Reflexiones mundanas.

Day 2,047, 18:57 • Published in Spain Spain • by William W. Wulfe


Estaba en cierta ocasión un orador dando una conferencia al respecto de los valores personales, la autoestima, la personalidad y otros temas trascendentes. En un momento concreto del discurso, sacó un billete de 500 euros del bolsillo y preguntó a la audiencia:

- ¿Quién de ustedes quiere este billete?

Toda la audiencia levantó la mano, deseosa de recibirlo. Momentos después, el orador arrugó el billete, convirtiéndolo en una bola, y volvió a preguntar:

- ¿Lo siguen queriendo?

La respuesta fue de nuevo un sí unánime.
Acto seguido, el orador arrojó el billete al suelo y lo pisó en repetidas ocasiones para, de nuevo, preguntar.

- Y ahora, ¿siguen queriéndolo?

Asombrada, la audiencia volvió a responder con un sí rotundo al unísono.
El orador comenzó a hablar con voz queda, pausada, relajada:

- Ya lo han visto. Les he mostrado un objeto con un importante valor. Les he preguntado en diferentes circunstancias si lo querían e incluso estando arrugado, sucio y pisoteado, ustedes han comprendido que el valor del objeto seguía siendo el mismo, y no han dejado de desearlo a pesar de sus condiciones. Por ello, muchas veces, aunque nos veamos arrugados, desgastados, pisoteados e incluso llenos de mierda, ya sea por decisiones propias o ajenas, debemos recordar el valor que tenemos cada uno. No por haber sido víctimas de nuestros propios errores, ni objeto de las críticas y el pisoteo indiscriminado de los demás, debemos pensar que hemos perdido nuestro valor. Este perdura invariable, nos sintamos como nos sintamos, o nos hagan sentir del modo que nos hagan sentir. No lo olviden nunca.



Esta anécdota que he leído recientemente, me ha venido a la cabeza numerosas veces a lo largo de estos últimos días, y no me ha hecho más que reafirmarme en mi posición de que, independientemente de las críticas que se viertan sobre uno, al margen de los errores que uno pueda cometer, el valor de las personas está por encima de las circunstancias, del odio, de la ira. El valor es algo que se demuestra a lo largo del tiempo, y no en hechos puntuales.

Siempre se ha dicho que una persona es la suma de sus acciones. Si juzgásemos a todo el mundo por hechos aislados, no seríamos capaces de mirar a la cara a nadie, ni siquiera a nosotros mismos, pues aquel que pueda afirmar que jamás ha cometido un error, con toda certeza está mintiendo.

Me vienen a la memoria muchas cosas en estos momentos... aquel dicho tan típico español y castizo de “Una vez maté a un perro y me llaman mataperros” (Un día usé sin permiso una org, y me llaman ladrón)... O cierta canción de Extremoduro que lleva por título “Te juzgarán solo por tus errores (yo no)”.
(Recomiendo profundamente que prestéis atención a la letra)



Que sí, que yo en ningún momento voy a decir que haya hecho todas las cosas a la perfección. Ni mucho menos. Me he equivocado en mi vida muchas veces, y probablemente, mucho más gravemente que la mayoría de vosotros. He cometido errores graves, pero los errores están precisamente para eso, para aprender de ellos. Y no me suele gustar tropezar dos veces en la misma piedra.

Pero, el hecho de que haya cometido errores de mayor o menor trascendencia, no es óbice para que mi compromiso con eEspaña siga intacto, mis ganas de hacer las cosas bien por este ePaís que me ha visto crecer, hacer grandes cosas, y también grandes cagadas, sigan perennes. Y es por ello, que a pesar de toda la mierda que me pueda caer, alguna de ella merecida, no lo voy a negar, y otra totalmente gratuita, no voy a desfallecer en mi empeño de sacar mis ideas adelante, de demostrar que lo que una vez se hizo bien, se puede volver a hacer bien, y que lo que una vez se hizo mal, se puede corregir.

Que nadie olvide jamás, que a pesar de haber cometido un enorme error al final de mi mandato, ese que tantas veces habéis visto repetido en comentarios, feeds, docs, etc., el mes de mi presidencia fue un gran mes. Que borramos a Colombia y a Filipinas. Que llegamos hasta la frontera de China en una operación coordinada con TWO y con Brasil. Que se avanzó mucho en el plan de la mejora de daño de las milicias. Que hubo superávit en economía. Que en Cultura se sacaron muchos, muchísimos concursos que aportaron diversión. Que consolidamos nuestra posición dentro de TWO y mantuvimos unas geniales relaciones internacionales con países como Brasil, que a día de hoy, se mantienen, o que se firmó el primer MPP con Chile, que hoy en día vemos como uno de nuestros grandes aliados. En definitiva, que fue un buen Gobierno. (Obviamente, no todo el mérito fue mío, tuve un gran equipo detrás respaldándome que posibilitó todo esto).



Yo, sinceramente, voy a mantenerme firme en la posición que he decidido adoptar, de no entrar a críticas, de no enfadarme ni tirarle mierda a nadie, pues todos aquellos que se empeñan en tirar mierda, lo hacen con un único fin: el de hacer daño. Y aquel que va por la vida con el único fin de hacer daño, ni siquiera merece el mal rato o el berrinche que puedas cogerte por un comentario suyo (a pesar de lo hiriente que pueda resultar a veces leer cosas como “gente que lucha contra España como KueRVo"; aquel que pueda decir que yo UNA SOLA VEZ he hecho algo con el fin de perjudicar a España, miente descaradamente. Errar, yerro, como todo el mundo, pero jamás, y repito, JAMÁS, he hecho nada con la intención de hacer nada contra un ePaís al que quiero, respeto, y admiro tan profundamente).



Así que sin más, que tampoco quiero aburriros más con uno de esos tochos que tanto os cuesta leer, os quiero dejar unas palabras a todos aquellos que decís que pierdo el tiempo presentándome a las elecciones, que no tengo ninguna posibilidad, o que haga lo que haga es en vano, que soy un cadáver político desde hace tiempo y por razones merecidas. Espero que estas palabras os hagan reflexionar como a mí, y podáis entender por qué a pesar de todo sigo con las mismas ganas y la misma ilusión.

Porque lo que deseo para este ePaís es lo mismo que he deseado siempre: EL ÉXITO.

Así que no me enrollo más y os dejo con la reflexión en cuestión:


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Espero que tras esto, podáis entender un poco mejor el por qué de mi empeño.


Siempre adelante.