Una historia de amor fantástica

Day 4,266, 09:26 Published in Venezuela Venezuela by Darwin Carballo

Se escondía en las cuevas el fiel mago de la obscuridad que encontraba belleza en lo más frio de la pureza nocturna que le rodeaba; su nombre era Tiniebla.
Tiniebla vivía en un mundo asolapado de luz donde sus intrínsecos deseos, anhelos muy profundos del alma jamás eran cumplidos. Tiniebla no era un ser bueno… Tiniebla llevaba la destrucción consigo en cada conjuro, hechizo y malos deseos de su corazón putrefacto. El mundo en que vivía estaba lleno de luz, de una alegría inentendible para un ser tan despreciable por todos. Y por ello decidió mantenerse solo, oculto en una cueva lejos de otros seres.
Una flauta empieza a sonar a las afueras de la cueva donde se encontraba tiniebla… tenía una melodía triste y tenebrosa como ninguna otra… la música llamó la atención del solitario mago y caminó hacia donde se producía la melodía.
Un joven de aspecto fútil y ojos blancos como la nieve tocaba la flauta con gran destreza… la canción era escuchada por cuervos y serpientes propios de la cercanía de la cueva… seres tan despreciables como el mismo mago.

El flautista termina su canción y se inclina en señal de agradecimiento para todo aquel que le haya escuchado… Da media vuelta y se aleja. Tiniebla conjura un hechizo de fuego en el camino del extraño músico, el flautista detiene su marcha, se da vuelta y se mantiene callado.

– ¿Quién eres tu triste músico?… ¿que no sabes que estos son mis aposentos y nadie debe entrar aquí? –Reclama Tiniebla
El músico solo toma su dedo índice y lo pone en su boca, exclamando: ‘’sshhh’’ y empieza a tocar de nuevo.

El músico no va en dirección hacia donde se dirigía en un principio, caminó en dirección a la cueva; hogar del mago. El mago al ver tanta osadía decide conjurar otro de sus oscuros hechizos de control; haciendo que los cuervos vayan en dirección al flautista con intención de matar… para la sorpresa de Tiniebla estos solo volaban rodeándole y otros descansaban en sus hombros pero no le hacían daño. El flautista solo camina y entra a la cueva como si nada pasara.

A Tiniebla lo invadía una enorme ira, ese músico se había burlado de él sin decir si quiera una palabra. Al entrar a la cueva el músico se encontraba sentado en el suelo.

– Mi nombre es Ezzild… Tú has de ser Tiniebla el maligno. He cantado historias sobre ti, no creí que fueses real. Vengo desde tierras muy lejanas siguiendo la poesía y las hermosas leyendas que se propagan por todos los reinos sobre este lugar de encanto… Hace ya 300 años desde que la oscuridad tomó estas praderas… Pero tu tiniebla lograste detener el mal y salvar este lugar.

– Yo no salvé èste lugar, fue la reina quien lo hizo. Tú debes ser Ezzild, El músico de bestias; yo también he escuchado de ti… Un pobre ciego que va cantando de reino en reino buscando algo y viviendo de limosnas.

– Busco los sentimientos, el alma real, la belleza y las desidias que conviven con nuestro ser y hacen parte de nuestros pecados para así cantar y encontrar la canción perfecta y aliviar los dolores y animar las alegrías.

– No puedo brindarte nada músico… estoy totalmente vacío de esos sentimientos. Ya los deseché todos. Mejor vete.

No contento con esa respuesta Ezzild empieza a tocar una canción de hacia cientos de años, era una hermosa canción que llevaba melodía suave y melancólica y contaba la historia triste de la muerte de alguien especial y la cantaban los ancianos a los niños para anunciarles su pronta despedida. Se hizo tradición cantarla cuando alguien moría. De inmediato tal sollozante melodía encaminó una lagrima por la mejilla de Tiniebla.

– Que ser tan ruin eres músico… Has logrado sacar una lágrima de este cuerpo tan seco. Es por eso que te contaré una historia que no narran las leyendas, una historia que he mantenido oculta por siglos– se sentó frente al fuego y frente a Ezzild y continuo diciendo– El mundo está hecho de alegrías y tristeza que componen la verdad y la realidad de este mundo, noble músico al escuchar tus tristes melodías vinieron gratos y tristes recuerdos… eres un buscador de historias, un narrador de ellas… cantas con tanta libanesa y creas las dos fuerzas; la tristeza y la alegría, la luz y la oscuridad, el amor y el odio. Ambos sentimientos que componen la verdad de este mundo y con la que convivimos los mortales y los no tan mortales que se aferran a la vida.
Esta historia que estoy por contar es sobre la reina, el ser más amado de este reino, la mujer casi diosa que reina estas praderas y le da tanto brillo y amor a este lugar.

Todo comenzó cuando éramos unos niños, la reina en ese entonces princesa solía jugar conmigo todos los días en los prados de este lugar, su belleza y pureza se extendía… estaba destinada a amar y ser amada por todos, esa época de mi niñez junto a ella fue la más feliz de todas. No fue hasta nuestra adolescencia donde mis sentimientos hacia ella cambiarían a un noble amor; ¿sabes Ezzild? los sentimientos por alguien pueden cambiar de un día a otro sin aviso ni perjuicios, solo cambian y se mantienen… pero un ser tan patético como yo jamás lograría obtener el amor de una mujer como ella, tan dulce y feliz como ninguna otra. Mi amor por ella fue creciendo en lo silencioso de su mirada y de su temple tan bondadoso tan lejos de lo que yo podría ser, en silencio le amé.

Un día llego un joven que poseía un don que no podía pasar desapercibido, su magia era de una belleza tan tangible como real… Nunca había visto tanta impresión en la mirada de la princesa, no paso mucho tiempo que por medio de encantos y alegría, valiéndose de su don obtuvo el amor de la princesa. Él podía ofrecer lo que yo jamás podría, solo observe como era feliz sin mí. Pero yo no desistiría, la princesa era mi más grande amor y por tanto amor fue que abandoné todo y me fui del reino para ya no ver su felicidad con aquel que se ganó el nombre de Mago de luz, así fue como me fui en busca de mi propia magia.
El mago de luz nació con el don de la magia; un simple mortal, humano como yo no tenía tal privilegio pero la magia de la nigromancia me recibió; un poder oscuro que se cierne por toda la tierra y le da fuerza a los corazones pútridos como el mío y solo pide a cambio llenarse de mis desdichas y maldiciones para brindar su poder. Me invadía tanta tristeza y rencor conmigo mismo, todo lo que ofrecía no era suficiente para obtener el amor de la princesa y al llorar escuche una voz… Eran los espíritus pasados de la nigromancia que me explicaban la belleza de lo oscuro… De lo roto que estaban nuestras almas y decían que entendían mi dolor.

Esas voces fueron mis maestros y me hacían compañía en las largas noches de desdicha que me cercenaban a una demencia continua y a un dolor profundo al saber que mi amor nunca seria mío realmente.

Al volver al reino con tantos conocimientos de la nigromancia decidí buscarla, verla una vez más. La encontré ya hecha una mujer, su belleza se había multiplicado por el infinito de las estrellas y su sonrisa alegraba hasta mi podrida alma. Cuando me le acerqué más y más, lo vi a él, me miraba fijamente… era el mago de luz quien me detenía con un hechizo de inmovilización, de pronto la guardia real me rodeaba y el mago de luz explicaba que mi aura era oscura y maligna, que era un nigromante. Ella me miró con tanto terror, ella no me reconocía y me terminé de quebrar. Liberé mi ira y la tierra se abrió, de ahí salieron seres no muertos que luchaban en mi nombre, el mago de luz empezó a luchar con ellos y yo escapé.

Al escapar, lo comprendí… era él quien se quedaría con mi joya, con mi tesoro… con el corazón de la princesa que latía al ritmo que él quisiese y lo seguiría a donde el fuese… Yo en cambio solo era una rata en este reino, condenado al exilio, condenado a alejarme de ella. Ya mi vida no tenía ningún sentido… es quizás mi destino caer, perder y contar las tristezas incontables de las noches rotas y estrelladas que compusieron mi desdicha.

¿Sabes algo Ezzild? Los seres de luz siempre han querido tomar a las estrellas que avivan la noche como propias, pues las admiran; las estrellas no pertenecen a la luz, las estrellas son existencias que al igual que yo pertenecen en la oscuridad y están destinadas a eso, a ser lejanas, a estar solas, a ser incomprendidas y ser solo eso.

Ezzild notaba la tristeza que para él… parecía tan poética, tan sublime y llena de melodías. Ezzild tenía algo en su mochila que quería mostrarle a tiniebla, era el diario de la reina, un diario de cientos de años donde la reina solía escribir sobre su amigo Dante.

– Ahora puedo estar seguro que tú debes ser Dante, toma debes leer esto –dijo Ezzild

Diario de la reina:

Es el primer día de primavera, escribo para dejar plasmado algo sobre esta fantástica fecha. Mi amigo Dante corta rosas y las trae para mí, corremos de un lado al otro, el suele cansarse primero… A él no le agrada correr, pero si yo empiezo a correr él siempre va tras de mí. Él siempre se enoja conmigo, dice que debo empezar a comportarme como una princesa y que ya debería dejar de escaparme para ir a jugar con él. Es bastante quisquilloso pero a mí me agrada salir y disfrutar de esta época del año, además es divertido estar con él. Desde ahora me hago una promesa a mí misma, escribiré en este diario cada primavera desde hoy.

Esta es la segunda primavera desde que empecé a escribir en mi diario, la alegría se desborda y el paisaje cambia como todos los años, la gente parece estar muy alegre pero Dante está enfermo, creo que el polen lo ha puesto mal, tenía pensado visitarle a su casa y llevarle algunas galletas que he hecho pero me han montado una muy seria vigilancia para que no me escape, así que tendré que quedarme y solo le escribiré una carta para que se sienta un poco mejor, le diré que me vea mañana donde siempre y que llevare muchas galletas, eso seguro lo motivara a salir.

De regreso a esta jaula llamada palacio, al final he podido escaparme sin que ‘’la guardia’’ se diera siquiera cuenta. He podido ver a Dante, le han encantado mis galletas; me ha cantado una hermosa canción, dijo que la luz de la luna lo había inspirado y que era inevitable que me cantara… el suele ser espontaneo, es bastante grato contar con un amigo así.

Esta es la tercera primavera, es increíble que no haya dejado de escribir en este diario o que aún no lo haya perdido. Estas primaveras son distintas pues ya tengo 16 años y mi padre me dejara salir con su permiso a lugares que el elija. Me ha dicho que hoy vendrá un joven mago al reino… Iré a ver cómo funciona eso de la magia.

EL mago me ha dejado fascinada, ha creado rosas por doquier y muchas me las ha obsequiado, tiene un brillo natural tan genuino… me agradaría conocerle más, mi padre me ha dicho que vendrá al palacio mañana.
He recibido una carta de Dante:

‘’princesa, espero pronto verla… sé cuánto le agradan las rosas es por ello que hoy pasare toda la noche cortando muchas rosas para usted, se las enviare al palacio… sé que debe estar con muchas responsabilidades pero me gustaría citarla mañana en el mismo lugar de siempre para confesarle algo que ha ocurrido conmigo y que la involucra a usted’’

Hoy el día ha comenzado bastante bien. Las Rosas de Dante han llegado a mis manos a primera hora de la mañana, realmente se ve que tuvo que seleccionarlas cuidadosamente pues son las más hermosas que he visto en ya bastante tiempo. Hoy el mago ha venido al palacio y mi padre me ha puesto a su cuidado, es una persona muy callada pero bastante alegre, debido a que está a mí cuidado le llevé conmigo a ver a Dante.

A Dante parece que no le agradó la idea… no quiso decirme lo que dijo que me confesaría, solo estuvo por un corto tiempo y se marchó… Dante suele ser muy raro en ocasiones. El mago empezó a hacer su magia… de pronto hizo un arcoíris y de pronto hizo nacer un campo de rosas de las cuales emergieron miles de mariposas con colores de todo tipo. Pase todo el día con el mago.

Esta sería la octava primavera desde que empecé con este diario, eso si hubiera escrito sobre las demás primaveras…. así que esta primavera seria la cuarta que escribo. He decidido escribir otra vez en el diario; pues al leerlo pensé que estaba inconcluso. Estas serán las últimas líneas que escribiré sobre este papel. Estas no serán palabras alegres de una feliz primavera como lo he escrito anteriormente. Esta será una gris primavera… desde hace cerca de 4 años mi amigo Dante a desaparecido. Desde entonces no puedo sonreír en ninguna primavera y todas las primaveras lo espero en el mismo lugar donde nos reuníamos desde niños, todos los días de la primavera lo espero.

Siento que Dante se había enamorado de mí, yo de cierta manera también sentía algo por él, sentía una enorme admiración, me sentía protegida a su lado y también sentía mucho miedo de aceptar que sentía tantas cosas más por él. Desearía verlo, que regrese… Justo ahora siento ira y un gran vacío en mi vida. A pesar de que he encontrado el amor, me falta hablar con Dante… expresarle mi cariño, preguntarle tantas cosas.

Tiniebla al terminar de leer el diario se inca de rodillas y llora profundamente como nunca lo había hecho jamás… su mente se llena de tantos recuerdos, no solo de las primaveras que la reina narraba en ese pequeño y corto diario. Si no de muchas cosas más; de su mirada de niña inocente, de su sonrisa y carisma, eran tantos recuerdos alegres para un corazón infectado por la plaga de la soledad… El llanto era inevitable. Ezzild solo toca sin parar mientras las lágrimas caían gota a gota. Tiniebla nunca había sentido tanta fragilidad y todo causado por aquel amor tan lejano… es por ello que decide confesar:

– He permanecido en éste bosque, en éste reino para protegerla Ezzild, ella nunca me ha pertenecido, pero yo la siento tan mía y al volver a la realidad entro en gran ira, así he vivido por tanto tiempo joven músico, este diario ha conseguido hacerme sentir bien y te lo agradezco… Sabes, mi corazón ha estado latiendo y se mantiene vivo por este amor que siento por ella, jamás la he dejado de amar
–Tiniebla habla mientras toma caldos de sus pociones– quizás no pueda volver tan atrás como en ese diario, pero si puedo parecerme a ese Dante que está ahí descrito.

Los conjuros de la nigromancia ocultan oscuros secretos y le devuelven a Tiniebla a una apariencia de juventud, Ezzild queda realmente impresionado.

– ¿Entonces? ¿Iras a buscar a la reina, a decir quién eres después de tanto tiempo? –Pregunta Ezzild–

– No joven músico, aunque la amo debo dejarle ir… ya no puedo seguir resistiendo el dolor, han pasado más de 300 años, quiero que al fin me encuentre, quiero que me vea y recuerde a ese Dante que narra en ese diario… me encantaría saber si llorara por mí, seria grato saber que sí. Me destruiré Ezzild, ¿podrás llevar mi cuerpo hasta ella?

–lo lamento Tiniebla, no puedo dejar que lo hagas, te he mentido… no vine aquí solo por una gran historia, he venido a llevarte conmigo. Has estado aquí mucho tiempo nigromante, la soledad te ha vuelto un desquiciado…. Pero he logrado que recuperes algo de cordura, la reina me envió a buscarte, ella está muy enferma, los brujos y médicos que le atienden aseguran que morirá… Ella sostenía ese diario en sus brazos y deliraba con tu nombre. Es por ello que he venido hasta acá a buscarte Dante.

Tiniebla quedo totalmente paralizado, sin decir ninguna palabra… él no podía siquiera respirar con normalidad, su alteración e ira eran grandes y crecían al pasar de los segundo, hasta que en lo lejano se escuchó su grito ensordecedor, un grito de cólera que se expandió por todo el reino.
Tiniebla acompañó a Ezzild hasta el palacio donde juntos entraron a la habitación de la reina, la reina se encontraba acostada con los ojos cerrados, los sirvientes le confesaron a Ezzild que ya no podía hablar, toda ella estaba perdiéndose minuto a minuto.

Tiniebla no pudo evitar acercarse a ver a su gran amor, acarició su cabello, sus mejillas y de pronto escucha la voz de la reina qué replica: ‘’Dante’’ pero nadie lo escucha, solo él; sus ojos se llenaron de lágrimas inconsolables y le da un beso en la frente. De pronto… algo realmente mágico pasó, el tiempo se detuvo y empezó a dar marcha atrás de manera muy acelerada, en un abrir y cerrar de ojos Dante se encuentra besando la frente de una niña, ambos tenían la forma de niños, era la princesa. Ella despierta y dice:

– ¿Dante, es posible que seas tú?

– ¿qué pasa aquí? ¿Qué es todo esto?

– Yo tampoco lo entiendo, ¿será este un sueño?

– Si lo es no me importa– abraza a la princesa hecha niña

La princesa y dante cada más se sumergían en esa realidad alterna… empiezan a ser niños otra vez, empiezan a jugar, a reír, a saltar y se iban perdiendo en su mundo juntos. Cada poco se sentaban a meditar y a ser adultos por un tiempo… en esos momentos se confesaron todo sobre ellos y su tiempo separados. La princesa lloró al escuchar el daño por el que había estado sometido Dante, tanto dolor ella lo comprendía y se disculpaba por haber permitido que pasara por ello. Ella confeso su amor por Dante, un amor que ella nunca había podido confesar en un plano real de la vida, un amor que le confundía; ella confesó el haber tenido 2 amores… Dante su primer y verdadero amor; ese que le acompaño en los momentos más duros de la vida, con quien ella habría deseado estar por siempre y su segundo amor, fue el amor de su vida, El mago de luz; ese que le acompaño siempre y le obsequio todo para hacerla feliz. El hechizo al pasar de los años iba decayendo poco a poco, se debilitaba y desaparecían cosas dentro del hechizo. La princesa dice:

– Dante, jamás podrás entender lo importante que fuiste para mí, a pesar de estar con otro amor siempre pensé en ti… –dice entre lágrimas y voz quebrada– ¡Dante, lamento no haberte buscado!

Del hechizo, solo queda la habitación y la princesa junto a Dante empiezan a desaparecer lentamente. Dante toma su mano y le dice:

– Princesa, mi princesa… mi amor por ti será eterno… cortare las mejores rosas para ti, prometo hacerlo.

El hechizo que había realizado la princesa al sentir el beso de Dante en su frente se desborono y el tiempo regreso justo al momento donde Dante besaba su frente. Una tristeza le invadía a todo su ser, ella murió justo después de aquel beso en la frente, ella gasto todas sus energía para mantener ese hechizo por tanto tiempo activo y poder estar junto a Dante. El cumplió con lo prometido, Corto las mejores rosas para su eterna princesa, en su funeral se las obsequio entre lágrimas y lágrimas. Regresó a la cueva y estuvo sentado varios días leyendo el diario.

Un día no muy distinto a los otros, apareció Ezzild, estaba con otro individuo montando un gran dragón, Ezzild le comenta que quiere que venga con él… Ya nada ataba a Tiniebla en aquel reino. Tomó una mochila y guardó el diario de la reina, se lo llevó con él, se fue volando y desapareció entre las estrellas.

Este articulo participa en el concurso periodistico de el diario eVenezolano "la eVenezuela de antier"

link del concurso, animense, que el tirano paga: https://www.erepublik.com/es/article/concurso-periodistico1-2701251/1/20