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Camino hacia la salida del campamento. Mi tiempo en esta unidad ha finalizado. La gran carnicería terminó.

Estoy fuera de los barracones. Me muevo por las calles silenciosamente. Pero no hay razón para andar con precauciones. Podría unirme al alboroto general de aquellos que se mantienen lejos de las batallas. No lo hago. Ya no sé hacerlo. Llevo en la mano un cuaderno con anotaciones sobre mis experiencias en la guerra. Voy a entregarlo a las oficinas del gobierno. Puede que paguen bien por él.

Cuatro hombres me increpan. Forman parte de la resistencia de un país ocupado por el que me vio nacer. Falso: no me atacan a mí. Atacan lo que se supone que soy. Me juzgan por el trozo de trapo que llevo en el hombro. Bastan unas palabras para razonar con ellos.



He visto como un guerrero, al que se le debía suponer sanguinario y bárbaro por su nacionalidad, respetaba mi vida. He visto hombres razonables ignorar la lógica y desatar su odio amparados por una etiqueta.

No hay honor tras las banderas. Es un cristal que distorsiona la realidad. El inocente se vuelve culpable, el mezquino pasa a ser generoso. El indiferente, enemigo mortal. Hoy, quien viste un color es el mejor aliado. Mañana será el enemigo a abatir. Una bandera permite envolver al miserable y presentarlo como salvador. Jurar lealtad a una bandera termina convirtiéndote en traidor. Destruye el propio concepto de lealtad.

Las banderas matan al individuo. Simplifican algo complejo. Aniquilan cualquier pretensión de justicia.



He finalizado mi iniciación. Sé que puedo realizar actos despreciables. Sé que puedo comportarme honorablemente. Y ante todo, sé que hacer una cosa u otra será siempre decisión mía. Esa decisión deberé tomarla en función de una motivación.

Prefiero el dinero como motivación sobre las banderas. Tiene la ventaja de que no creará en mí la falsa ilusión de luchar por una causa justa mientras cometo atrocidades. No necesito engañarme con ilusiones de cruzada.

Haré lo que tenga que hacer por dinero. Seré consciente de la magnitud de mis actos. No me erigiré como justiciero. No salvaré ni castigaré por interés propio. Seré una herramienta, un arma, al servicio de quien quiera contratarme.



No haré nada por un trozo de tela, ni por un falso sentido del deber. No juzgaré a nadie por otra cosa que no sean sus actos hacia mí. He sacrificado mi carne, mi desarrollo y mi integridad para superar la iniciación. He visto actos nobles y abominaciones en el campo de batalla. He intuido el horror en el que se pretende que nos convirtamos todos.

Elijo ser otra cosa. No mejor. No peor.




Soy el Metabarón, y me declaro mercenario.

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[English]

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I go out of the camp. My time in this unit is complete. The great slaughter has ended.

I'm out of the barracks. I move silently through the streets. But there is no reason to walk with caution. I could join the general uproar of those who are kept away from the battles. I do not. Now, I can’t do it. I have a notebook with notes about my experiences in the war. I'll give it to government offices. They may pay well for it.

Four men chide me. They are part of the resistance of an occupied country where I was born. False: do not attack me. They attack what I'm supposed to be. I have been judged by the piece of cloth that I carry in the shoulder. I say some words to reason with them.



I have seen a warrior, who should be bloodthirsty and barbaric, because his nationality, respected my life. I've seen reasonable men ignore logic and unleash their hatred covered by a label.

There is no honor behind the banners. It is a crystal that distorts reality. The innocent becomes guilty, the villanous becomes generous. The indifferent becomes mortal enemy. Today, who wears a color is the best ally. Tomorrow will be the enemy to demolish. A flag can wrap the present miserable as savior. Swearing allegiance to a flag ends by becoming a traitor. It destroys the concept of loyalty.

They kills the individual flags. They simplify complex. They annihilate any pretense of justice.



I completed my initiation. I know I can do despicable acts. I know I can behave honorably. And above all, I know to do one thing or another will always be my decision. I must take this decision based on a motivation.

I prefer money as motivation on the flags. It has the advantage that it will not create in me the illusion of fighting for a just cause while commit atrocities. I don’t need to fool with delusions of crusade.

I'll do whatever I have to do for money. I will be aware of the magnitude of my actions. I don’t erect myself as righteous. I’ll not save or punish anyone for my interest. I will be a tool, a weapon, serving whoever hires me.



I will do nothing for a piece of cloth, or a false sense of duty. I will not judge anyone for anything else other than his actions towards me. I sacrificed my flesh, my development and integrity to overcome initiation. I have seen noble deeds and abominations in the battlefield. I sensed the horror in which it is intended that we become all.

I choose to be something else. Not better. Not worse.




I am the Metabaron, and declare myself mercenary.