La del no ser II

Day 1,932, 07:55 Published in Spain Spain by pabman11



Bienvenidos al continente…


Blanca levanta la ceja al oír ese nombre. “Boitx, esa niña que escapó al ver el cuerpo cayendo de pabman.” Piensa la Reina… Su vestido blanco ondea con el viento provocado por las palabras de Boitx, dejando entrever una daga en el tobillo…

— Chiquilla, cuanto dolor provocó tu huida del castillo… — Le dice levantándole aún más la barbilla y haciendo que esos ojos helados reluzcan aún más… — Te llevaste parte del conocimiento de la magia contigo, según veo…
— Mi señora. No hui, simplemente, no quería estar cerca del resto de los soldados… — Boitx se levanta mientras dice esto, quedando por encima de la Reina…
— Nunca has mentido bien… ¿Has estado esperando en ese camino desde ese día? — Blanca, con un gesto brusco, se levanta, volviendo a hacer que boitx se quede en una situación inferior…
—Desde ese día no. Estuve dos días vagando por los bosques, con los pergaminos, leyendo y cantando, fundiéndome entre los bosques… Pero me di cuenta al poco tiempo que había errado al irme de su lado… No podía volver, sería muy violento, así que, me uní al pueblo de Aiwent, esperando que… Hubiera alguna noticia suya…
— Ve, recoge tus cosas, nos vemos en un rato en el carruaje e iremos a mi palacio en las Tierras Meridionales…
— ¿Me quiere acoger con todo lo que ha pasado?
— Si quiero poder afrontar todo lo que está pasando en estas tierras, debo tener a los mejores, ¿no crees? — Blanca hace un gesto señalando el pueblo, para que boitx vaya hacia allí.

La bruja se pone en marcha, mientras la Reina se acerca a uno de sus guardias.

— Capitán Jervaj, quítese el yelmo y proteja personalmente a la bruja, después de la batalla ha quedado muy maltrecha… — Le ordena.

El soldado se vuelve hacia Blanca, levantando el yelmo y sus ojos en forma de cansancio…

— Señora, no es por objetar, pero, si está tan maltrecha, no creo que sea ningún peligro, y creo que haría mejor papel quedándome aquí con usted…
— ¿Osa protestar mis órdenes capitán? Creo que debo recordarle cuál es su objetivo aquí…
— Por supuesto que no, señora, ahora mismo voy hacia allí…

La Reina Blanca sube al carruaje, seguida por un hombre vestido con una túnica negra y con una espada al cinto…

— Mi señora, ¿no está últimamente muy irascible? Creo que debería tranquilizarse, en poco días estaremos en Palacio… — Le indica el recién llegado.
— Alceo, el hecho de que seas mi consejero no creo que te dé derecho a criticar mi forma de tratar a los súbditos…
— No es una crítica, es un consejo… Antes de la muerte de pabman, usted misma le dijo que los súbditos eran más importantes que usted… ¿y ahora?
— ¿Y dónde está pabman con mis consejos de igualdad? En el hoyo. Laertes se me rebeló porque le dejé terreno libre… Mano dura, Alceo, mano dura.

Alceo se levanta del asiento y abre la puerta.

— Solo le digo que con esa actitud es posible que gane una batalla, pero perderá la guerra…

Y sale dando un portazo, dejando a Blanca entre sus pensamientos…


El pueblo está ahora vacío, bueno, no del todo, Boitx anda a paso firme hacia la posada, ondeando el cabello a su paso… Detrás de ella corre Jervaj, tintineando la armadura.

— ¡Boitx, espera! Jo, como corres. — Le grita Jervaj.
— Déjame en paz. No quiero compañía, ya soy lo suficientemente mayor como para ir sola a recoger mis libros… — Le dice mientras se gira.
— ¿Y quién te ha dicho que sea tu compañía? Blanca me ha ordenado que te proteja, o según veo ahora, que proteja a los demás de tu ira… — Le sonríe Jervaj mientras se quita los guantes de cota de malla. — ¿No te acuerdas de mí? Estábamos en el mismo flanco en la batalla, es más, creo que un hechizo tuyo me salvó en algún momento…

Boitx se para, esperando a Jervaj.

— Visto así, quédate, me vendrá bien un hombre para llevar los libros… Pesan demasiado. Una pregunta, ¿Desde cuándo está Blanca así de “autoritaria”?
— No lo sé ciertamente. Me separé unos días de ella mientras buscaba supervivientes de la batalla, y cuando volví, con un grito descubrí que ya no era la de antes… Creo que la muerte del general pabman la ha trastornado un poco…

Suben las escaleras de la posada y se plantan frente a la habitación de Boitx…

— Es posible, toma, aguanta este tarro un momento.

Boitx abre la puerta de su habitación y se dirige al armario, que está repleto de libros y pergaminos, aparte de una gran mancha negra en el suelo que sorprende a Jervaj.
— No te preocupes, no es nada malo. Solo son los restos de un demonio que invoqué para encontraros. Falló y lo tuve que destruir de la manera más cruel… — Guiña el ojo derecho a un aterrorizado Jervaj… — Tranquilo, eso solo lo hago con los que me enfadan… Toma, ya puedes andar hacia fuera. Espérame en la puerta de la posada… — Boitx le pone a Jervaj una montaña de libros entre los brazos.

Una alfombra se coloca deslizándose sobre los restos negros en el suelo, ocultándose por completo. Mientras Boitx hace complicados movimientos con las manos y susurra extrañas frases, la habitación se transforma por completo, oscureciéndose. Una luz se intensifica poco a poco en el centro exacto, materializándose en una figura humana brillante…

— Nagiri… Busca ese tótem… Y no me falles esta vez… — Una voz transformada y oscura de Boitx se dirige a la figura…
— Por supuesto, mi señora… Cuando lo tenga, me apareceré… — Silba el demonio Nagiri…
— ¡NO! No te aparezcas cuando esté en presencia de nadie. Ya te llamaré yo cuando tenga un hueco… Ahora, vete. — Nagiri desaparece y la habitación vuelve a su estado original…

Boitx baja por las escaleras de la posada, y en la puerta le espera Jervaj, cargado con lis libros aún en los brazos.

— ¿Dónde estabas? Esto pesa, ¿sabes? — Le dice Jervaj.
— ¿No tenías que protegerme? Pues así me proteges, evitándome un dolor de espalda… Vamos al camino, que Blanca se estará impacientando…


Pabman11, Redactor de Desde La Nevera y dueño de sus destinos