Un día eRepublikano...

Day 1,003, 11:08 Published in Spain Spain by Siko Mojt

El campesino se secó el sudor de la frente mientras continuaba segando. Era un día especialmente bochornoso, el cielo amenazaba tormenta, pero el calor era asfixiante. Ya solo deseaba que rompiera a llover para refrescarse. Quizás el patrón les diera el resto del día libre.

Pasaron las horas y el día seguía oscuro y caluroso. En los altavoces que estaban repartidos por los campos sonó una gastada grabación de un campanario, dando la hora. Ya había terminado. Cargó lo que había recogido en la carretilla y se dirigió al granero. En la puerta, una mujer alta y de aspecto ridículamente pulcro se despedía de los trabajadores dándoles el salario en mano mientras apuntaba sus nombres y sus producciones en una carpetilla.
Aquella idiota se pasaba el día en la puerta del granero, con su traje de chaqueta y sus tacones.
El campesino dio su nombre y recogió su paga sin mirarle a los ojos.

Ahora tenía cita en el campo de atletismo. Luego una duchita y se pasaría un rato por la biblioteca antes de ir a dar una vuelta por el barrio. Estaba seguro de que tenía a su vecina a punto de caramelo, todos los días hacían algo juntos al acabar la tarde. Era cuestión de tiempo que la invitara a pasar a casa y...Sonrió para sí imaginándolo.
Cuando volvía a casa después de pasar por el SPA, se paró a comer algo en una cafetería, para recuperar fuerzas, y, ya que estaba, se conectó a la Red de Guerra para combatir.

Los combates en la Red de Guerra eran batallas simuladas en las que ciudadanos de todo el mundo podían participar desde sus países. Funcionaban a un nivel cerebral tan complejo que la extenuación de la batalla cruzaba la frontera de lo virtual y llegaba al plano físico. Por suerte, el campesino era perro viejo y se las ingenió para ganar algunos puntos sin perder la vida. La alarma de su reloj le indicó que era ya bastante tarde. Apagó su conexión y se fue para casa.

Por fin, había empezado a llover. El campesino dejó que el agua le mojara mientras caminaba tranquilamente hacía el hogar. Mañana sería otro día...trabajaría, entrenaría, estudiaría...quizás, pensaba, mañana fuese especial, tenía esperanzas de que algo cambiara, de que su vida diera un vuelco.

Quizás mañana se tirase a la vecina.