Ciudades de Papel

Day 3,352, 23:26 Published in Uruguay Uruguay by Rodrigo Zeballos




Este artículo está hecho para participar del concurso del Ministerio de Prensa, Difusión y Entretenimiento (Marxista-Leninista).


¿Qué pasaría si se nos diera por despojar a la comunidad científica de la ética de sus experimentos? Seguramente se podría avanzar mucho en un montón de ámbitos. No es novedad que los cientistas sociales siempre hemos soñado con un mundo sin ética. La ética a menudo nos ha limitado en nuestro comprendimiento de la mente humana y del devenir de las sociedades.

Por eso para nuestra edición especial de Travesura Realizada he estado preparando un experimento social que causará pavor en nuestra pequeña comunidad de seres inocentes.



Primera Parte:

El experimento se trataba de una pequeña comunidad país, llamado eUruguay, en el cual un montón de personas juegan a elegir presidentes virtuales para guerras y recursos virtuales de empresas y dinero virtuales en un entorno virtual de un simulador geopolítico al que llamaremos eRepublik virtual, virtual, virtuales.

Cabe señalar que nuestro experimento es en realidad la versión mejorada de experimentos fallidos anteriores, bien conocidos por todos como versión 1 y versión 2 de eRepubulik.

Muchos de ustedes se preguntarán qué interés podrán encontrar estos sujetos del experimento en el juego, si todo en realidad era virtual. He aquí el truco de este pequeño experimento. Se le insertó a cada uno de los jugadores un diminuto chip de presunta inocencia con personalidades categóricas, las cuales indentifiqué como «liberales», «zurditos» y «mediadores». Por una cuestión estratégica los del tercer grupo fueron los menos.

Lo verdaderamente interesante en el principio fue la forma en la que los sujetos del experimento fueron transitando sus historias. Muchos de ellos, quizás por la limitación de la inteligencia artificial, eligieron nombres realmente paupérrimos, como GenioKPO, FrankitoKPO y el resto de la familia KPO.

Los liberales fueron dotados de una inteligencia particular para estirar la ley a su ventaja, además del sentimiento de asco innato a las multicuentas. Sin embargo parece que hubo algún error de algoritmo en la programación dado que al mismo tiempo que las critican, las usan por montón para ganar elecciones con fines dudosos.

Mientras tanto los zurditos están específicamente entrenados en slóganes populistas como "votá izquierda", "votá bien" o "votá pueblo". Tienen por característica especial el uso desmedido de adjetivos tremendistas, como varios compañeros han sabido señalar, mientras que presentan una extraña adoración por el color rojo de la cual desconocemos sus orígenes.

Mientras tanto los mediadiores han sido pocos: habiendo sido el único verdadero Santi Louro, quien por desgracia para nuestra estrategia metodológica decidió abandonar el juego a mediados del experimento, frente a lo cual igual decidimos seguir adelante.

Los detalles a tener en cuenta son que, primeramente, los liberales han fundado su partido y lo han sostenido desde el comienzo del experimento, mientras que los zurditos han variado de nombres reiteradas veces, empezando por el longevo PSU, hasta el PUV, FSR, FER, MI y ahora PCU, más algún otro que no recuerdo. Además de que han decidido fragmentarse en múltiples partidos.

Por otra parte no podemos dejar de señalar la aparición de un partido que no estaba previsto en nuestros planes, que fue el Partido de los Unicornios liderado por un sujeto del experimento con principios severos de esquizofrenia.

También cabe destacar al grupo del MAR, quienes al principio eran parte de la personalidad de los mediadores, pero que, aún no sabemos cómo, han terminado por sumarse al ala liberal aunque algunos de sus miembros «revolucionarios» todavía luchan por mantenerse neutral.

Los errores de programación se hicieron sin embargo evidentes cuando algunos sujetos decidieron fundar el Partido Ecologista del Uruguay, cuando todavía no existía la polución. Algunas fuentes indican que estas personas habrían estado jugando con cucumelo virtual, pero son datos incomprobables de dudosa fidelidad.



Segunda Parte:

Tienen que saber nuestros queridos lectores que el experimento aún no está terminado pero que está alcanzando sus fases finales. Todo comenzó tratando de acostumbrarlos a ser robados, primeramente por toveros de afuera, luego por los parvas y finalmente por un infiltrado del Partido Liberal llamado Maxi apellidado Casas, también conocido como «seterminó» o «elinnombrable».

Luego de haberse acostumbrado parecían haber encontrado hace un tiempo la estabilidad nombrando como Ministro de Economía a Dario Moreira, quien estuvo varios meses contando monedas.

Sin embargo para que nuestro experimento no se estanque hemos hecho a principios de este año alguna modificación en los números de las elecciones haciendo ganar los comicios al bloque de la izquierda.

La presidencia de Yaguareteyararacusu puso en jaque a varios sujetos del experimento tomando medidas irrisorias como repartir los tanques entre los jugadores, lanzar una guerra en este simulador bélico, hacer que aumente la recaudación ostensiblemente y logrando generar un mercado competitivo en donde el precio de los panes Q1 y Q2 se redujo en casi un 50% mientras que los tanques han logrado derribar ampliamente la barrera de los 18 UYUs situándose en un precio relativamente competitivo frente al precio internacional.

Este tipos de medida sin embargo no son más que una cortina de humo generada por nuestro sofisticado y avanzado software de simulación. Nuestros chips insertados en cada uno de los sujetos del experimento están indicando todavía varios signos de inconformidad. Los pasos a seguir son simples: primero Rodrigo Zeballos es designado Ministro de Economía; segundo Rodrigo Zeballos se roba toda la plata de las ORGs y se da a la fuga. No es que tengamos un interés especial en este hecho, sólo que este experimento tiene que ser financiado de alguna forma.



Los datos obtenidos:

La parte cuantitativa del experimento es la parte más interesante. Primeramene tengo que decir que los chips insertados en las mentes virtuales de nuestros sujetos nos permiten recabar información y mantener el contacto con ellos, lo cual hace posible tener datos precisos en nuestra enorme metabase de datos.

Los jugadores han usado multicuentas en un 94% de las elecciones. 45% de los votos registrados en el juego han sido votos trucados. Sin embargo, pese a la disconformidad de la mayoría, este número crece a diario.

La parte divertida fue cuando les pedimos que evaluaran su actitud éticamente del 1 al 10. El promedio fue de un 4. Es decir, que aunque eran unos multeros tramposos, al menos se dignaban a admitir que eran unos multeros tramposos.

Sin embargo hace un tiempo introdujimos en sus mentes la posibilidad de tirar una moneda virtual para elegir si usar las multis o no. Ellos no lo saben, pero nosotros sabíamos si estaban usando la moneda. La realidad indica que el 33% de ellos decidió no tirar la moneda y multear de todas formas, calificando su actitud con un 6 en nuestra escala. Es decir, habían hecho lo mismo que antes, pero por alguna extraña razón se sentían más conformes con su actitud.

Mientras tanto el otro 67% tiró la moneda para decidir, aunque no nos dijo qué significaba cara y qué significaba ceca. Sin embargo, entre todos los que tiraron la moneda, tuvimos un promedio de 98% que nos dijo que le había tocado multear. Este número, como el lector ya sabe, debería haber rondado el 50%. Es decir que aproximadamente un 48% de los jugadores además de ser multeros y tramposos, resultaron ser mentirosos.

La mejor parte fue cuando les pedimos que calificaran nuevamente su actitud. Estos viles seres despreciables se calificaron a sí mismos con un puntaje 8. Es decir, no sólo habían multeado y nos habían mentido, sino que además se habían engañado a sí mismos, frente a lo cual se sentían un poco menos soretes. Es decir, nuestros sujetos de experimento ya estaban alcanzando 4 de las 5 características que estábamos esperando comprobar: multeros, tramposos, hipócritas y mentirosos.

Para la tercera parte les dimos la posibilidad de tirar una moneda pero esta vez nosotros elegimos qué significaba cara y qué significaba ceca, para evitar que pudieran mentirnos de nuevo. Sin embargo el promedio de la moneda a favor del multeo alcanzó un 89%, ya que los jugadores decidieron tirar la moneda tantas veces como fuera necesario hasta que les tocara multear. Por obvias razones desechamos esta parte del experimento.

La cuarta parte del experimento constó de la implantación de un espejo virtual en sus pequeñas mentes sugestionadas. La idea del experimento era hacer que se sientan observados. La mayoría de estos multeros multeó de todas formas, pero después de haberlo hecho manifestaron sentimientos de culpa, miedo y tristeza.

Muchos dirán que el avance del conocimiento humano no justifica el sufrimiento de este pequeño grupo de sujetos experimentales, pero la realidad es que después de haber visto lo manga de soretes que pueden ser, no nos arrepentimos de nada.

He aquí los resultados más concluyentes del artículo: cuando los sujetos del experimento se sintieron observados, multearon cerca de un 65% menos. Es decir, que el hecho de sentirse observados fue lo que los hizo dejar de multear. Además, los que aún sintiéndose observados lo hicieron, expresaron haber sentido que su actitud ética frente al asunto había sido de un 2, es decir, que se habían sentido más hijos de puta que nunca por haberse mirado en un espejo cuando multeaban.

Lo cual nos permite concluir dos cosas más que importantes: primeramente que los sujetos del estudio se comportan mejor cuando saben o sienten que están siendo observados, por lo cual los principios del Gran Hermano se vuelven más firmes, funcionando como argumento para las cámaras que la Intendencia de Montevideo viene instaurando por toda la ciudad capital. ¡Grande, Martínez!

Por otra parte nos queda claro que la sensación de soretismo ético de los participantes también varió cuando tenían la opción de autoengañarse. Es decir, no les bastaba con hacernos creer a nosotros que habían tomado una decisión éticamente correcta, sino que además debían hacérselo sentir a sí mismos.



Conclusión:

La conclusión profesional de este experimento es que probablemente más de la mitad de los sujetos que juegan este juego son una manga de soretes hipócritas y mentirosos que piensan solamente en cómo salvarse a sí mismos aunque sea usando multis. Sin embargo, la parte más sorprendente, es el hecho de que muchos de los sujetos han llegado a autoconvencerse a sí mismos de que estaban comportándose de una forma ética excelente en el preciso momento en el que se estaban comportando como una manga de hijos de puta.

La parte buena del asunto es que siempre deberíamos sentirnos observados. Todos sabemos que Plato está mirando. Todos sabemos también que cuando Plato no está mirando alguien más lo hace.

He aquí, como cierre, un pequeño mensaje para mis amigos liberales:

«Perdonar a los multeros es cosa de Plato, ticketearlos con los admin es cosa mía».



* este artículo es una adaptación libre de estos dos artículos geniales: *

Teoría del Garca.
Probando la Psicología Humana.