We Are Never Ever Getting Back Together

Day 2,947, 08:32 Published in Cuba Spain by Evolet Riley


Antes que nada, todo lo que está aquí es producto de mi ser. Por lo que al igual que yo, os pido que no los copies. Sed buenas personas y darle al coco

o
Dos opciones con las que podéis leer:

http://www.youtube.com/watch?v=KrT_0J6m6y8 OPCIÓN A

http://www.youtube.com/watch?v=fNdeLSKSZ1M OPCIÓN B

Me iba a poner la ropa más bonita para aquella ocasión, iba a demostrarle al mundo, a ti porque mi mundo eres tú, lo mucho que me importas. Iba a maquillarme un poco y hacerme un montón de fotos con la cámara del móvil, para luego presumir de mí. En realidad para presumir de la mujer que tienes, aunque mejor dicho de la que antes tenías.
¿Pedí yo acaso tener esto? ¡Joder! ¿Acaso pedí merecerme todo lo que he llevado tanto tiempo a mis espaldas?

Y tú… Ahora decides irte. Decidiste irte hace tiempo.

Te marchaste dejando lluvias por donde pasabas. Esas lluvias que ni siquiera el tan gigantesco Sol podía parar. En ocasiones, aunque no lo creamos, las nubes necesitan desahogarse; y tú diste ese empujón para que ellas lo hicieran.

Cuando creía que pasar por aquel túnel me iba a ser útil, el túnel del amor, de nuestro amor tan incondicional, anhelado, amado y deseado, cuando creía que el cruzarlo me iba a abrir un motón de puertas… Cuando al fin tú y yo íbamos a estar juntos, me di un canto en los dientes.
Un canto que hizo que todo lo de mi interior se destrozara.

¿Cuándo desee que nada en el mundo se me fuera concedido? Tú fuiste lo que más desee durante tantos años, tú, aquel que en una fiesta de 1999 me manchó el vestido de Ponche, tú con quien a lo largo de los meses he querido volver a ver, tú, esa persona capaz de hacerme sonrojar como si de una adolescente se tratase.

Y tú… Ahora decides irte. Decidiste irte hace tiempo.

Como las hojas de pleno otoño que caen de los árboles al suelo con un color marrón. Marrón, así era mi cabello cuando nos vimos por primera vez. Negro, gris, ahora son mis días bajo una gran depresión causante de tu pérdida. Amor mío esto no debías haberlo hecho.


Por más que quiero volver hacia atrás, por mucho que quiero atrasar las manecillas del reloj, no puedo. No se me es posible hacerlo. ¿Por qué? Porque lo hecho, hecho está y está bien.

Llevo enamorada de la misma persona más de 15 años, pronto haré media vida enamorada de ti; y es duro que el Destino, que la vida misma, no nos quiera juntar. Pero claro está, el cielo y la tierra, el ángel y el demonio, nunca, NUNCA pueden llegar a juntarse, a formar una sola criatura mística o mitológica.

¿Por qué todo lo que escribo en este papel, sucio y reutilizado no puedo entregártelo? Porque como bien he dicho antes, si el cielo y el infierno llegan a verse, ocasionan una colisión a toda regla. El planeta TIERRA se iría a tomar viento, y eso es lo que no queremos que pase, o al menos yo.

Tal vez, y pensándolo bien, no podemos estar juntos por más que queramos. Porque… si la vida misma no nos lo permite y aunque hallamos ido en contra de esas reglas impuestas por un ser superficial, tal vez… no estemos destinados a estar juntos.

¿Y si somos ese grupo menor que hay en la faz de la Tierra que van en contra de estas leyes y al final resulta de que no pueden estar JUNTOS? ¿Te lo has parado a pensar?
Yo sí, y ayer me di cuenta. Me di cuenta de lo doloroso que es amarte, amar a alguien en concreto. Descubrí que por mucho que uno quiera, no puede mandar en su corazón, pero sí en su propia cabeza.

Podemos mandar en ella, y asumir diciéndonos que no somos el complementario a ese puzle inacabado de la otra pieza. Podemos asumirlo de alguna u otra manera, pero nuestro corazón no puede negarlo. Y yo, me voy de tu vida, porque sé que es mejor que te quedes con ella, que la aprecies y la mimes y la admires como en un día fuiste capaz conmigo.

Tan ni siquiera sé si estas páginas pueden o no llegarte, porque bajo este título hay muchas palabras en él. Palabras y sentimientos que siempre he conseguido guardarme para mí misma.

El amor… doloroso y bello mientras dura. Tantas y tantas personas por conocerse, que nunca se han visto y nunca podrán hacerlo.

¿Acaso me merezco esto? ¿Acaso no quiero ser feliz junto a la persona de mi vida? No puedo con más problemas bajo mi espalda, no puedo soportar mucho más este peso muerto. Muerto y duro, pesado y agonioso. No puedo más. Nadie podría llevar esto consigo mismo.

Quiero volver hacía atrás, quiero volver a aquel día en que nos conocimos, hablamos y nos vimos por primera vez. Quiero volver allí y, justo en el momento que me separaron de ti, decirte que te quedes conmigo todos los días de mi vida, decirte que nuestro futuro se puede cambiar si estamos JUNTOS, darte mi dirección, mi número de móvil… y un beso al alba. Un beso de :’’mañana nos vemos amor mío’’.

No niego que durante esos tres años que hemos estado juntos, hemos disfrutado y hemos acabado exhaustos, haciendo partituras a nuestro antojo, cambiando el ritmo y poniendo otro, de lo que a nuestras noches de pasión se refiere. He disfrutado mucho de ti. Disfrutar se queda corto.


No sabes cuánto hecho de menos que me acaricies el cabello mientras reposo en tu pecho desnudo después de caer rendida al hacer el amor. Anhelar cada despertar junto a ti y ver, comprobar con mis propios ojos, que nadie debe estar solo en este mundo. Que todos, queramos o no, tenemos a alguien con quien despertar cada mañana y admirar la belleza que tiene su rostro, la ternura de su respiración y los latidos de sus sueños inacabados. El caso es que hay que salir a la calle, no con un cartel que ponga: ESTOY SOLO, DAME COMPAÑÍA, y buscarla; porque ahí está, entre tantas personas, ambiente, árboles y animales, está la persona de nuestra vida.

Muchas se quedan en el intento, en un intento en vano de conocerlas. Por circunstancias de la vida ni siquiera se han topado. Y eso jode mucho. Jode porque llegas a pensar que no eres NADA para nadie, que NADIE es para NADA. Y esas personas se entierran en sí misma, con sacos de arenas y hormigón para que nadie entre en sus vidas.

Duele, asfixia sentirse así, y yo más que nadie lo comprobé en un día. Sentir que nadie es para ti y formar una armadura de hierro diciéndome a mí misma, a la propia EVOLET RILEY, que estoy bien sola, mejor sola que mal acompañada o que no quiera nadie en mi vida, que yo no necesito a una persona…. Son muchas cosas las que se me han pasado por la cabeza. Y ahí, estabas tú una vez más.

Duele, asfixia verte. Me asfixio en una bañera llena de color rojo, rojo como el rubí, como la sangre que poco a poco se derrama, como aquel fluido que corre por todo nuestro cuerpo.
No tengo escapatoria Scott. He aprendido la lección: un cabrón no puede estar con alguien demasiado bueno. Con alguien, conmigo. Alguien como yo que se va caño a bajo, bajo las tuberías de esta ciudad.

Debería haberme ido en cuanto pude. Me dieron la oportunidad pero no quise, algo me ataba a estar aquí. ¿Pero qué era? ¿Eras tú? ¿Tus recuerdos? ¿Mi martirio por haber perdido un hijo y a un esposo?

La vida me dio una oportunidad de volver a escribir las páginas teñidas de sangre. Pero aunque las haya escrito, ya nada tiene sentido.

Aunque Clara, aquella hija en común, sea pequeña, lo entenderá pronto.

¿Acaso merezco todo esto? Nunca lo pedí. Cierto es que dije: ‘’Nosotros nunca nunca jamás podemos estar juntos’’, y si es lo que dije, que así sea.

Cuida de todos y de todas. Cuídalas, ya sabes a quienes me refiero, ámala porque sin amor nada somos. Yo ya tengo suficiente, y esta tinta pronto se va a acabar.

No quiero llantos, solo quiero que recuerdes a aquella alma gemela que pudiste tener, pero que el Destino no quiso que tuvieras… Yo sé quién es tu alma gemela, y tranquilo no es Annie, tu anterior mujer difunta, no lo soy yo, un ángel caído que se marcha a desplegar sus alas, es esa que tienes a tu lado.

Atentamente E.R






Link de donde podéis encontrar esta historia al completo:

https://www.wattpad.com/myworks/49800158-we-are-never-ever-getting-back-together-wowawards