No es milicia TOver, es milicia conceptualista

Day 5,801, 15:28 Published in Spain Spain by Stalinsito


El breve lapso de un mes bajo el dominio de los últimos estertores del MAL, nos permite ser de nuevo testigos de la reemergencia de la dicotomía entre contextualismo y conceptualismo en el ejercicio del poder.

El anterior gobierno, conformado casi exclusivamente por milicianos de GAH, determinó que sería una buena idea otorgar a dicha milicia una organización, siguiendo las pautas establecidas por gobiernos previos de tendencia conceptualista: al ministro le pareció adecuado y así se hizo. Esta concepción patrimonialista del Estado, en la cual la posesión del gobierno equivale a la posesión de todos los bienes públicos, ha sido una constante en los gobiernos conceptualistas.

Se considera que todos los recursos del Estado están a disposición de quien ostente el gobierno. Incluso todos los fondos, como para perpetrar una broma que quizás arrancó risas en Australia, pero que en España habría suscitado desilusión de no ser por la intervención providencial de Warmkunin. Lo que es de todos, lo que compone la sacralidad de los bienes públicos, constituye el tejido que nos une como comunidad y da origen a la posibilidad de la política. Ninguna norma ad hoc, ninguna argucia retorcida, ningún extenso escrito de Siddy puede justificar la adjudicación con nocturnidad de algo que es un patrimonio colectivo.

En este contexto, es imperativo recordar que el bien común no puede ser subestimado ni menospreciado en aras de intereses individuales o de grupos. La ética pública y la integridad son los cimientos sobre los cuales se construye una sociedad verdaderamente justa y equitativa. La apropiación indebida de recursos públicos no solo erosiona la confianza, sino que también mina la base misma de la democracia.

Por ello también, quiero ofrecer una disculpa a GAH por haberme referido a ellos como la milicia TOver, entrelazando inadvertidamente mi rol como Secretario General del PCeE con el de Presidente del Gobierno de eEspaña. No debí caracterizarlos de esa manera y reitero mis excusas por ello. No obstante, sí subrayo que son una milicia de orientación conceptualista, tal como lo fue su gobierno.

¿Y qué implica, entonces, la perspectiva contextualista? Implica forjar políticas que emerjan de la esencia de los bienes públicos: mi gobierno ya ha sometido a consideración del Congreso un proyecto de ley que establece las condiciones bajo las cuales el Gobierno puede utilizar, ceder o alquilar organizaciones. Así es como se lleva a cabo una política contextualista, creando nuevas posibilidades para la política allá donde hay un problema.

Nuestra orientación política se basa en el reconocimiento de que el Estado no es una entidad separada del pueblo de la que algún individuo pueda apropiarse. El Estado es una manifestación de la voluntad y los recursos de nuestra comunidad en su conjunto. Y es el germen que posibilita nuestra interacción comunitaria. Los bienes públicos son el corazón latente de nuestra comunidad, y su gestión debe ser transparente y justa si queremos tener un proyecto colectivo que compartir.