado mi tiempo para redactar esto como terapia contra la impulsividad e impaciencia que son tan características de esta adicción. He pensado en el personaje de Zweig desde que leí esa novela corta, en su descontrol y me queda cada vez más claro que eRepublik no tiene nada que ver con escribir o leer. Para acercarme a algo más parecido la escritura he bajado la marcha, he buscado un tema cuyo desarrollo implicase lentitud, parsimonia. Es una experiencia que recomiendo a los asiduos al módulo de prensa que tengan inquietudes literarias.




5. Sólo unas recomendaciones.

En este capítulo final me limitaré a presentar una lista de los que considero más recomendables entre los libros que he citado añadiendo otros que no había nombrado al tener un difícil encaje en el hilo conductor del texto. Faltan referencias esenciales, interesantes o divertidas porque todavía no las he leído o porque ya las he olvidado por completo (hay una excepción porque todavía me acuerdo de tanto que me reí y otra de compromiso, el volumen de Lovecraft). Trataré de adecuar la lista a la edad media de los lectores y mezclará clásicos con best sellers con tal de que me hayan divertido o piense que son de interés. Doy prioridad a lo que haya leído durante los dos últimos años. Me ahorro los libros de poesía pues entiendo que la gente no los lee sino que los hojea y me parece por eso suficiente remitirme desde ahora a antologías de los poetas mencionados en el artículo. Por último quiero aprovechar para agradecerles recomendaciones y aceptar tirones de oreja por no haber leído ésto o aquello. Antes de pasar a la lista quiero agradecer a Selenios y Leogar por sus recomendaciones de libros de Philip K. Dick y a Dark Elmo por recomendarme “Galveston” de Nick Pizzolatto. Éste último es uno de los mejores libros que he leído últimamente, una novela negra con personajes perseguidos por la mala suerte y en la que al final nadie come perdices. Sea esta mi primera recomendación. Los otros son:

-Los detectives salvajes. Roberto Bolaño.

-El aleph. Jorge Luis Borges.

-Ubik. Philip K. Dick.

-Estupor y temblores. Amelie Nothomb.

-Hammerstein o el tesón. Hans Magnus Enzensberger.

-El palacio de la luna. Paul Auster.

-La vida sexual de Catherine M. Catherine Millet.

-Cuentos breves y extraordinarios. Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.

-Historias fantásticas. Adolfo Bioy Casares (antología de Alianza Editorial)

-Cien años de soledad. Gabriel García Márquez.

-Los mitos de Cthulhu. H.P. Lovecraft y otros autores.

-La isla del tesoro. Robert Louis Stevenson.

-Los viajes de Gulliver. Jonathan Swift.

-Bueno para comer. Marvin Harris.

-El antropólogo inocente. Nigel Barley.

-Homenaje a Cataluña. George Orwell.

-El laberinto español. Gerald Brenan.

-Crímenes. Ferdinand von Schirach.

-Conjura contra América. Philip Roth.

-Vidas imaginarias. Marcel Schwob.

-Castellio contra Calvino. Stefan Zweig.

-Memorias de un alemán. Sebastian Haffner.

-Limònov. Emmanuele Carrére.

-Mi vida en rose. David Sedaris.

-HhHH. Laurent Binnet.

-El nazi perfecto. Martin Davidson.

-La pasión de Sacco y Vanzetti. Howard Fast.

-Jóvenes y rebeldes. Jennifer Mitford.

-Superviviente. Chuck Palahniuk

-La conjura de los necios. John Kennedy Toole.

-El planeta americano. Vicente Verdú.



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