Nueva medalla: True patriot

Day 1,619, 09:25 Published in Argentina Argentina by GermanK

Es sencillo de entender, pero por las deudas lo explico:

Esta es la medalla


Se gana en guerras directas o de resistencia. Solo por TU país, si cambiás de ciudadanía se pone en 0 (lo que peleaste por la anterior ciudadanía queda guardado por si volvés a tu ciudadanía original)
Cada medalla te otorga 5 oros
Debajo de "Military Skills" podés ver el progreso en el perfil
Las medallas no se "vuelven a ganar". La primera se gana al .1kk de daño, si cambiás de ciudadanía, tenés que ganar la segunda, y así...

Número de medalla / Influencia
1st medalla 100.000
2nd medalla 500.000
3rd medalla 1.000.000
4th medalla 2.000.000
5th medalla 3.000.000
6th medalla 5.000.000
7th medalla 10.000.000
8th medalla 15.000.000
9th medalla 20.000.000
10th medalla 30.000.000
11st medalla 40.000.000
12nd medalla 50.000.000
13rd medalla 100.000.000
14th medalla 150.000.000
15th medalla 200.000.000
16th medalla 300.000.000
Medallas subsiguientes 100.000.000 más que la anterior


Nuestro más grande patriota:



1- Enemigo acérrimo de los monopolios, como Secretario del Consulado (179😎, para fomentar la agricultura, propició premiar la “introducción de nuevos cultivos, la forestación, los medios para tener aguadas permanentes, el combate a la erosión”, entre otros, a la vez que propuso proteger las “ artesanías locales subvencionándolas mediante un fondo con destino al labrador, ya al tiempo de las siembras como al de la recolección de los frutos”, ya que ésta era “la única manera de evitar los grandes monopolios”.

2- Insistía en que el país debía industrializarse:

“Ni la agricultura ni el comercio serían casi en ningún caso suficientes a establecer la felicidad de un pueblo, si no entrase a su socorro la oficiosa industria. No hay desarrollo si este ramo vivificador no entra a dar valor a las rudas producciones, cosas que cuando se hallan regularmente combinadas, no dejarán jamás de acarrear la abundancia al pueblo que las desempeñe felizmente.”

3- En un artículo del 11 de agosto de 1810, en el Correo de Comercio (editado por él), defendía la libertad de prensa como base de la ilustración pública:

“Es tan justa dicha facultad como lo es la de pensar y de hablar, y es tan injusto oprimirla, como lo sería el tener atados los entendimientos, las lenguas, las manos o los pies a todos los ciudadanos. Es necesaria para la instrucción civil, es decir, para evitar la tiranía de cualquier gobierno que se establezca […] Quitarnos las utilidades de la pluma y de la prensa, porque de ellas se puede abusar, es una contradicción notoria y un abuso imperdonable de la autoridad, y es querer mantener a la Nación en la ignorancia, origen de todos los males que sufrimos, y el arma que el tirano confía más para sojuzgar. Sin esta libertad no pensemos haber conseguido ningún bien después de tanta sangre vertida y tantos trabajos”.

4- Cuando la Junta lo designó como General en Jefe de la expedición militar hacia el Paraguay para promover la adhesión a la Revolución, expedición que aprovechó para fundar los pueblos de Curuzú-Cuatiá y Mandisoví, antes de iniciar las operaciones militares dio fe de su vocación democrática al exponer que sus propósitos eran:

“Proteger a los pueblos, restituirlos a sus derechos, quitarles la opresión de los mandones, darles libertad, separar las trabas que los tienen abatidos […], dejándolos en franqueza de poder comerciar, sin experimentar los vejámenes que el sistema antiguo les ha causado.”

5- En los momentos finales de la derrota de Tacuarí (9 de marzo de 1811), surgió otra vez la conciencia histórica que mostró su solidaridad, abnegación y sacrificio personal como conductor:

“ … De esta derrota (de la columna mandada por el segundo jefe) se salvaron tan sólo dos oficiales y algunos soldados, que abriéndose paso a través de la línea enemiga, fueron a dar al General la triste nueva de la pérdida de la mitad de su ejército.

“El General Belgrano recibió la noticia con serenidad y entereza. Los que le rodeaban creyeron que nada quedaba por hacer sino rendirse a la primera intimación del enemigo, y todos estaban persuadidos que tal sería la resolución […] Las columnas enemigas permanecían inmóviles a la distancia. […]Con sorpresa le vieron disponerse salir al encuentro del enemigo, y la sorpresa no tardó en convertirse en entusiasmo.

“Formada la pequeña columna de ataque y dada la señal de marcha, el General se puso a su cabeza, a pie y con la espada desenvainada. […] En aquel momento dijo:

“ – Aún confío que se nos ha de abrir un camino que nos saque con honor de este apuro, y de no, al fin lo mismo es morir de cuarenta años que de sesenta.

“Y montando a caballo, pasó a tomar su puesto de combate.”

6- Como Jefe del Ejército del Norte, en una carta a Rivadavia (Secretario del Triunvirato) del 11 de mayo de 1812, le decía:

“ […] La subordinación del soldado a su jefe se afianza cuando empieza por la cabeza y no por los pies, es decir, cuando los jefes son los primeros en dar ejemplo; para establecerla basta que el General sea subordinado del gobierno, pues así lo serán los jefes sucesivos en orden de mando. Feliz el ejército en donde el soldado no vea cosa que desdiga la honradez y las obligaciones en todos los que mandan.”

7- El 3 de septiembre de 1812 recibió del Triunvirato las órdenes de retroceder con su ejército a Córdoba y dejar libre todo el actual norte argentino para los realistas. Belgrano desobedeció, y se dispuso combatir la gloriosa Batalla de Tucumán el 24 de septiembre, en la cual 1800 patriotas (entre soldados y gauchos), con sólo 4 piezas de artillería, vencieron a una fuerza de 3.200 españoles adiestrados y 13 piezas de artillería. Batalla a la que Bartolomé Mitre le adjudicó una trascendencia histórica inmensa:

“[…] En Tucumán salvose no solo la revolución argentina, sino que puede decirse contribuyó de una manera muy directa y eficaz al triunfo de la independencia americana. Si Belgrano, obedeciendo las órdenes del gobierno, se retira (o si no gana la batalla), las provincias del Norte se pierden para siempre, como se perdió el Alto Perú para la República Argentina.”

8- Después de Tucumán persiguió a los realistas hasta Salta, donde fueron derrotados por las fuerzas patriotas el 20 de febrero de1813. El General José María Paz, en sus Memorias, al recordar sus tiempos como oficial del Ejército del Norte, dijo del General Belgrano:

“¡ Honor al General Belgrano! El supo conservar el orden en las victorias como en los reveses. Cuando él mandó en esos días de luto y de desgracia, los paisanos y los indios venían pasiblemente a traer las provisiones al pequeño cuerpo que se retiraba. No hubo entonces riñas fratricidas, ni pueblos sublevados para acabar con los restos del ejército de la independencia; nada de escándalos que deshonran el carácter americano y manchan la más justa de las revoluciones…”

9- Por las victorias de Tucumán y Salta, la Asamblea del Año XIII resolvió que se le otorgase a Belgrano la suma de 40.000 pesos oro. Luego de agradecer y de reafirmar que no había hecho más que cumplir con su deber, dio un ejemplo de probidad e indicó:

“Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensar con dinero sin degradarlos; cuando reflexiono que nada hay más despreciable para el hombre de bien, para el verdadero patriota que el dinero o las riquezas; […] y que adjudicarlas en premio no sólo son capaces de excitar la avaricia de los demás, sino que también parecen dirigidas a lisonjear una pasión seguramente abominable en el agraciado; […] he creído propio de mi honor y de los deseos que me inflaman por la prosperidad de mi patria, destinar los expresados cuarenta mil pesos para la dotación de escuelas públicas de primera letras.”

¿Qué pasó con el dinero donado por Belgrano para la fundación de escuelas, que se convirtió en un agujero negro, como tantos otros agujeros negros en la historia económica de la Argentina? Esa es otra historia cargada con buenos “intereses” que dan muchos “millones” de respuestas.

Mi querido General, dijiste en una oportunida😛 “Mucho me falta para ser un verdadero padre de la Patria, me contentaría con ser sólo un buen hijo de Ella”, y esa vocación de hijo la demostraste hasta el último instante de tu trabajada vida, en que te despediste de Ella con tu lastimero “Ay Patria mía”. Era el 20 de junio de 1820. El país estaba en plena guerra civil y Buenos Aires, ese día, tenía tres gobernadores. Ningún diario dio cuenta de tu muerte. No eras tan importante como para aparecer en las noticias.
Haideé Rajoy de Codina