I Concurso Literario - Tiempo eterno

Day 2,902, 19:42 Published in Uruguay Brazil by Kariky


Estaba recostado en el pasto, con los ojos cerrados; cara a cara frente al cielo. No sabía exactamente por cuánto tiempo había estado en este desolado lugar; pero tampoco quería irme.
Tampoco suelo ser el tipo de personas que disfrutarían de una noche mirando las estrellas; preferiría tener una cita con mi cama. Pero, por alguna razón, esta ocasión era especial. Me sentía libre de todo; no había nada en mi mente. Como si fuese una especie de paloma blanca, volando sin un rumbo fijo por el mundo, sin tener que preocuparse por cosas mundanas como qué comer, dónde estar, o qué hacer.

No quería ver absolutamente nada, porque, seguramente iba a observar el reloj en mi muñeca derecha, e inmediatamente me podría a calcular cuánto tiempo tendría antes de que fuese tarde, tan tarde que me vería obligado a levantarme para disponerme a ir a casa. Y, a fin de cuentas perdería parte del tiempo restante que me quedaría de manera inconsciente. Podría irme cuando el sol comience a bajar; no hay necesidad de preocuparse innecesariamente.

La brisa recorría mi cuerpo como si fuese un calmante inmediato; de tal forma que hasta llegaba a sentirme algo atontado. Como si fuese una droga, la cual luego de consumirla empezaba a tener los efectos adversos que no había leído; pero, que no hacían daños apreciables. Por lo cual, de “droga” pasaba a ser un “medicamento”. Aunque en estos momentos, la realidad es que me convenía más llamarlo medicamento; porque me hacía sentir más seguro.

Todo parecía perfecto. Prácticamente me sentía como si estuviese en lo que suelen llamar “paraíso”. Aunque…, me pregunto si en verdad sería así; ya que ningún ser vivo ha podido estar ahí y volver, ¿no?.

De repente, dejo de sentir la corriente que antes me calmaba, pero, como estaba inmerso en mis pensamientos (y, porque probablemente seguía en mi estado de idiotez), pasé por alto tal detalle. Hasta que, un sonido me obligó a mover mis pestañas hacia arriba.

“_Hey, oye; ¿me escuchas?”.-

Era un grito algo grave, un grito que, si no lo fuese, no hubiese podido retumbar en mis tímpanos. Podía sentir cómo deseaba tener unos tapones sólo para poder ignorar esta molestia. Pero no, ¿cómo voy a imaginar en primer lugar que casi me quedaría dormido en este sitio?.

“_HEY, ¿ESTÁS?”.-

Como si no hubiese sido suficiente la primera vez, volvió a alzar la voz, sólo que esta vez fue mucho más fuerte.

“_Basta; cállate de una vez. Ya te escuché a la primera. Deja de gritar que harás que me venga dolor de cabeza”.- dije desquiciado. Ya no podía soportar ni un sonido más que saliese de lo que sea que fuese.

“_…., perdón, pero era necesario”.- pronunció con un tono de voz más bajo.

Vamos, ¿cómo va a ser “necesario” gritarle a alguien mientras está tumbado?. Bueno, ya no importa; me iba a tener que levantar tarde o temprano. Así que, con la cabeza más “despierta”, pasé de estar acostado, a estar sentado sobre el terreno. Con una mano apoyada sobre la tierra, con el pasto entre mis dedos, y la otra sobre mi cara; por el pequeño retumbe de antes. Acto seguido suspiré, y, antes de mirarle, suspiré y dije lo siguiente:

“_Vamos, di para qué me llamaste. Espero que no sea para decirme “hi”, o algo por el estilo”.-

Definitivamente entendió la estúpida referencia que hice, ya que podía observar cómo evadía mi mirada mientras que, con su mano izquierda se tapaba la boca. Así estuvo un par de segundos lo que parecía un chico (¿de más o menos mi edad?), de cabello negro como el carbón, tal como sus ojos. Aparentaba ser por lo menos un pie más alto que yo (¿1.85?). Creo que si decidiese disfrazarse de “Slenderman” para Halloween le quedaría perfecto; no necesitaría ni ponerse guantes blancos.

“_¿Hace cuánto tiempo estás aquí?”.- dice el joven, aunque tardé un poco en darme cuenta de lo que había dicho( creo que ni sé lo que dijo). Parpadeé un poco, lo miré directo a los ojos y pregunté:

“_¿Cómo?” .-

Fue extraño, ¿por qué estaría tan enfrascado en describir a un simple humano que estuviese delante de mí?. Es como si hubiese sido mucho tiempo desde que traté con una persona. Bah…, debo estar algo agobiado por el sol. Sí, debe ser eso.

“_Pregunté hace cuánto tiempo estás aquí”.- me vuelve a repetir.

“_...¿Mh?”.-

Simplemente no estaba comprendiendo bien a dónde quería llegar. Tanto fue así, y tan acostumbrado estaba a la visión más…, cómo decirlo…, ¿egoísta?. No sé, pero no respondí a su pregunta, y sólo fijé mi mirada en la suya. Contestándole de la siguiente manera:

“_¿Acaso eso importa?”.-

“_Bueno…, no sé tú, pero yo no lo recuerdo. Ni siquiera sé cómo llegué aquí”.- y miró hacia otro lado mientras agachaba la cabeza.

Debo admitir que me tomó por sorpresa, tanto que, los ojos que lo miraban de forma desafiante empezaron a dilatarse un poco.
Si lo pensaba un poco…, la verdad es que tampoco era consciente de cómo había llegado. Sólo sabía que estaba aquí, recostado. Tampoco me alarmé debido a la fresca sensación que sentía en esos momentos. Ni siquiera había mirado la-…

“_No…, …”.-

“_¿...?. ¿Estás bien?”.- y acto seguido se me acerca.

“_No…, no tiene sentido”.- balbuceo lentamente.

“_¿Qué?”.- dice sin entender a lo que me estoy refiriendo.

“_Dime…, ¿es normal que el sol esté en lo alto siendo las diez de la noche?.- le digo largando una pequeña carcajada. Como si la demencia me hubiese llegado.

“_…”.-

“_Aunque puede ser que sólo esté mal la pila y no me haya dado cuenta”.- balbuceo nuevamente, buscándole una explicación “lógica”.

Inmediatamente, una mano se me acerca, y acto seguido él dice las siguientes palabras:

“_¿Acaso te quieres quedar aquí?. Tú mismo dijiste que no sabes cómo has llegado hasta aquí, menos vas a saber volver”.-

“_...., tienes razón. Pero…”.-

Y, sin darme tiempo a buscar una excusa, me agarra el brazo derecho, y con su mano izquierda me levanta.

“_Vamos, quiero salir de este lugar lo más pronto posible”.- murmura algo irritado.

¿Por qué querría salir de aquí?. Hasta hace unos momentos estaba libre de preocupación alguna, ¿quién odiaría estar así?. ¿Por qué?. Simplemente, este chico es raro. Si no fuese porque estamos “atrapados” juntos en esta peculiar situación, lo más probable es que ni nos hablaríamos. Es más, ¿por qué debería seguirle?. ¿No sería más seguro ir por mi cuenta?. ¿Qué tal si él tiene que ver con que yo no recuerde el cómo llegué aquí?.

“_Ugh…, ya no importa”.- pronuncié en voz alta sin darme cuenta. No tenía ganas de pensar más.

“_..., debería importarte”.- responde ante lo que había dicho hace un par de segundos. Sólo que él comienza a caminar, y yo termino siguiéndolo de igual manera pese a mis quejas.

De por sí estoy en el medio de la nada, y la verdad es que él parece estar igual de perdido que yo. Parece inofensivo, y, en caso de que no lo sea, siempre puedo hacer un “plan B”; conozco mis capacidades. La única condición es no confiarme, y todo saldría bien.

Vaya a saber por cuánto rato estuvimos caminando, pero lo real es que todo parecía ser un terreno baldío sin fin. Sólo se podía apreciar vegetación baja. Ni una casa, ni un rastro de civilización. ¿Dónde se supone que estamos?. ¿No nos estaremos alejando más?. Así que, pese a que él estaba decidido a seguir como una mula, yendo sin saber a dónde realmente, pero que bien presentía que no pararía hasta encontrar al menos un alma, decidí interrumpirlo.

“_Oye, ¿estás seguro que vamos bien?”.-

Él, efectivamente se detiene, pero no por mis palabras.

“_..., hay alguien ahí”.- dice.

“_¿En serio?”.- digo sorprendido, y a la vez un poco más calmado. No es normal encontrar a otro como nosotros en el medio de la nada…, aunque tampoco podría garantizarnos que nos ayude de algo.

Y, sin responderme, va corriendo a toda velocidad hacia donde él supuestamente decía que había una persona. No tuve más remedio que seguirlo. Simplemente no había otra cosa que pudiese hacer. Aunque, las posibilidades que esperaba que pasasen se alejaban totalmente a lo que podría predecir.

“_No responde”.- murmura el chico que estaba conmigo.

“_¿Cómo sabes eso?, sacúdelo un poco. ¿O es que sólo a mí me gritas?”.- le dije algo molesto; ¡a mí me había reventado los tímpanos!.

“_..., es distinto”.-

“_¿Cómo?”.- Y comencé a mirarlo de mala gana.

“_Míralo bien. Su piel…”.-

Ante sus palabras, me le acerco a la persona que estaba tumbada en el suelo, y le tomo el pulso. Respiro aliviado, y respondo en tono burlón:

“_Sí, sí, está un poco verdoso, pero lo estás diciendo como si no respirara. No me des esos sustos, hombre. Deberíamos llevarlo con nosotros; puede estar enfermo, y no tengo mi celular, y tal parece que tú tampoco”.-

Él me mira, como ocultándome algo, hasta que al fin decide hablar:

“_Ya he visto personas así antes de encontrarte a ti. No importa lo que hagas; no responden. Al principio pensé que estaban un poco enfermos…, pero…, si miras bien, el color verdoso no es por eso”.-

Una vez que dijo eso, llegué a pensar que me estaba haciendo una broma de mal gusto; pero decidí dar un vistazo más detallado. A simple viste no parecía haber nada anormal, pero…

“_¡¡!!”.- Y, a modo de reflejo retrocedí inmediatamente.

“_…”.-

“_Su…, cara…, su cuerpo…, ¿se puede ver el pasto a través de él?”.-

“_…”.-

“_No me jodan, esto no es una estúpida y aburrida película de terror donde los fantasmas de las personas muertas aterrorizan a un pueblo y terminan matándolos a todos, menos uno que sobrevive milagrosamente. Y justamente suele ser el más inútil de todos”.- refunfuñé como si se tratase de una broma hecha por un par de niños mal criados. Como si me hubiesen “enhuevado” la casa.

“_Pero es la realidad”.-

“_No, no es la realidad; los fantasmas no existen”.-

“_Eso no importa; fantasmas, especímenes, lo que sea. Son humanos, o al menos lo eran”.-

“_¿Cómo puedes saber si no es un estúpido truco de “magia”?. O más bien, de un “ilusionista”. Pfff, todos ellos usan la ciencia en sus “jueguitos”, y luego dicen que hacen “magia”. Farsantes del primero al último”.-

Mierda, se me fue un poco la mano…; dije demasiado sin pensar.
Me acuerdo que hace años le había dicho algo parecido a un compañero de clase, y desde entonces nunca más me habló. Obviamente que aprendí de mis errores, y jamás dije algo que no fuese necesario. Pero, esto es demasiado. Esta situación es demasiado para mí. En serio, podría estar acostado, relajado, pero no; estoy viendo a una cosa de la cual puedo ver a través. Vaya putada en la que me metí...

“_No es un truco de magia”.- dijo de manera cortante y fría.

“_¿Y cómo puedes saberlo?”.- pregunté a carcajadas burlonas.

“_Porque él fue la primera persona a la que le hablé, y me dijo que lo dejara en paz; quería dormir. Al rato se tornó de esta manera”.-

“_¿Qué..?.”.-

“_…”.-

No podía creer lo que estaba oyendo, definitivamente no podía creerlo. En todos los libros científicos que he leído, ninguno mencionaba algo como esto. Mi piel estaba erizada; ¿acaso yo hubiese terminado igual si seguía acostado?. ¿Qué quiere decir esto?. No lo entiendo.

“_...Ugh.., ya no importa”.- murmuré

Ya está, ya no me importa qué mierda está pasando. No sé cómo llegué aquí, ni cómo salir, y ya no me importa. Seguro que es una pesadilla. Sólo eso.

De repente, él me mira; estaba furioso. Me agarra del buzo, y me arrastra hacia él, y me dice con los ojos encendidos:

“_Vuelves a decirlo y juro que te parto la cara”.-

“_Ugh, no por favor, estos labios solo quieren sentir la piel de una chica”.- dije inconscientemente, lo que ocasionó que (probablemente) se cabreara más, por lo cual, acto seguido me suelta bruscamente; tirándome al suelo.

“_Estoy harto, harto de la gente como tú que sólo sabe romper las pelotas. Se creen demasiado, y no hacen ni una mierda por nadie. Y, si los ayudan, te clavan un puñal de mierda por la espalda. Intento evitar lo inevitable; púdranse todos. Púdrete aquí. Si tengo que buscar la salida yo mismo, y dejarlos a todos acá criando hongos lo haré; a nadie le importa ni una mierda nada. Sólo saben decir “no importa”, “ya fue”, “déjalo”, “eres un embole”. No necesito estar junto a la mierda como si fuese mi obligación. Son todos unos hipócritas; que sólo se preocupan cuando se ven en peligro. Váyanse a la mierda, ratas enfermas”.-

De verdad; me dejó sin palabras. Nuevamente, otro hecho que no he podido predecir; tal vez me equivoqué cuando creí que el mundo era aburrido.
Sin motivo alguno comencé a reírme; y lo mejor era que no podía parar de sonreír como un estúpido. Mientras tanto, él me miró un par de segundos con disgusto, se dio la vuelta, y siguió de largo.
No era hora de perder el tiempo (si es que existía algo así a esta altura), y rápidamente me levanté, y lo seguí.

Sin nada más que hacer, estuvimos caminando; él adelante, y yo atrás, siguiéndolo. Podía sentir que no estaba disfrutando mi compañía, aún así, podía notar que no pretendía dejarme atrás; sus pasos eran bastantes lentos como para poder seguirle el ritmo. Iba a quedarme callado, al menos hasta que él decidiese mirarme a los ojos, pero no pude contenerme; el silencio me estaba atormentando. Así que, me puse a ejecutar mi pequeña “estrategia”:

“_La pizza de Don Cangrejo…, es de ti para mí… mhmhmm….”.-

No soy un fanático del show, pero sabía bien que los de mi generación solían hacer algunos chistes con algunos de sus episodios; y estaba funcionando. Se estaba conteniendo la risa, lo sabía. Pero, seguía sin darse la vuelta, ni siquiera tenía la intención de responderme. Así que debía poner en marcha el plan “B”:

“_Hey, Slendy; soy Gastón, ¿y tú?”.-

“_..., ¿pero qué te pasa?. ¿Por qué no te quedaste durmiendo?”.- me responde, aún sin mirarme de frente, y sigue avanzando.

“_Bueno, soy mierda; me debo prender de algo”.- dije con una sonrisa en mi rostro.

Y, pasan un par de segundos sin habla alguna, hasta que escucho una voz:

“_..., soy Agustín”.-

“_¿Agus?”.- pregunto, haciéndome el tonto.

“_...., eres un idiota”.-

“_Bueno.., mis notas no dicen lo mismo”.-

“_Un idiota que sabe estudiar”.-

“_Un genio idiota”.-

“_Ja…”.-

Continuamos hablando de temas triviales, así mientras seguíamos caminando sin un rumbo fijo. En el camino encontrábamos alguna que otra persona, aunque prefiero no hablar de ello.
Esto parecía no tener fin; era algo similar a dar vueltas por los mismos lugares. Pero él no desistía, y por ende, yo tampoco. Algo así como una acción con consecuencias en cadena; su ímpetu hacía que yo tampoco me rindiese.
Es cierto que, creer no siempre es poder, pero…, en esta situación lo mejor era pensar que podría haber una salida. Igual, llegamos a un punto en la conversación en la cual terminamos hablando sobre ello; simplemente era inminente. Pero, pese a todo no nos detuvimos; él seguía, y yo…, yo ya no estaba tan seguro.

“_Tal vez sea mejor que me dejes aquí”.- le dije, pero él no me dijo nada, y se detuvo. E, acto seguido me toma del brazo, y comienza a correr.

“_HEY, ¿QUÉ TE PASA?”.- le grité algo exaltado mientras seguía arrastrándome a la fuerza.

“_Calla, tenemos que ir hacia la luz antes que desaparezca otra vez”.-

“_¿Qué te estás fumando vos?”.-

“_No lo sé, pero prefiero ir hacia otra cosa que no sea pasto”.-

“_...., ¿¡!?”.-

Iba a decirle que tal vez sería mejor descansar un poco, que estaba muy preocupado. Pero…, a medida que corría más rápido, yo también pude ver una especie de luz. No sé si llamarlo luz, era más bien una “neblina luminosa” a unos pocos metros. No sé que sería eso, pero…, cuando quise acordar…, ya habíamos entrado.

“_Ah…, definitivamente es una luz; me está dejando ciego”.- murmuro, y vuelvo a cerrar los ojos.

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“pi”
“pi”
“pi”
“pi”

“_Esperen, no lo hagan”.-

“pi”

“_Señores, lo sentimos, pero es nuestro deber”.-

“pi”

“_Por favor, pagaremos lo que sea, no se lo lleven, no.”.-

“pi”

“pi”

“_Señora, ya le dijimos que nos ha llegado un paciente en urgencias con la misma condición que su hijo. Si no lo desconectamos; una persona que podría haberse salvado morirá”.-

“pi”

“_Querida…, ya está…”.-

“_NO, NO; MI HIJO NO PUEDE IRSE”.-

“pi”

“_...”.-

“_¡¡AAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!”.- y se escucha la voz de una mujer rompiendo en llanto.

“pi, pi, pi”

“_¿?. Sus pulsaciones…, ¿están subiendo?”.-

“pi, pi, pi, pi”

“_Mi hijo…, mi hijo…, no….”.-

“_Señora…, su hijo…”.-

“_No me diga que se va morir, basta, basta”.-

“_No, al contrario…”.-

Dios, esos gritos me rompieron los tímpanos..., en serio, ¿acaso no pueden hablar como personas normales?. ¿Por qué tantos gritos?.
No tuve otra opción más que abrir los ojos para saber qué estaba pasando. Y, ahí me veo; en una cama…., ¿de hospital?. ¿Qué es esto?. Pero aquí no acaba…, cuando me giro hacia la izquierda, puedo ver a mi madre envuelta en un mar de lágrimas, mirándome fijamente, y a mi padre en un estado similar.

“_¿Papá…, estás llorando?. ¿Mamá?, ¿qué les pasa?”.-

Inmediatamente, mamá se me acerca y me abraza fuertemente, y acto seguido comienza a besar mis mejillas mientras refriega las suyas con las mías.

“_Mi bebé, mi bebé; estás vivo. Mi hijo, mi hijo.”.- y sigue llorando.

“_Dios santo…, gracias…, gracias..”.- murmura papá, y se tapa los ojos con su mano derecha.

Aparentemente estuve tres años en coma. Todo había ocurrido porque un hombre borracho me pasó por arriba en una calle mientras estaba con el semáforo en verde; un domingo a las diez de la noche. La enfermera que estaba en la habitación iba a desconectarme lo que hacía que mi corazón pudiese seguir latiendo al igual que los tratamientos diarios, porque, según el médico, de a ratos mi presión bajaba, hasta inclusive llegar a un estado casi de muerte; por lo que necesitaba un “apoyo” suplementario para mantenerme.
Mis padres parecían las personas más felices del mundo; no paraban de mirarme y sonreír. Ni siquiera estaban atendiendo las llamadas de sus respectivos trabajos, contestaban con un “lo siento, mi hijo despertó” y colgaban. Era asombroso.
Iba a quedarme a seguir escuchando las historias sobre “cómo el doctor pensaba que no iba a despertar”, y de cómo mis padres se turnaban con la ilusión de verme abrir los ojos, cuando escucho algo que me llamó la atención.

“_DOCTOR, DOCTOR, EL PACIENTE CIENTO TRES, AGUSTÍN RODRÍGUEZ DESPERTÓ DE SU COMA DE TRES DÍAS, EL DE LAS CUATRO DE LA TARDE, PERO TIENE BAJAS PULSACIONES, VENGA YA”.-

“_¿A-agustín?”.- murmuré atónito.

Y recordé gran parte del “sueño” que tuve. Tal vez era más que un simple sueño, pensé.

“_¿Qué pasa querido?, ¿un amigo tuyo?”.- me pregunta mamá.

“_..., ¿puedo verlo, mamá?”.-

“_…, ¿qué tal si vamos juntos en un par de horas?”.-

“_Bueno.., vale”.-

“_Hijo…”.-

“_¿Mh?”.-

“_Te quiero, lo sabes”.- y me mira dulcemente, mientras toma mis manos.

“_Sí, mamá. Yo también”.-


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“_Vaya vaya”.- digo sonriendo, dentro de la habitación ciento tres.

“_¿Mh?, ¿quién?”.- responde el joven que estaba en la cama.

“_¿No me recuerdas, Agus?”.-

“_Pero…, …., ……”.- y se me queda mirando.

“_¿Mmmm?, ¿la pizza de Don Cangrejo no estaba buena?”.-

“_Espera…, ¿Gastón?. ¿Qué?”.-

“_Así que me recuerdas…, eh…”.-

“_Tal parece que sí…”.-

Y, como si lo conociera de toda la vida, comencé a hablarle, y él, sin mucha opción me seguía la corriente.

“_Así que estamos haciendo la misma carrera, y tú, habiendo entrado tres años antes que yo, terminamos con prácticamente la misma cantidad de materias”.- le dije, en parte con un pequeño tono de burla.

“_Bueno, a mí me cuestan las cosas… Aunque no entiendo cómo pudiste avanzar tanto, considerando que estuviste en coma por tres años”.-

“_No te mentía cuando dije que soy un genio. La mayoría las debo haber pasado como si tomase agua. Si quieres, puedo entrar a la misma facultad que vos, y nos anotamos a las mismas materias; así te ayudo”.- le dije sonriente.

“_Qué hijo de pu…”.- me responde algo molesto, aunque al rato se le pasa.

“_Oye.., cambiando de tema…”.-

“_¿Sí?”.-

“_Me enteré que tu caso fue a las cuatro de la tarde”.-

“_Sí, ¿qué hay con eso?”.-

“_Me he estado preguntando…, ¿cómo es posible que te hayas dado cuenta?”.-

“_¿Cómo?”.-

“_En mi caso, si no fuese por la hora, no te hubiese ni mirado; ¿qué fue lo que hizo que te levantaras?”.-

“_..., sentía que algo no estaba bien. Sólo eso”.-

“_Mmmmmh, no me cierra”.-

“_Eres un genio; descífralo”.- me dice mientras larga una pequeña carcajada; probablemente la primera risa auténtica que veo salir de él.

“_Hey…, ¿tienes whatsapp?”.-

“_ Sí, tengo”.-

Me le acerco, abro mi mano, y al compás le digo:

“_¿Me prestas tu cel unos momentos?”.-

Y, como si me leyera la mente, sonríe, y me dice:

“_¿Por qué no?”.-


Fin.


Comentarios: Lo hice a las apuradas…, lo siento… x,D. Espero que les haya gustado. ¡Saludos!.
P😨 No me voy a quedar con los premios del juego del muñeco, pero les pido un poco de paciencia. Sí, los resultados ya están, y daré los premios.