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KueRVo ha sacado su espada… Yo, el arco… Los shaktas están haciendo una especie de ritual en torno al volcán… Gritan en leguas extrañas… Infernales…

Tienen las armas lejos de si, pero son rápidos… No parece que haya ningún general cerca… Deben ser los que escaparon del asedio al castillo… Mi espada tiene sed de sangre… La plumas de las flechas, quieren teñirse de rojo…

KueRVo empieza a moverse sigilosamente hacia un rincón oscuro… Ya no le veo… Coloco una flecha en el arco y enciendo una mecha que pondré en la punta de la flecha… Esta es la señal para que KueRVo salga de su escondite… Tres segundos… Dos… Uno …

Una flecha sale disparada hacia el cuerpo más cercano y lo atraviesa, quemándole la ropa y reduciéndola a cenizas… KueRVo mata con un cuchillo desde las sombras a uno que llevaba un cántaro lleno de agua y este se cae, rompiéndose contra el suelo… Solo quedan diez… Dos de ellos se dirigen hacia mi posición con sendos cuchillos en las manos… Solo llega uno… El otro ha sido atravesado por otra flecha en llamas… El que llega, encuentra la muerte en mi espada, colocada estratégicamente a mi lado… Quedan ocho… KueRVo lucha con dos oponentes, pero uno de ellos cae al suelo cuando el brazo libre del Conde se estampa contra su escudo… Los ojos del condenado acaban de perder su luz…

Siete… Dos arqueros me atacan desde arriba de un saliente… El calor aprieta cada vez más… Uno de los arqueros pierde el equilibrio y cae hacia atrás, al interior del magma ardiente… Seis… El otro me lanza una flecha que se me provoca un pinchazo entre las costillas… Corro hacia él y antes de que consiga lanzarme la flecha, le corto la mano… Cinco… El Conde ha encontrado al fin un rival a su medida… Aunque sea en pareja… Dos shaktas armados con espadas cortas el atacan… Uno cae víctima de un espadazo en el cuello, y el otro, que consigue esquivar un fuerte ataque, huye hacia su arco, cogiéndolo y preparando una flecha que acabe con la vida del Conde…

Pero la flecha no llega a su destino… El Conde ya se ha escondido otra vez entre las sombras, permitiendo que mi espada se meta entre las costillas del atacante… Tres… KueRVo sale de su rincón y se coloca a mi espalda… Juntos, giramos, pero no hay nadie más… Sin embargo, sé que hay tres más por ahí… Mi tótem empieza vibrar en la bolsa que tengo colgada de la cintura… El calor sube más y más… El volcán está empezando su erupción…

De repente, una flecha silba cerca de mi oreja derecha y un shakta sale con una lanza en la mano… Mi espada parece ir sola… Corta, lucha y penetra… La lanza se parte en dos por acción de mi espada… Pero yo no hago nada… Mi cuerpo se mueve solo… Stauros está cambiado de color… Ahora es azul, mucho más azul que nada… Hielo. Es lo que parece ahora… Dos… KueRVo lucha con lo que parece un sacerdote que lleva una espada larga y una daga escondida en el tobillo… Intento avisarle, pero no me da tiempo… El último rezagado sale de detrás de una roca con una cimitarra… Esa espada curva no debería ser rival para la nueva Stauros… Dicho, y hecho…

Cero… Nadie más amenaza nuestra posición… Solo el volcán… El tótem sigue vibrando y lo saco de la bolsa… Ya no es madera… Ahora es fuego… La mitad de hielo es de color rojo… Ascuas… Carbón quemándose, pero, curiosamente, helado… La mitad que representa el fuego, es hielo… Tiene el mismo color que Stauros… Pero quema…

— Debemos marcharnos… — Me indica KueRVo mientras silba llamando a su cuervo…

— No quedan shaktas en el continente… No quedan… Ni uno… ¿Por qué está así el tótem? Ya está en casa… — Tiro el tótem a la caldera de leva que borbotea a unos veinte metros de nosotros.

— Debemos marcharnos… — Me repite el Conde…

— Ya está el trabajo terminado… Soy libre… He vengado a mis compañeros, pero… No soy yo ahora…

— Debemos marcharnos…

—Me falta algo… Ese algo está… Más Allá del Mar Angosto



pabman11, Redactor de Desde La Nevera y Asesino de Shaktas