[ICCA] Relatos #6

Day 2,613, 13:43 Published in Cuba Cuba by Nikola TesIa



"El arma es para herir, y la palabra para curar las heridas "
José Martí
ANUNCIO

El ICCA quiere pedir formalmente disculpas por la tardanza en la publicación de los últimos relatos así como de los ganadores del certamen. Diferentes obligaciones nos han impedido realizar esta tarea antes, por lo que esperamos sepan comprendernos. En este artículo podrán encontrar publicados los relatos restantes. Desde ya les agradecemos su atención y pedimos disculpas por las molestias ocasionadas.

I CONCURSO DE RELATO CORTO CASA DE LAS AMÉRICAS

30 GOLDS Y MÁS DE 7000 CC EN PREMIOS




FINALIZADO EL PLAZO DE PRESENTACIÓN COMIENZA EL PERÍODO DE VALORACIÓN DE LOS RELATOS. EN EL CONCURSO HAN PARTICIPADO CATORCE ESCRITORES, AGRADECEMOS A TODOS SU PARTICIPACIÓN

A LO LARGO DE ESTA SEMANA PUBLICAREMOS DIARIAMENTE UN ARTÍCULO CON DOS LOS RELATOS PARTICIPANTES PARA QUE USTEDES PUEDAN OPINAR. ROGAMOS A LOS AUTORES NO REVELEN SU AUTORÍA EN LOS COMENTARIOS. EN CASO DE HACERLO SERÁN DESCALIFICADOS


#13

La mansión encantada


Todos decían que aquella no era una casa más, que no debía acercarme a ella. Desde que llegué a vivirá ese pueblo sentí una atracción especial por aquella casa, no podía dejar de mirarla.

Esa noche, mientras miraba por mi ventana, vi luz en una de las ventanas de la casa abandonada. Sn pensármelo dos veces, salí de mi casa linterna en mano y me dirigía la vieja mansión.

Cuando iba hacia allí, me puse a pensar en todas las veces que había pasado cerca de esa vieja mansión, pero cuando estaba absorto en mis pensamientos, vi la sombra de una mujer.

Estaba tan emocionado al saber que allí vivía alguien, que no me detuve a pensar en el montón de veces que mis amigos me habían dicho que allí no vivía nadie desde hacía muchos años.

Cuanto más me acercaba, más notaba una extraña sensación por todo mi cuerpo, era como si como si cada vez me resultara más complicado dirigirme a esa casa,
Porque aunque yo quería ir, mi cuerpo se ralentizaba cada vez más. Pero tenía tantas ganas de ir ahí, que nada me detuvo y con todas mis fuerzas logré llegar a esa mansión. Estaba ante la puerta, y la verdad es que daba un poco de miedo, pero antes de entrar me paré a pensar un segundo: ”Lo que ha sucedido antes no me había sucedido ninguna de las veces que me acercaba a aquella a esa mansión”, pero como me lo pensé poco, se me olvidó enseguida.

Toqué el timbre pero nadie respondía, la luz de esa habitación era muy rara, ya que a ratos había mucha luz y a ratos había muy poca, lo que más me extrañó de todo este asunto, era que la silueta de la mujer había desaparecido ante mis ojos. Como no contestaban decidí dar golpes a la robusta puerta, pero de repente… … ¡la puerta se abrió!

Yo iluminé el pasillo con mi linterna, y mi primera impresión fue: “Esta casa se parece al decorado de una de esas películas de terror que emiten en Halloween”. De repente se apagó mi linterna, ¿y eso que le había puesto pilas nuevas! Pero por eso no me preocupé y encendí todas las luces, pero ninguna de ellas funcionaba.

Entonces pensé, no pasa nada, solo es un poco de oscuridad, y acto seguido me dirigí a la segunda planta, donde se encontraba esa mujer.
Subí las escaleras un tanto preocupado, porque los escalones crujían y parecía que se fueran a romper.
Cuando llegué a la segunda planta, sentí un escalofrío en mi espalda, pero pensé que no me detendría porque había llegado muy lejos.

¡Ahí estaba! La habitación de la luz con la señora estaba entreabierta, así que decidí mirar un poco desde afuera a través de la puerta. No lo entendía, no había nadie, me pregunté, ¿dónde está la…? , pero antes de que pudiera acabar la pregunta, apareció de la nada la mujer enfrente de la puerta, me estaba mirando a través de la puerta entreabierta, y lo último que recuerdo es haber gritado como nunca antes lo había hecho.

Tres días después me levanté de golpe; dónde estaba, y la mujer de la mansión abandonada, etc. Mis amigos y mis padres resolvieron mis dudas, me dijeron que me habían encontrado desmayado en mitad de la calle, que los médicos habían dicho que seguramente me choqué con una farola. A la pregunta que les hice sobre la mujer, no sabían qué responderme. Lo más increíble de todo es que la casa no estaba, en su lugar había un supermercado. Cuando les pregunté a todos sobre la mansión me contestaron: “¡Qué mansión abandonada! , cuánta imaginación tienes, ¡si siempre ha estado este supermercado aquí!

7 años después sigo preguntándome qué pasó en realidad con la casa y la mujer (¡yo creo que era el fantasma de Alexis Bonte y Plato!), porque de lo que estoy seguro es de que sé lo que vi. ¿¡Quién sabe dónde estará esa mansión ahora!?


#14

Había dos elefantes jugando en la selva del África septentrional, la lluvia hacía ya tiempo que no caía sobre ellos y por eso les toca todos los días, recorrer una gran distancia para llegar a una pequeña laguna, que albergaba un caudal suficiente para todos los animales de la sabana, incluyendo a los depredadores que también aprovechaban para buscar algo de comida en los alrededores; el recorrido era el mismo y los dos elefantes de corta edad, avanzaban siempre juntos de lado a lado, pero casi siempre detrás de su respectiva madre, siempre llegaban exhaustos cuando llegaban al lago y lo primero que hacían no era saciar la sed que les provocaba el largo viaje, sino más bien se lanzaban juntos dentro de la orilla y jugaban todo lo que les permitía sus madres, hasta quedar completamente empapados y refrescados a pesar de dejar el agua algo turbia para el disfrute de sus compañeros de camada.
Los días transcurrían sin mayores contratiempos, el sol se negaba a abandonarlos y las gotas de agua no daban señal de llegada, el par de jóvenes elefantes de sentían tranquilos, ninguna amenaza los incomodaba sin notar que eran ellos, lo elefantes, los que impartían temor y respeto cuando se aproximaban al lago, sobre todo por la cantidad de elefantes que se movilizaba constantemente, hasta el punto que se volvió una completa rutina y ni los juegos en el caudal, los despertaba de la monotonía, de un momento a otro se sintieron intranquilos y muy amargados.

Un día igual que el día anterior, mientras cruzaban por el escaso bosque de la sabana, no se porque solo los dos párvulos elefantes se detuvieron, casi al instante vieron algo que les llamó mucho la atención, la verdad desconozco si los elefantes distinguen los colores, pero era una racimo de flores que a lo mejor relucía brillante, como si el sol se posara sobre ellos para descansar del agobiante día que le estaba proporcionando a los animales de la sabana, o tal vez, fue un sonido particular que emitían, yo no los puedo escuchar, pero los elefantes pueden percibir sonido a muy bajos decibeles y a lo mejor el movimiento ondeante de las flores producían un sonido que solo los elefantes pueden escuchar, pero ¿por qué solo ellos dos podían escucharlo? Y si brillaba más que el sol, ¿por qué sólo ellos podían verlas? Acaso la evolución les había otorgado un don especial, que los haría destacare y en tal caso, sobrevivir mientras sus hermano no; o como dicen, que los elefantes tienen una gran memoria, a lo mejor recordaron algo que les habría pasado tiempo atrás, bueno, esto puede explicar el que solo ellos dos se detuvieran en plena marcha a observar hacia el racimo de flores que estaba en la mitad del bosque, en plena sabana de camino a la laguna, como hacían cada mañana para calmar la inmensa sed de estos inmensos animales.

Animales despreocupado, no importarle en absoluto seguir el camino con sus demás compañero e incluso obstruir el paso de los que sí querían seguir como todos los demás, pero a este par no les importó nada, vaya insensatos, como se les ocurría pararse como si nada, no ven que son horas de ida y vuelta y el llegar tarde implicaría perder el turno con las cebras, que aunque son pequeñas son muchas y tercas, si, tenían que ser parientes de las mulas las rayadas éstas y ni hablar de los Ñu (Connochaetes taurinus) que se multiplican como conejos y sin importar que cada depredador se coma cada uno de a 10, su aglomeración no mermaría; por lo tanto la disputa sería monumental, nunca visto en muchos días ya, solo cuando un par de hienas mentirosas y burlonas encontraron el lago y no quisieron contarle a nadie más.
Estos dos siguieron tres minutos parados observando, escuchando o bueno de pronto por su larga trompa olieron también algo delicioso, el caso es que casi al unísono los dos empezaron a caminar hacia donde estaban mirando muy concentradamente, la manada, las cebras y los Ñu, tendrían que esperar, porque este par cambiaban su camino y se dirigían por la espesura del bosque, los demás elefantes se detuvo para ver que sucedía con éstos elefantes distraídos, errados de su camino habitual de todos los días; insensatos nuevamente digo, pero tampoco me hacen caso, a pesar de tener par de orejotas, es que ¿no saben qué es lo que están haciendo? Tocará observarlos cuidadosamente haber que es lo siguiente que hacen.

El bosque al que hago relación, no es un gran bosque tropical, impregnado de exuberante vegetación, donde solo se puede ver a un metro de distancia, no, este bosque es solo un conjunto de varios árboles, separados de una vegetación amarillenta casi infértil, por lo que los dos elefantes tenían una amplia visión de donde se encontraban; así pues, prosiguieron su camino, hasta acercarse a dichas flores, olorosas, sonoras, visibles, pero tal es mi desconcierto cuando los dos siguen de largo por las flores, no se detienen a olerlas ni a mirarlas mucho menos a escucharlas, estos elefantes están hipnotizados, ¿Qué en realidad los está impulsando a seguir o mejor a desviarse cada vez más de su manada? O será que los habrían echado y con rencor partieron a ningún lugar, mejor me lleno de paciencia y continúo observándolos.

Su caminar se hacía normal, ni muy apurados por llegar rápido a su destino, ni muy despacio por tratar de evitarlo; atrás quedó el ramillete de flores, incluso, empezaban a alejarse del aclarado bosque, por lo tanto su destino estaba mucho más allá del pensado antes; prosiguieron así por su camino, ya de la manada de elefantes no había rastro alguno, la llanura es lo bastante plana para ver al horizonte bastante leguas a la redonda, y en ya varias horas transcurridas, la distancia recorrida ya era significativa, estaban perdidos si por casualidad o capricho de ellos, pensaban en algún momento en regresar, pero en ningún momento dudaron, incluso si su voraz apetito les mandaba calmar su hambre ante cualquier alimento que encontraran; definitivamente estos no parecían elefantes.

La noche los alcanzó así que por fin podrán descansar y se darán cuenta al día siguiente la osadía que cometieron, es que si siguen adelante se les va a acabar la tierra por recorrer, sin embargo hacerme caso sería lo último que harían, pue al parecer este par de testarudos elefantes continúan su camino lo más recto posible, ni el cansancio ni el hambre los piensan contener. El paisaje empieza a tornarse más agreste, la llanura la dejaron atrás y empiezan a ascender por una gran montaña, razón que les dificulta por el terreno y por la oscuridad, a lo mejor tiene visión felina y por eso continúan en su travesía, sin hablar que el agotamiento físico se empezaba a notar y los dos elefantes principiaban a amainar cada vez en su andar en especial, porque sus cuerpos no sudan y necesitan refrescarse con urgencia si no el desenlace será mortal.

Cuando por fin alcanzaron la cumbre de la montaña y la noche despejada los acompañaba, sintieron justa una pausa en su trayecto, pararon y esta vez observaron hacia el cielo, un cielo que les mostraba un panorama sobrecogedor, totalmente iluminado por el millar de estrellas que les acompañaban y así después de un extenuante viaje durmieron, de pie, como lo hacen los adultos, mostrando una señal de diferencia frente a los pequeños que sí tenían que recostarse.

Al día siguiente ya despiertos, permanecían los dos elefantes en el mismo sitio, no sentían aun la necesidad de iniciar la marcha, sus necesidades físicas empezaban a notarse, se giraron y miraron frente a frente, trompa a trompa, - ¿Ya podemos?- Pregunta el de la izquierda, – considero que si- responde el de la derecha. Oh! Estos elefantes pueden hablar, y se están comunicando, esto no es de este mundo salvaje, los elefantes barritan, pero jamás hablarían, pueden comunicarse, es lo más seguro pero con sus berridos y ruidos propios, pero ¿hablar? Vaya fenómeno más extraño; ¿cómo aprenderían, quién les enseñaría, porqué les entiendo, que rayos sucede acá?

Volvieron nuevamente a ponerse de frente al horizonte y muy concentrados, esperando el momento adecuado, al unísono empiezan a gritar. – MAAAARCOOOOSSS - MAAARCOOOSS- MAAAARCOOOOOOS- Sus gritos retumbaron por toda la montaña incluso hasta acá, además de la combinación del ecos, el sonido se fue hasta mucho más allá de la lejanía de la montaña, ¿marcos? Quien será, me suena de alguna parte, ¿marcos?; volvieron los dos elefantes esta vez con mucha más fuerza, - MARCOS- MARCOS- MARCOS- Hasta que el mismo eco se volvía un bucle infinito, repitiendo sin cesar llamando a marcos, esta vez un escalofrío resonó por todo mi ser, el ambiente comenzó a cambiar repentinamente, dando todo vueltas y mezclando el cielo con la tierra y el agua, comencé a girar rápidamente, perdí toda sensación de , ya no sabía dónde estaba el arriba o el abajo o el frio o calor, lentamente mi mente se volvía pesada, pero la claridad comenzaba a aparecer y a cuestionarme, ¿por qué estoy siguiendo a estos elefante? ¿Cómo los estoy mirando? ¿Desde dónde los estoy observando? a fin de cuenta, ¿quién soy yo? ¿Qué forma física tengo? Y de repente entre tanto giro, comienzo a observar una imponente luz de brillantes colores y un aroma único atraviesa por mi cuerpo al compás de un sonido dulce débil pero constante y es cuando mi memoria me trae a mí, el recuerdo de aquellas flores esplendidas que vi hace ya algunos meses en aquel valle, cuando recorría con mis dos amigos directo a la laguna que habíamos encontrado, y que me había desviado para poder alcanzar y tocar aquellas esplendidas flores. Oh! Marcos el insensato y terco eras vos o bueno, yo mismo y este par de amigos tal vez aconsejados por un hada del bosque, siguieron las instrucciones al pie de la letra, oh! Insensato y yo, pretendiendo humillarlos y descalificarlos, sabiendo que su amistad es mucho más grande y su último objetivo era el rescatarme.

Las flores magnificas me llaman, pero las voces de mis amigos siguen invocándome, estoy perdido y me he dado cuenta que este no es mi sitio, acá no hay nada para mí, ¿qué rayos es éste sitio? ¿Quién gobierna en este estado? Mi curiosidad me ha traído hasta acá y no he despertado hasta que mi amigos entrañables han venido a mi rescate, es momento entonces, de ir al llamado de mis dos amigos y abandonar este lugar.

De repente se forma un halo en la cúspide de la montaña, incandescentes colores envuelven el lugar, una luz enceguecedora ilumina todo alrededor y en un estruendo final, se pierde todo en un instante de tal forma que lentamente vuelve el color y la luz matutina a su normalidad; marcos, vuelven a llamar y lentamente abro los ojos y veo a las dos figuras furtivas muy cerca de mí, un calor se alberga en mi corazón y comienza a palpitar de una enorme felicidad, mi amigos del alma están junto a mi lado, y comenzamos a reírnos, mientras de nuestros ojos brotaban lágrimas de una regocijante emoción, nos abrazamos; miramos por última vez ese lugar en el que nos encontramos y decidimos que era tiempo de volver con los demás, a estar con los nuestros, padres, hermanos, abuelos, y todos los que están apoyándonos de una u otra manera; en el camino de regreso encontramos rica comida y deliciosa agua, así que mis amigos pudieron recobrar fuerzas, al igual yo, que permanecí en ese estado distante y extraño, estaba bastante acabado físicamente, pero con fuerzas por volver a ver mi hogar y ser quien realmente soy, un elefante.

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