Cronología de una dictadura

Day 3,380, 07:19 Published in Spain Spain by Zumalakatxerri

Escribo el presente artículo por orden de la dictadora, en cuya nave me encuentro. La estancia aquí ha sido muy dura, nos ha controlado con mano de hierro.

Solo se comía una vez, a las diez de la noche. El menú era un mendrugo de pan de ayer. Cada vez que preguntabamos "cuándo comeremos pan de hoy" respondía riéndose "mañana, soldados, mañana".

Después, todos usabamos a la hora de limpiarnos los dientes el mismo cepillo mohoso que la mascota mono usaba para rascarse el pompis. La boca aún me sabe a culo.

Al dormir, compartíamos suelo, pues la dictadora deseaba tener todas las camas para ella. Por lo menos teníamos calefacción, pero para poner en marcha el calentador de agua, alguien tenía que pedalear en la bicicleta. Por si fuera poco, el mono roncaba como si no hubiera un mañana.

Nos despertabamos a las 4 de la mañana, sin necesidad, solo porque la dictadora quería. Mientras ella se ponía otra vez a dormir, a nosotros nos tocaba limpiar la nave hasta que brillara. No hubiera sido tan duro si no tuvieramos que hacerlo con escupitajos, limón y un trapo.

Hacia las 9, nos poníamos en marcha, preparandonos para la misión que teníamos que hacer ese día. El cruel humor de la dictadora disfrutaba con el sufrimiento de la gente, por lo que nos ponía trabajos miserables. Yo mismo terminé llorando en una esquina por la misión de contar chistes, fue muy duro...

Después de cumplir la misión, nos dejaba en paz el resto del día, tiempo que pasabamos intentando comunicarnos con el exterior, o jugando al parchís, sólo al parchís, la oca estaba prohibida.

Este es el relato de la rutina de la nave. Les recomiendo entrar, aunque es más duro de lo que parece. Fortalece el alma y el espíritu, y no sé, para algo más habrá servido.

Misión cumplida, dictadora.


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