Parábola del folio en blanco

Day 922, 14:40 Published in Spain Spain by Macondo2







Parábola del folio en blanco




El Gobierno de eEspaña convocó un concurso. El ciudadano que presentara el proyecto más interesante para el país se llevaría el sustancioso y único premio de 100 gold. Enseguida se corrió la voz de que los veteranos más destacados en las distintas actividades eRepublikanas se habían puesto en movimiento para participar. Ese fue el principal motivo por el que muchos desistieron de presentarse, antes siquiera de haber empezado a plasmar sus ideas en los papeles. Muchos, pero no todos. Una joven novata que apenas llevaba un mes en el juego, quizá empujada por la osadía de su ignorancia, decidió convertirse en aspirante al triunfo.

Las tres semanas dadas de plazo desembocaron en el día de la presentación de los trabajos ante un competente jurado de diez personas. Un experto militar presentó una milicia especial de apoyo a las Fuerzas Armadas, perfectamente organizada y adaptada a las novedades de la V2. Un afamado periodista planteó la creación de un proyecto que complementaba perfectamente a los Premios Stape en el fomento de la prensa de calidad. Un prestigioso empresario esbozó una numerosa cooperativa, con revolucionarias ideas para el mejor aprovechamiento de la misma por parte de sus componentes. Un miembro del AEDN propuso la creación de una organización que, apoyando a la ya creada con interesantes novedades, implicara progresivamente a los novatos en las labores de enseñanza conforme fueran dejando de serlo. Y así sucesivamente hasta que llegó el turno a la duodécima concursante, que resultó ser la atrevida novata.





Manifestaron los miembros del jurado a la chica que debía tratarse de un error, porque un folio en blanco era toda la participación en el concurso que habían recibido de ella. Respondió con serenidad que ese papel podía tener tanto valor como todos los aportados por el participante del proyecto mejor documentado, puesto que no podrían saber cuál era la mejor idea presentada hasta verlas todas puestas en práctica. Hubieron de reconocer que les iba a ser muy difícil elegir una entre tantas de calidad, por lo que aceptaron la sugerencia de dar una pequeña subvención a todas ellas y un plazo de dos meses para que pudieran empezar a desarrollarse.





Transcurrido el tiempo establecido los concursantes volvieron a comparecer ante el jurado. Uno a uno fue explicando, ya con pruebas palpables, que la ejecución de su idea estaba respondiendo a las más optimistas expectativas generadas. Un murmullo de curiosidad recibió a la novata. Cuando fue preguntada por su aportación al concurso explicó que gracias a su folio en blanco once proyectos, de los que solo a uno iba a dársele la posibilidad de desarrollarse, se habían convertido en once realidades en plena expansión.





Los miembros del jurado quedaron estupefactos con la respuesta, pero fue la ovación de los once anteriores concursantes la que evidenció que la ganadora del concurso debía ser la novata del folio en blanco.






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