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Es gordo y está en aprietos, y no precisamente por su correa. Un ciudadano peruano escribió desesperado a la redacción de nuestro periódico, buscando ayuda humanitaria para su evacuación a tierras argentinas, a días ya de iniciada la guerra.

El hombre en cuestión, se llama Adrián Gordillo, y en este momento se encuentra encerrado en su apartamento, ubicado en un céntrico edificio de la capital peruana, Lima, esperando la llegada de las tropas a su puerta. Según su propia versión, no pudo viajar a tierras argentinas debido a que no había asientos para gordos en el vuelo comercial que pretendía abordar.

"La aeromoza me dijo que no cabía en ninguno de los asientos y que además, solamente se permitían 20 kilos de equipaje", declaró a nuestro medio el desesperado hombre. Nos contó además que en el aeropuerto tuvo que soportar una vergonzosa revisión a causa de su sobrepeso. "Los oficiales del aeropuerto dijeron que mi panza estaba sospechosamente grande, y que sospechaban que transportaba por lo menos 200 kilogramos de cocaína".

La aterradora narración continuó cuando Gordillo nos contó: "Cuando terminaron la revisión, uno de los policías me dio su teléfono, y me citó para el sábado en una discoteca, al tiempo que se retiraba guiñándome el ojo". A causa de esto, el damnificado no regresó más al terminal aéreo, aunque nos confesó que se sintió realmente tentado a asistir a la cita con el oficial.

Al momento, ningún representante del Ministerio de Relaciones Exteriores se ha pronunciado al respecto de la situación de nuestro compatriota, que además se encentra preocupado ante la falta de alimentos debido a la guerra. "Ya me comí al gato, al perro y mis uñas, y no sé cuánto más resistiré", nos confesó Adrián Gordillo, antes de intentar almorzarse a nuestro camarógrafo, que escapó a tiempo, no sin antes tomar la foto que presentamos en la portada de esta nota.