LA BATALLA

Day 1,831, 07:59 Published in Spain Spain by pabman11

(Final alternativo y prólogo de la siguiente aventura)



Llego al muro y veo a Yra con su arco cargado, Alceo desenvainando a su fiel espada "Hielo", y a Shyvala con sus dos espadas cortas preparadas para matar…

— Menos mal que has llegado. Nos atacan los lobos amaestrados de las tribus cercanas. Vete a la tienda cercana y ármate lo antes posible. Somos pocos, pero si nos unimos podemos con ellos…


Me voy hacia el barracón que según Yra tiene las armas y cojo un arco largo y una espada corta. Me aprovisiono también de cuchillos para lanzar y me pongo la armadura… ¿Dónde han quedado tus bazokas y cohetes? ¿Estamos otra vez en la edad media? Esto me gusta, el escudo se acopla perfectamente al arco y la espada pesa lo justo.

Salgo fuera y me subo al muro, desde donde veo unos cincuenta hombres armados hasta los dientes y una veintena de lobos grises, grandes y peludos, que corren hacia el muro donde estamos parapetados…

Yrathiel dispara la primera flecha y cae abatido uno de los hombres… Después, Shyvala tira uno de los cuchillos en dirección a un lobo y falla por poco, pero esto me anima a comenzar a disparar. Abato con una flecha a uno que intentaba esconderse detrás de un árbol, y le corto una mano a uno que subía por una escalera colocada en el muro… Pero nos superan en número…

Decido bajar y prepararme para el asedio cuando veo una luz detrás de mí…


Una luz que me atraviesa y me anima a seguirla… Viene de detrás de una tienda en la puerta sur del castillo… Voy hacia allí, y allí estás TÚ… Con tu túnica y los papiros rodeándote…


— Hola, pabman11… Has decidido dejar a tus amigos y venir a mi encuentro…
— La curiosidad mató al gato…
—A veces, dentro de la caverna se está mejor que fuera…
— Si, pero… ellos se las pueden arreglar bien por ahora, hasta que te mate…
— No puedes matarme…
— Tu estas solo e indefenso, yo tengo armas… Un gesto y estarás sin cuello…
— Un pensamiento, y tus amigos estarán muertos… Puedo multiplicar el número de atacantes si quiero…

— Tienes razón… Pero no lo vas a hacer… Has estado a punto de matarme muchas veces y no lo has hecho…

— ¿Qué te hace pensar que esta vez será igual? Estoy viejo y cansado… Tengo mas de dos mil quinientos años y los que me quedan… La paciencia se me acaba, y la diversión que tengo contigo, también.

—Pero sabes que no lo harás… Soy el que mas diversión te ha dado hasta ahora… ¿Te crees que no lo se? Todos esos muertos… No te han dado lo que querías, yo, si… Vete y no vuelvas a amargarme. O si no quieres irte, ayúdanos, únete a la batalla…

— Me voy. Volveremos a vernos… hijo mio…


Esto último lo dijo con un suspiro antes de desaparecer… Vuelvo a la batalla y veo que los barbaros les rodean… Saco la espada y arremeto contra el primero que veo… Su cara reflejaba el perdón antes de morir, pero no tengo tiempo de pensarlo… Todos aquellos a los que mato tienen tu cara…


Quedan pocos defenspores en pie, los pocos refuerzos que han venido (entre ellos, Tugarref, Visago, Eteyo, cadco, Lobe, legendario) están ahora en desventaja ante un nuevo enemigo más grande que los demás… Su hacha abate personas de uno y otro bando… Pero, de repente, una fuerza me viene… Una fuerza que me hace mas grande, mas intuitivo… Veo una flecha que se dirige hacia mí y la cojo al vuelo, a pocos centímetros de mi cabeza… La pongo en el arco y la devuelvo a su dueño, clavándola en el entrecejo… Debo enfrentarme a él… Le grito a Alceo que se aparte, que me lo deje a mi… Tiro el escudo al suelo, no me va a servir de nada, mientras que la lanza que me tira Ithilwen si…


— ¿Crees tener alguna opción? — Me grita el gigante desde las alturas…
— Lo mismo te pregunto…

Me lanza una roca que pasa rozándome el hombro y yo saco la espada. Con la espada en la mano izquierda y la lanza en la derecha, no debería temerle. Sobretodo, con la fuerza que me has dado… Ahora lo entiendo todo… Esa fuerza es tu forma de meterte en al batalla…

Me acerco a la mole de dos metros y pico de altura y me da un madoble con el hacha, que consigo parar a duras penas con la espada… En el momento en que se dispone a volver a atacar, le tiro la lanza que rasga su armadura de cuero por el brazo y hace que se quede sin protección en el lado izquierdo del cuerpo… En ese momento, me paso la espada a la mano derecha y él saca su espada larga de la espalda…

Empeiza atacando él… Aguanto como puedo sus estocadas hata que consigue arañarme el cinturón, consiguiendo una breve ventaja… Pero yo también puedo… Mi espada, mas corta pero mas rápida que la suya, consigue tocarle dos veces la armadura de malla que lleva en el pecho, y finalmente, en el último set de estocadas, desarmarle y ponerle contra el muro…

— Mátame ya! — Me grita suplicante mientras aprieto la espada contra su cuello sin llegar a cortárselo.
— Te salvaré la vida si prometes dejar las armas…
— Nunca! Los shaktas nacemos para luchar! Para guerrear…
— Pues no me dejas mas opción…

Aprieto la espada y su cuerpo cae inerte en la arena… Rebusco en los bolsillos y encuentro algo parecido a un tótem, un tótem de madera tallada en forma de llama por un lado, y de glaciar por el otro, juntándose en los lados con una forma de circulo perfecto… Dos elementos… Debo encontrar el resto, tierra y aire… Pero antes, debo ayudar a mis compañeros, debo asistir al funeral de los caídos, y reconstruir el muro con ellos… Después, ya empezaré la búsqueda… Con mis amigos, por supuesto… Como me has enseñado TÚ.