Quienes merecen ser recordados un 11-s

Day 2,487, 14:49 Published in Cuba Spain by Albus Dumbledore

No tenía pensado hacer un artículo sobre este tema, pero luego de leer un artículo oficial del gobierno chileno, me indigné y decidí redactar estas líneas.

Me pareció primero curioso leyendo el artículo que enlacé arriba que un chileno un 11-s recuerde primero y con más fuerza lo que pasó un 2001 en Nueva York y no lo que pasó en Santiago el mismo día de 1973. Luego, cuando leí una breve referencia donde se llamaba pronunciamiento militar y se hablaba de los muertos de ambos bandos para referirse al cobarde golpe de Estado contra el gobierno de Allende lo entendí todo.

A veces tenemos una idea distorsionada de la realidad que nos lleva a olvidar como son en verdad las cosas. A veces olvidamos que en América Latina siguen quedando muchos cobardes y gente servil que se arrodilla ante el imperialismo yanki o ante las marionetas que el Imperio pone a gobernar en su país. Demasiados caínes quedan en esta Nuestra América.

Pero queda también mucha gente buena, la gente que elige a presidentes del pueblo y que está dispuesta a empuñar el fusil si hace falta para defender las conquistas sociales de los gobiernos legítimos. Esa fue la gente que un 11 de septiembre de 1973 defendió el Palacio de la Moneda, y que en desigual batalla le plantó cara al fascismo y al imperialismo.
A ellos hay que recordarles cada día y no solo en la efemérides. Tenemos que conseguir que nuestra vida sea un tributo diario a su obra y a los ideales por los que dieron su sangre.

Que un latino le rinda tributo a los yankis muertos en el atentado de falsa bandera del 11 de septiembre de 2001 es un insulto a la memoria de los héroes y mártires de nuestras tierras y a los cientos de miles de niños, mujeres y ancianos de Irak y Afganistán vilmente asesinados como consecuencia de los atentados.

Copio aquí un fragmento del último discurso de Allende Para ver si el cobarde pinochetista que escribió el artículo que enlacé arriba siente un poco de vergüenza. Tampoco albergo muchas esperanzas, los entreguistas y escuálidos entre las primeras cosas que pierden está la vergüenza, casi al mismo tiempo que el honor y la dignidad.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.


Patria Socialismo o Muerte!
Viva el pueblo!