Tecnocracia, ideología y continuismo

Day 710, 13:23 Published in Spain Spain by Pepu
A raíz de la creación de un nuevo partido por parte de Sharpblade (¡toda la suerte del mundo compañero!) y del debate de identidad que estamos teniendo en Proyecto Fénix he empezado a pensar que España está caminando hacia un camino demasiado peligroso y, en cierto, modo con un gran déficit democrático.


Tecnocracia

Hace no tanto, la tecnocracia era un concepto concentrado en torno a algunos grupos, concretamente CyD como partido y Proyecto Fénix como proyecto. La tecnocracia no es un concepto ni bueno, ni malo. Todo depende de los ojos que lo evalúen, al igual que otros conceptos político-económicos como el comunismo, el capitalismo, la socialdemocracia o el liberalismo. El déficit democrático llega cuando todos los grupos políticos de una sociedad defienden un mismo concepto sin que la población pueda elegir otras opciones alternativas. España se encuentra ahora mismo sumida (salvo contadas excepciones) en un preocupante estado de totalitarismo plural no buscado, entendiendo como tal un conjunto de opciones de poder demasiado similares entre sí que ciñen en exceso el espectro de posibilidades de los votantes.

Este abuso generalizado de la tecnocracia está provocando equipos de Gobierno repetitivos, programas siempre continuistas y en muchos casos vacío de ideas reales. Llevamos muchos meses viendo listas de izquierdas con mucha gente de derechas y viceversa. No es malo que esta opción exista, pero sí que es tremendamente perjudicial que ésta sea casi la única tónica. Soy un firme defensor de la tecnocracia, pero este concepto no debe imponerse como obligatorio.

Otro tema es el uso que se hace de ese concepto. ¿Es una convicción real de que la pluralidad es buena dentro de un gobierno, o un intento de acercar potenciales votantes al poner ministros de otros partidos? ¿Es una ideología o una táctica? ¿Confían y conocer los candidatos a la presidencia a sus potenciales ministros? Creo que en algunos casos no.


Ideología

Tremendamente unido a este concepto está la ausencia de ideologías. Lo único que diferencia últimamente a unas candidaturas de otras es el nombre de su candidato. ¿Dónde ha quedado la Izquierda de IDE? ¿Dónde el Liberal de NEL? ¿Dónde el Internacionalista del BOI? Que nadie lo entienda como un ataque personal. En Proyecto Fénix también estamos perdiendo poco a poco nuestra esencia. Me da pena acudir a las urnas cada mes y ver que las opciones están tan solapadas que la decisión es casi innecesaria. El día 6 todo va a ser igual, gane X o gane Y.

Soy de los que siempre ha creído que extrapolar políticas de la vida real a eRepublik era nocivo y absurdo, pero casi las echo de menos. ¿Somos incapaces de crear nichos ideológicos distintos? Vale que el juego tampoco da demasiadas posibilidades, pero deberíamos ser capaces de hacerlo. Quizá mi problema es que soy un momio de los que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor. Le dejo a Ardacho que lo evalúe.


Continuismo

Por otro lado nos encontramos con el continuismo como máxima política sagrada e intocable. Todo programa político en los últimos meses se basa principalmente en continuar con la labor de su antecesor (sea del partido que sea) añadiendo algún concepto innovador aislado que llame la atención del votante. Muchas veces pienso que el presidente de España es como el de un trabajador de una cadena de montaje: se ponga a quien se ponga va a hacer más o menos lo mismo con un producto final casi idéntico. Es como un desfile por el que van pasando ilustres políticos para realizar una labor casi igual a la de su antecesor y a la de su predecesor.





Igual soy yo el raro y todo funciona como la seda y como a todo al mundo le gusta. Pero esta es mi impresión de la política actual española, una política estancada, conformista y, como he explicado más arriba, en cierto modo totalitaria. Mi problema puede ser el de que no hay más ciego que el que no quiere ver, pero yo no veo distintas opciones, veo la misma opción con distinta piel.