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eRepublikator Parte 13

Había estudiado y repensado lo que quería hacer, había evitado por todos los medios un enfrentamiento directo con la fuente e intentado que mis conciudadanos binarios no se encontraran en peligro por mi culpa, pero quizás todos mis esfuerzos habían sido en vano, ahora tenía que demostrar el por qué de haberme enviado a mí por más que me lo habían explicado.

El camino entre las blancas tiendas estaba despejado, como si fuera madrugada y casi nadie se encontrara conectado, -Mejor.- pensé para mis adentros, pues así la ciudadanía estaría a salvo de lo que pudiera ocurrir.

Sentí una presencia, eran multis binarias, de eso estaba seguro, que venían con la intención de torpedear mi camino hacia aquella tienda, donde había estado el día anterior y donde me debería encontrar con mi destino.

En cuanto se dieron cuenta de que era consciente de su presencia ya no se escondieron, los sin rostro aparecían a cientos. Los reportes masivos que había efectuado el gobierno que en teoría habían limpiado en cierta medida aquello de multis, no parecía haber tenido tanto éxito como nos pensábamos. Caminaba lento pero seguro, con todos los sentidos conectados, sabía que algo intentarían y estaría preparado.

De repente salió de una tienda no de ellos gritando desesperado por aquel rostro vacío, solo tuve que evitarlo cosa que no fue complicada, pero fue el comienzo de un ataque masivo de todos aquellos que me seguían. Empecé luchando cuerpo a cuerpo y aunque de uno en uno, no serían nunca rivales para mi, eran tantos que por un momento me preocupé. Sus golpes eran fuertes pero yo lo era más y en cuanto me vi un poco desbordado, saqué algunas de las armas que me habían ofrecido en mi despedida y las usé contra aquellos elementos sin casi fuerza creados de la nada, seres sin conciencia y sin alma que obedecían a su amo sin ser conscientes de sus actos.

El cansancio hacía mella en mi vitalidad renqueante y me chuté unos cuantos panes. Tenía la esperanza de que aquellos que me atacaban al menos no tuvieran ya tiempo de votar pues esa sería una buena noticia para aquel emundo.

Por un instante arreciaron los ataques y pude seguir mi camino aunque no por mucho tiempo. En uno de los cruces que permitían el paso de los transportes me esperaban unas cuantas baterías de artillería, tanques, francotiradores y nos sobrevolaban unas cuantas manadas de helicópteros que claramente me tenían a mi por objetivo. No pude más que mirar todo aquello con una sonrisa en los labios, mi cuerpo binario se estremecía de pensar las consecuencias que aquel ataque masivo podría ocasionarle, pero no había vuelta atrás después de haber llegado hasta allí.

Los primeros en actuar fueron los helis que desplegaron sus ráfagas de disparos contra mi, aunque con la comida que me quedaba pude recuperarme. Entonces los francotiradores apuntaron sus blancos contra aquel cuerpo en el que yo me encontraba, aunque unos pocos wellness pack me permitieron recuperarme de nuevo. Veía a desesperación en sus rostros al ir acabando los ataques que tenían permitidos sin llegar a conseguir el objetivo de derribarme. La artillería comenzó sus disparos levantando una enorme humareda después de la que yo seguía allí en pié, ya un poco maltrecho, pero en pié orgulloso y con mirada desafiante.

Alguien dio la orden y cuando esperaba un ataque de tanques, todos a la vez gastaron todo lo que tenían contra mi, haciendo que no diera abasto a chutarme welness, y por un momento me vi peligrar, así que no me quedó otra opción que hacer lo que había estado evitando todo aquel tiempo que no era otra cosa que sacar aquel disfraz binario en el que me encontraba y mostrar mi verdadera imagen, de sistema futuro, más fuerte de lo que nunca se habían imaginado y tan por encima de ellos que de repente me vi en un lugar vacío pues aquel mundo en el que había estado desapareció de mi vista y solo podía ver una gran cantidad de espacio vacío.

Al fondo, muy al fondo sentía una presencia, ahora estábamos solos la fuente y yo, sin cuerpos extraños ni sistemas arcaicos, mi misión comenzaba de verdad, el cambiar el futuro estaba en mis manos, solamente en mis manos. “Todo es insignificante, nada es tan preocupante y el espacio es un lugar tan vacío sin ti”.



Continuará…


Parte 14