La despedida.

Day 1,756, 13:48 Published in Chile Chile by Kalfulikan

Eran la tres y media de la madrugada cuando nos embarcamos en el puerto de Corral. Una luminiscencia lúgubre nos despedía allá lejos, en Valdivia. Lo último que vi de la Ciudad fue la Catedral, desplomándose entre llamas furiosas.

Las órdenes eran claras: replegarse hacia la costa. Corrimos toda esa tarde hacia Niebla, perseguidos por un ejército completo de bravos trasandinos, venidos de más allá de las nieves eternas para tomar venganza sobre nuestra tierra.

Tenía miedo.

De Niebla, cruzamos en precarias lanchas a Corral. En el camino, la soldadesca comentaba las noticias que, al parecer, provenían de las más altas cúpulas: una nueva patria nos estaba esperando.

Una nueva patria. De animales extraños, hablaban; fuego y desierto, profundos cañones surcados por aguas frías y rodeadas de una vegetación exuberante. Una patria de habitantes aguerridos, acostumbrados a luchar contra la tierra misma para sacar un mendrugo de pan de la estéril arena.

Mientras hablábamos, nos trasladamos de las pequeñas barcazas a un acorazado de la Armada, el último de los barcos chilenos que aun rondaba estas costas, decían.

Mientras nos alejábamos de la ciudad puerto, mis ojos recorrían el paisaje costero.

Adiós a los centenarios fuertes, a los bosques siempre verdes, al glorioso Paseo Libertad por donde, según cuentan, el propio Lord Cochrane caminó hace casi doscientos años.



Pena, hay mucha pena. Pero no es tiempo de llorar, ya habrá lugar para las lágrimas, pensé cuando comenzaba a aclarar el día. Y miré entonces hacia el lejano oeste, dando la espalda a la negra columna de humo que señalaba la Ciudad. Allá, al otro lado del mar, están nuestras esperanzas, allá nuestro futuro.


Juro, por la sangre de los que cayeron defendiéndote, que volveré para verte otra vez.
Adiós Valdivia.