Join the new world

No lo entiendo, todo era normal ayer. Ahora no veo nada.

Aunque no fuera lo habitual, ayer entrené. Creo que incluso llegué a entrar en una batalla a dar apoyo moral, más que efectivo. Por supuesto no trabajé.

Estoy casi seguro de que saludé a alguien. No noté nada especial en el ambiente. Misma decadencia, mismos odios, nada realmente especial.

¿Por qué no puedo ver nada?

Creo que fui a descansar, un día doscliquer normal. Pero he abierto los ojos y todo está negro. Negro total. No oscuro, si no negro. Puedo verme a mi mismo, si estuviera oscuro, no podría.

No entiendo nada. He gritado y nadie responde. No se oye nada tampoco. Es un silencio absoluto, casi demencial. No noto brisa, ni vibraciones.

Joder, me he puesto en cuclillas para tocar el suelo, y no siento nada. No sabría decirte si es liso o rugoso, suave o áspero. De alguna forma, hay suelo, pero no lo siento. Necesito un pitillo.

Venga ya. Es imposible que no lleve ni un sólo cilindro venenoso encima. Joder, ni siquiera el mechero. ¿Huele a algo? No, no huele a nada. A nada, joder.

¿Estoy encerrado? Ni idea, habrá que probar a andar.

Hostia, si estoy encerrado, esto tiene que ser la puta carcel más grande que existe.

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda.

Al final ha pasado, joder. Mierda, mierda, mierda.

Tanto tiempo esperándolo, y zas, llegó de repente. Ni un anuncio previo, ni una ceremonia, ni un agradecimiento malicioso. Simplemente han cortado y a tomar por culo el invento. Ya no más eRepublik. Ya no más Nuevo Mundo.

Ya no más yo mismo. Joder. Tengo tantas gilipolleces que decir. Tantos momentos en los que dar vergüenza ajena. He soltado tantos tochos inmisericordes. Y se acabó. Ya nada. Ni un registro. Un último reducto, sucio, polvoriento y semiderruido dónde alargar la agonía un poco más en compañia.

No volveré a existir. No volveré a veros. No volveréis a darme asco. No volveré a sentir emoción cuando decidís comportaros como si quisiérais pasarlo bien juntos. Me quedo encerrado en mi mismo, para toda la puta eternidad. Tantas cosas, tanto esfuerzo, tanta energía, tanta bilis… y ya no queda nada. Joder, desearía ser un simple avatar. Si hubiera sido un avatar, no tendría consciencia de mi mismo. O lo mismo daría igual. Hubiera sido un avatar lleno de medallas, que hubiera invertido tiempo y dinero en lograr hazañas tremendas, sólo para llegar a este puto día. El día del apagón y si te he visto no me acuerdo.

No quiero estar aquí.
Quiero salir.
Noto como la ansiedad recorre mi pecho.
No puedo respirar.
No puedo no ser.
No puedo no existir.
Esto no puede ser verdad.

Despierto empapado en sudor. La habitación está tal cual, con las viejas fotos ajadas, las sábanas llenas de manchas inclasificables, la ventana sucia que da al polígono local.

Miro el calendario, ahora lo comprendo, otro coma. Han pasado varios años, y no es la primera vez, pero es cosa mía, ni tan mal. Me asomo a la ventana: hay menos gente y los edificios son diferentes. Pero en la esquina sigue estando Plato, chuleándole la recaudación a Lana.

Saco un cigarro, con alivio de haberlo encontrado en el pantalón. Lo enciendo e inhalo profundamente, mientras contemplo como paseáis, os apuñaláis y os mentís.

Porque llegará el día en que no podré volver a hacerlo.

---

Versión para VISAs

---