ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA

Day 1,960, 08:11 Published in Colombia Mexico by GianPortillo


Hubo en la carpintería una extraña asamblea;
las herramientas se reunieron para arreglar sus
diferencias. El martillo fue el primero en ejercer
la presidencia, pero la asamblea le notificó
que debía renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado
ruido, y se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo reconoció su culpa, pero pidió
que fuera expulsado el tornillo: había que darle
muchas vueltas para que sirviera de algo.
El tornillo aceptó su retiro, pero a su vez pidió
la expulsión de la lija: era muy áspera en su
trato y siempre tenía fricciones con los demás.
La lija estuvo de acuerdo, con la condición
de que fuera expulsado el metro, pues se la
pasaba midiendo a los demás, como si el fuera
perfecto.



En eso entró el carpintero, se puso el delantal
e inició su trabajo, utilizando alternativamente
el martillo, la lija, el metro y el tornillo.
Al final, el trozo de madera se había
convertido en un lindo mueble.
Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la
asamblea reanudó la deliberación. Dijo el
serrucho: “Señores, ha quedado demostrado
que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja
con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace
valiosos. Así que no pensemos ya en nuestras
flaquezas, y concentrémonos en nuestras
virtudes”. La asamblea encontró entonces que
el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba
solidez, la lija limaba asperezas y el metro era
preciso y exacto. Se sintieron como un equipo
capaz de producir hermosos muebles, y sus diferencias
pasaron a segundo plano.



Cuando el personal de un equipo de trabajo
suele buscar defectos en los demás, la situación se
vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar
con sinceridad de percibir los puntos fuertes de
los demás, florecen los mejores logros. Es fácil
encontrar defectos —cualquier necio puede
hacerlo—, pero encontrar cualidades es una
labor para los espíritus superiores que son
capaces de inspirar el éxito de los demás.