El Diablo de la Q7

Day 2,043, 15:00 Published in Mexico Mexico by Ulises.

Este artículo es en realidad un cuento, inspirado en la primer canción del Concurso: Escucha la pista y envía tu historia eRepublikana del CUS, en realidad se lo iba a enviar por mensaje a Bord0 de Clora, pero conforme escribía me pareció que no iba a caber en un mensaje. No quise colocar alguna imagen para dejar que ustedes se imaginaran todo, espero que les guste.



"Corrían los días después del 2000 en el pueblo de Caribe e Insular, municipio de eMéxico: calor infinito, asesino, arrasaba con viejos y niños por las mañanas. Pero en las noches invitaba a seres no de este mundo a aparecer en la plaza principal, el reciente cementerio o en la sala de estar.

Ciudadano Velmef se ocupaba de las labores de entrega de armas, por lo que siempre era el primero en levantarse y el último en irse a acostar. Figuróse un día ver el espectro de su eMadre (hace años fallecida) recorriendo el patio que separaba la MU del arroyo, o imaginaba que los muertos bailaban al son de la luz de las velas en la armería.

Fue el primero en observar el animal, en la fábrica de armamento Q7. Al principio creyó que se trataba de una víbora gigante, de ésas que alguna vez oyó contar de los hermanos misioneros del Amazonas. Su tamaño igualaba el de 2 de los mejores sementales de la cuadrilla, su piel era verduzca, en su cabeza había dos como cuernos y sus ojos, ¡oh, esos ojos!, infundían el más grande de los terrores a cualquiera que lo mirara.

- ¡El diablo está en la granja!. Entró gritando a los aposentos. Los hermanos, sobresaltados, se levantaban uno a uno para ver lo que pasaba.

- ¡Acompáñenme, rápido! El diablo está en la granja. Gimoteaba ciudadano Velmef. Y unos le seguían, mientras otros permanecían en su lugar, incrédulos.

Rápidamente un gran número de militares se congregó en el maldito lugar donde se hallaba aquella cosa. No quedaba duda, era el diablo transfigurado en un terrorífico animal.

Ciudadano Xipetotec, responsable de aquella misión, no daba crédito a lo que observaba: El diablo enredado entre la fábrica de alimento Q2 y la fábrica de armamento Q3, exactamente en la fábrica de armamento Q7, no dejaba de moverse ni de vomitar sendos ríos de veneno y espuma.

- Matemos al animal. Opinó Ciudadano Drako Yang, al parecer, un buen consejo.

- Matémosle y quemémosle. También opinaba Ciudadano arxaios, que aunque extranjero, contaba ya varios años dentro de la misión.

Al final, todos convenimos en darle fin a aquella aberración de la naturaleza, el cual fue hecho pasar en armas por la mayoría de los hermanos. Pero antes de quemarlo un ciudadano brindó el peor de los consejos: “No lo quemen, es mejor observarle y estudiarle antes que su cuerpo se descomponga y expida el peor de los olores, llevémosle al interior de la MU, puede ser provechoso a los ojos de Dhoo, el eTodopoderoso.

Así aconteció la primera noche, el ciudadano Velmef seguía con sus tareas normalmente, junto con otros compañeros. Más en el segundo día, al aparecer la hija de la mañana, la Aurora de rosáceos dedos, el mundo despertó cual visión de Dante en el quinto infierno: Decenas de cuerpos decapitados aparecieron ante mí y cientos más eran puestos a disposición de los enemigos. Con horror noté que aquel animal no había muerto, con terror en la sangre me di cuenta que era el Dios de los enemigos, transfigurado en una serpiente con ojos de hormiga, el cual devoraba nuestros sagrados alimentos y consumía nuestras armas en aquellas tierras inhóspitas.

Pero los enemigos no poseían el aspecto natural de un hombre o de una mujer, sus rostros y sus vientres parecían visiones salidas del Hades. Era clara su misión: Exterminar a los hostiles invasores, profanadores de su dios y sus creencias. Uno a uno han sido formados mis hermanos.

Ciudadano Marko Aberst, primer víctima de la dantesca hecatombe parecía tranquilo, figuróseme un gran héroe, similar al dios Dhoo, supremo. Sus últimas palabras: “Usualmente no hablo de mi.” Entonces, consagrado al diablo de la Q7, comenzó éste a devorar sus entrañas, sin proferir aquél grito alguno. Inspirando a los demás hermanos a hacer lo mismo.

Seguidamente Ciudadano Fixitorit, ¡oh, jamás olvidaré aquellas palabras, dignas de un dios! “Siempre hay una recompensa más allá del Game Over.” Las cuales infundían en los hermanos gran valía.

Los hombres van cayendo, los enemigos gritando, contorsionando cuales entes del infierno asolando las praderas de famosas ciudades. Oh, Dhoo, antes de mí figura PiKaBuu y antes de él ya ha caído Kensei87, quien al final aún nos regala estas hermosas palabras: “It is only a game / Respect each other /Help the community / Protect the e-kids...” Su legado.

PiKaBuu ha caído, se acercan a por mí, oh Dhoo, no temeré, creo en tu sacra eVendetta, y la de todos mis hermanos aún de pie que lean esto..."