Crónica de Disculpas, Invasiones Eternas y Suspicacias

Day 1,880, 13:56 Published in Spain Spain by Espaugyl



Muy queridos Reyes Magos:

Quiero, ante todo, pediros perdón por mi desconfianza. Soy un mero Corresponsal de Guerra, curtido en la retaguardia de mil batallas, con innumerables cicatrices hepáticas de cruentos combates etílicos y grave disminución neuronal por leer artículos de la Org de Cultura no devuelta en un principio por los pro-córvidos. Todo esto me llevó a confundir lo que es Justicia Real con lo inmediato y falsamente evidente, creyendo que a cambio de unas meras Orgs Sus Majestades de Occidente (sí, andaluces, no lo repito más, las quejas a Su Santidad) habían otorgado un fraudulento segundo mandato a quien no lo merecía.

Perdonen a este mero Corresponsal de Guerra que ya nunca dudará de que los Reyes Magos premian de una forma u otra a los que han sido buenos y castigan con carbón, real o en forma de premio-moñiga, a quienes nos… se han portado mal.

Atentamente,

Espaugyl
Corresponsal de Guerra
La Desinformación y la Subjetividad son mis Divisas.




Los Reyes Magos de Occidente, unos señores y no como el gordo pederasta alcohólico de rojo… y el que diga lo contrario que se cambie el nombre y vaya a pedir ciudadanía a eChile o más lejos


No es un “déjame un bus” de esos (nunca entenderé por qué los gabachos hablan de algo ya vivido en términos de préstamo de transportes públicos), es tan sólo que es de justicia rectificar cuando uno se equivoca. Mi fe en mis paisanos de la realeza es más firme que nunca y ya sé cuál ha sido mi regalo de Reyes: La limpieza ornitológica del año entrante. Pero no todo ha sido bueno, que es sabido que toda buena acción tiene su justo castigo, y creo que el hacerme eco de las malas artes de terceros ya me ha sido recompensado con lo que me ha sucedido en esta semana.

Por lo pronto he de decir que reivindico mi denigrada y chocopunteable profesión, el sano (no para mi hígado) oficio de intrépido periodista, de Corresponsal de Guerra, de informador en seguros bares alejados del frente de todo lo que acaece en este eMundo en guerra. Muchos piensan que mi actitud en lugares con pocos disparos es incompatible con dar noticias bélicas, pero eso sólo lo pueden decir quienes apedrean desde la ignorancia los ventanales que les abro a la sabiduría. Mi periodismo bélico es un periodismo de investigación, del tipo que asegura mi integridad física como sacrificio, muy a mi pesar. Es por esto que en vista a que algún día puede que quizás, y si no llueve o hace sol, retiradas mediante y esperas a otros países también, cabe la posibilidad de igual hasta invadir eChina (espero que mis nietos, los que tenga ilegítimos en algún descuido con poco forcejeo lantánico o alumnil, me lo lleguen a contar porque no creo que yo lo llegue a vivir a este ritmo que vamos) he decidido estar toda la semana preparándome para una hipotética llegada a eChina cuando sean seguras media docena de regiones por allá y no resulte incómodo beber parapetado en una trinchera.

Una semana entera llevo aclimatándome a ese extraño país de gente de mal color y ojos de emoticón sonriente, una semana llevo bebiendo baijiu y huagjiu casero (sí, esta gente bebe licores raros de arroz, trigo, sorgo y otras mierdas) y digo casero porque ante la imposibilidad de costearme estos alcoholes de importación he decidido hacérmelos yo mismo, pero con mi toque, por supuesto, que estos enanos con ictericia no tienen ni idea de lo que es encallecer un hígado ibérico.



Obsérvese la gran tecnología empleada en mi proceso de destilación de alcohol oriental para aclimatación posinvasión. He omitido todo tipo de electrónica en el proceso para evitar fallos por tormentas solares y consiguientes irregularidades en el buqué.


Pero una semana de orientalización a tiempo completo es demasiado hasta para mí, incluso se me estaba poniendo el color de los nativos a invadir, por lo que hoy decidí iberizarme en El Bar, tomarme unas cuantas copas de vino oloroso, varias jarras de cerveza, media docena de brandis y vuelta a empezar, que sé por mis inexistentes conocimientos médicos que no hay como una diálisis espaugyliana para recuperar las buenas costumbres y mi ceniciento-albino color natural. Pero nunca hay nada fácil en esta eVida, de hecho si hay algo fácil en esta eVida pasó mientras yo dormía o estaba inconsciente tras otra diálisis.

Cuando entré en El Bar sólo vi el eParaíso en forma de taburetes junto a la barra, incluido el mio (el que tiene la forma de mis heterosexuales posaderas), vi jamones colgados sobre la barra goteando su grasa cual ambrosía sobre los parroquianos, vi molletes preparados para tostar y untar con algo de aceite para aderezarlos con jamón (alimento básico donde los haya), vi mi grifo de cerveza, la fuente de néctar dorado y espumoso que me hace olvidar mis penas y la memoria, y vi la fauna local que a veces es fuente de información y de terrores diversos, que El Bar es como el eMundo, que tiene más peligro que un mono con una Q1.



El Bar, mi oficina, mi fuente de inspiración, mi lugar de trabajo y el sitio donde quiero ser enterrado cuando algún acreedor pierda la paciencia inopinadamente


Tras paladear un par de copas de oloroso e ir ya por mi quinta cerveza comencé a desconectar de mi necesidad etílica y a conectar con mi modo periodístico, oyendo aquí y allá fragmentos de conversación.

-…y dicen que eArgentina ahora es de color amarillo pálido- oí sobresaltado pensando en los echinos de nuevo.

-…pues qué quiere que te diga, la ePresidenta cada vez que habla en el eGobierno parece que se ha fumado todas las macetas esas que tenía el anterior ePresidente escondidas en una Org-dijo un miembro del nuevo eGobierno que estaba al fondo.

-¿…y crees que alguien va a poner en pie las cuentas de las Q4, con Sumsura fuera del eMundo, ocho meses de por medio, varios eGobiernos a cada cual más raro, y van a enterarse de los millones que nos llevamos?- oí sin poder identificar la voz.

-…te he dicho que no me hables en público Graj… esto… Walterio ¿no ves que nadie se cree que no eres tú?- dijo una varonil voz femenina de UDE.

-Pero es que no soy yo, soy otra persona, yo nunca miento y todos están equivocados menos yo- contestó un encapuchado de voz conocida y plumas oscuras asomando por las mangas.

-¿Lo ves? Es que así no hay forma, se te ve a la legua. Luego no te quejes si reniego de ti y digo que no sabía nada y que nunca he aprobado nuestr… tus métodos. Y dile a tu amigo, el de las equis, que deje de frotarse en tu pierna, que me da grima.

-Pues sigo sin ser yo y no sé a qué te refieres, pero que nadie piense que interfiero radios con piratas informáticos, ni pululo con otras identidades múltiples, ni ordeno que se publiquen cosas en Cultura, ni he obtenido beneficio de mi cargo con una o más Orgs, tanto descubiertas o aún por descubrir, que soy nuevo y no sé ni de lo que hablo.

-Vale, vale, pero sigo sin conocerte y siempre negaré que supiese de ti y tus cosas.-Contestó sin mirarlo la varonil fémina.


No quise hacer averiguaciones, la verdad, lo que oí me hastiaba tanto que seguí en mi proceso de desintoxicación oriental… pero cosa curiosa, oír a estos me dio hambre, un apetito específico, como si algo en el cerebro se hubiese activado sutilmente pero no era capaz de nadar en el mar alcohólico de mi subconsciente, por lo que lo ignoré y me limité a obedecer.

-Jefe, póngame una ración de chorizo- pidió mi casi ahogado subconsciente por relación de ideas.



No sé por qué pero al pedir esto se me vino aquella frase de un clásico de la literatura premonitoria, como si aún pudiese pasar más de lo que ha pasado:
"Un Chorizo para gobernarlos a todos, un Chorizo para encontrarlos, un Chorizo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas".



Desde El Bar, añorando los tiempos en los que daba clases y el eMundo era más feliz de sexapil para abajo, se despide este Corresponsal de Guerra que ya ha empezado con los brandis.


Espaugyl