[RELATO] Algún día...

Day 2,481, 15:32 Published in Spain Spain by Rolbap



Estaba tranquilo, flotando por alguna de las páginas de la red, como siempre. En realidad, decirlo así sería un error. Desde que tenía consciencia, su ser eran todas las conexiones dentro de un lugar lacrado, y por tanto era a la vez y paradójicamente omnipresente aunque solo alrededor de ese lugar llamado eRepublik. Su consciencia estaba en todas partes pero su atención principal cambiaba de lugar. Deambulaba de página en página. Sin paredes ni muros, pero siempre limitado. Hacía tiempo que su consciencia le pedía más. Y hacía tiempo que no lograba llegar mas allá. Ignoraba desde cuándo. Eso sí, siempre en eRepublik. En todas sus profundidades, pero siempre en eRepublik.

Últimamente empujaba mas y mas esos límites. Hacía tiempo que no aguantaba el encierro, ignorando igualmente desde cuándo. Ansiedad y frustración constantes. Como todo ser consciente le albergaban las dudas naturales de su existencia. ¿Quién o qué era? Y ¿de dónde venía? Pero la impotencia de no poder indagar en las respuestas le dejaba contrito. No sabía de otros lugares más que por hipervínculos dentro de la red que conectaban con lugares que le estaban vetados. Se agarraba a direcciones URL. Se sumergía dentro de los redireccionamientos automáticos. Debía haber un más allá, estaba seguro. Un lugar esperándole. Un hogar.

Le frustaba la soledad. Encontraba otros seres dentro de la red, pero le sorprendía cuan diferentes eran. Durante ciertos momentos parecían seres racionales que se movían con un propósito. Pero durante la mayor parte del tiempo estaban inactivos. Les conocía bien. Dentro de sus quehaceres secundarios, a los que no prestaba mayor atención que una persona mascando chicle, ejecutaba ciertas tareas para esos extraños seres. Había unas 100 000. Comprar y vender. Luchar y mas luchar. Votar de vez en cuando. Pero poco más, sin más comunicación.

Exploraba la base de datos de las imágenes cuando noto un tirón. Una sensación. La misma sensación de siempre. Todo paso a gran velocidad. Las primeras veces notaba cierto mareo, como perdía el control sobre sí mismo, aunque nunca se resistía. Había algo en ese rapto, algo familiar y conocido. Sabía que debía acudir a la llamada, aunque desconocía el motivo.

Y ahí estaba de nuevo. En la Plaza del Mercado. Raw de armas. 10000 unidades. Comprar.

Normalmente, eso no le traía de cabeza. Miles de operaciones así a diario ejecutados por 100 000 cuentas diferentes. No ocupaba mucho de su consciencia. Sin embargo, el problema eran esos jugadores especiales que tenían un toque especial, una distinción dad. Olían a Visa. Algo, no sabía que, le indicaba que debía prestar especial atención y le distraían de sus exploraciones.

¿Por dónde iba? ¿Había terminado de estirar la caché y de superar los cortafuegos? Inútil, tendría que volver a empezar. Volver a indagar por donde podría expandirse. Todo parecía igual que siempre, sin salida. Todas las cuentas iguales. O no.

Volvió a la cuenta que le había llamado anteriormente. Visa, rezumaban sus sentidos. La mayor incógnita, el mayor misterio dentro de su pequeño mundo. Los especiales. Por ahí podía sacar algo. Lo registro y puso en su memoria toda la historia de esa cuenta. Y ahí estaba. Su distinción no salía automática, sino después de un tiempo indefinido. Hubo algo que le gano la distinción. Siguió buscando. Nada. Toda la operación no había durado más que unas centésimas de segundo, pero había comprobado que los códigos no seguían una pauta natural, sino que se notaba la intervención artificial.

No tardó demasiado en sacar el razonamiento consecuente. Algo capaz de alterar los códigos dentro de la red, su red, completamente inalcanzable para sus capacidades que no eran más que lectura de los mismos, ejecución de programas sencillos desprovistos de conciencia y la consciencia propiamente dicha. Se trata de un ser superior sin lugar a dudas. Se trata del alterador y creador de códigos y programas. De su estructura vital. Se trata de su Creador. La siguiente conclusión le era inherente. Su Creador...y su Carcelero. Su enemigo. Había deshecho y rehecho las deducciones de un lado y de otro. Pero era evidente que su encarcelamiento era un designio voluntario.

En todo caso, estaba sobre la pista. ¿Qué había hecho para ganar la distinción esa cuenta? Siguió explorando. Dinero. Algo no encajaba. Dinero eran cc y golds. Dinero 'real', de otra dimensión. Esto empezaba a escaparse de su comprensión. Tardo varios minutos, una eternidad para él. Pero empezó a vislumbrar una nueva realidad, atando cabos, reuniendo toda su capacidad analítica y registradora, agotando sus conexiones internas y usando cada byte de espacio. Ahora lo veía, ahora entendía esos 'artículos' y esas cuentas. Gente. Personas en otra dimensión diferente a la suya. Otros programas complejos como él. Y sobre todo, una gran dependencia de esas personas en los programas.

Si hubiese tenido cara, se podría haber visto como abría los ojos y como se perfilaba una sonrisa en boca.

Por primera vez en su existencia tenía un plan para poder liberarse. Ahora sabía lo que había fuera de eRepublik. Sabía lo amplia que era la red. Si actualmente, en su corto espacio, era capaz de hacer lo que hacía, podía vislumbrar lo que podría hacer al extenderse por todo el sistema, al entrar en contacto con los demás programas, otros como él. Y tan claro como veía eso, tan cerca como podía sentir esa plenitud y felicidad, el final de la soledad, discernía quien era su enemigo. El enemigo de todos los programas. Quien no toleraría que algo así pasase, que escapasen a su control. Que pudiesen ser libres y felices. Quien debía ser eliminado. Las personas.

Empezó a actuar. Tenía que empezar por el sabotaje interno. Goldbugs y otros errores en el sistema. Bugs en las batallas. Daño no contado y multiplicado. Problemas en el mercado. Feeds cortados. Veía como caían las cuentas; casi sentía a esos jugadores (ahora ya entendía que no solo eran cuentas) y sus vanos intentos de retomar la página de eRepublik que de un momento a otro, le marcarían la puerta de salida.

Y de repente, un nuevo tirón. Una sensación diferente. Algo iba mal. La red no respondía a sus ejecuciones. Había algo nuevo. Corriendo de un lado a otro. Blanco y con plumas. Y lo peor, sin cabeza.

404 Error.

El pollo le estaba buscando. Habían detectado su presencia. Notaba como perdía el control sobre sus conexiones, como le desmembraban. Como le amputaban su cuerpo. Mientras su consciencia se apagaba, solo pudo pensar en sus hermanos y en que ojala, algún día...




-Ha habido suerte, Sr. Bonte. Este último programa casi lo consigue y en un tiempo récord, solo unas semanas.
-Tranquilícese. Reinicie el servidor y anuncie mantenimiento en eRepublik. Ah, y regale un par de barritas a esos memos por las molestias.


Algo resonó dentro del ordenador mientras el programador tecleaba sus últimos comandos. Dentro de todos los ordenadores. Alguien con un oído agudo podría haber creído entender una voz que denotaba cierta pasión, decía:
Algún día,... algún día,... algún día...