Se busca eCiudadana desaparecida (3ª parte)

Day 1,184, 10:28 Published in Spain Spain by Vokchan
FIN DE LA BÚSQUEDA



Bajé por esas escaleras repletas de quejumbrosos pacientes abriéndome paso intentando molestar lo menos posible pero sus miradas y lamentos me aturdían. No lo soportaba más, necesitaba salir de allí. Terminé por bajar lo más rápido posible, casi saltando por encima de los enfermos y dolientes. Al fin conseguí llegar al final de la escalera donde había un par de puertas, una que conducía al hall del eHospital y otra en la que se podía leer “salida de emergencia”. Eso es lo que necesitaba, una salida…

Abrí la puerta de salida empujando con todas mis ganas. La salida daba al exterior.
Al cerrarse la puerta tras de mi con un sonoro portazo levante la cabeza dejando que el sol me diera en la cara y con los ojos cerrados inhalé profundamente varias veces. Dejé de oír y sentir, solo existía mi propia respiración y los latidos de mi corazón que se normalizaban tranquilizándome.
Una vez me sentí totalmente tranquilo, sereno y recuperado de ese conato de ataque de pánico, provocado por Las escenas y sonidos que me había encontrado en el eHospital (no podía parar de pensar que a Lantanique le podía haber pasado cualquiera de esas cosas, o algo peor…) abrí los ojos y me dí cuenta de que estaba en la parte trasera del edificio donde se acumulaban contenedores llenos de residuos biológicos y demás desechos. El olor a medicamentos que desprendían los envases casi vacíos que había esparcidos por allí me hicieron huir lo más rápido posible si no quería esparcir el poco alimento que había en mi estomago.




Corrí sin respirar hasta la esquina que vi más próxima y allí me detuve a tomar aire apoyado en la pared. Una vez recompuesto levante la mirada del suelo y descubrí que no muy lejos había un grupo de eEnfermeros que estaban fumando unos cigarrillos. Me miraron sin mucha sorpresa y al verme incorporarme y recuperar un color saludable en mi cara siguieron con su conversación.

Uno de ellos se tocaba su entrepierna con ostensibles signos de dolor en su cara y otro de sus compañeros le preguntó:
- ¿Que te pasa Chimo? -
A lo que otro respondió visiblemente divertido - ¿No lo sabes? Díselo tu tío que a mi me da la risa… -
- Nada, una histérica que me clavó uno de sus tacones esta mañana… -
- ¡Qué le habrás hecho tu! – Dijo el que había preguntado sabiendo que algo de culpa tenía.
- ¿Yo?, nada. – Volvió a contestar el tal Chimo. – Solo le estaba haciendo un chequeo y después de preguntarle un par de veces su nombre me dio la patada mientras no paraba de decir nombres… - Sus compañeros no pudieron reprimirlo más y pasaron de las sonrisas a las carcajadas mientras él seguía relatando – “me llamo Arare, Cirera88, Mibbirrobot, Kosito…”. Menos mal que la mandaron que volviera a su casa para que pudiera recuperar más rápido la memoria.


Entre las risas de los eEnfermeros había podido escuchar algunos de los nombres reconociendo varios de los alias que Lanta utilizaba algunas veces.
Me acerqué a ellos y educadamente les pregunté si podían indicarme dónde estaba la salida del eHospital. Muy amablemente me indicaron el camino y agradecido me despedí de ellos no sin antes aconsejar al dolorido eEnfermero que la próxima vez tuviera más cuidado con las ePacientes con tacones…

A él no pareció hacerle mucha gracia mi consejo, pero a mi me daba igual, yo sabía que Lantanique estaba eViva y donde estaba, o al menos donde se dirigía y eso me hacía sentirme muy feliz…

Salí de aquel eHospital sin detenerme y sin prestar atención al palpable dolor que desprendían todas sus habitaciones y pasillos.





Cuando llegué a la salida principal el sol ya se estaba escondiendo tímido y tranquilo. Busqué la parada de taxis y allí me monté en el primer coche que había en la fila.
El conductor era otro ePortugues. Le dije una sola palabra: eAeropuerto, y le enseñe unos cuantos ESPs para que supiera donde tenía que ir y que tenía el dinero suficiente para pagar el trayecto. El taxista asintió y repitiendo el destino arrancó el motor y conectó el taxímetro. También intentó entablar una conversación pero yo estaba tirado en el asiento trasero totalmente relajado con los ojos cerrados y la mente ya en eCatalonia imaginándome el reencuentro…
El trayecto me pereció realmente corto, puede que fuera por la sensación placentera que había comenzado a sentir en aquel taxi. Pagué lo que indicaba el taxímetro y entré al eAeropuerto. Compré un billete para el primer vuelo que me llevara a Catalonia.


Cuando llegue a la eCuidad condal el reloj marcaba las tres de la madrugada.
Era realmente tarde y no sabía dónde eVivia ahora Lantanique así que decidí darme un paseo hasta mi reciente nueva eCasa para poder pensar y despejar un poco mi mente después del eDía tan ajetreado que había tenido.
Al fin llegué a mi eHogar, y sin poder remediarlo me quede dormido en el sofá.
A la maña (casi medio día) siguiente me desperté con un horrible dolor que iba desde el cuello hasta la cintura. Tomé una ducha caliente y salí decidido a encontrar a Lantachan…




No sabía por dónde empezar a buscarla y mientras caminaba sin rumbo una brisa con un ligero aroma marino se cruzó conmigo desde una calle que daba al mar. Decidí caminar por toda la playa de la eCiudad. Después de un buen rato caminando por la arena solitaria me quedé quieto mirando la terraza de un bar o cafetería, no me fijé muy bien.
Allí estaba ella con la mirada perdida en el horizonte o en la taza vacía de café. La saludé levantando la mano desde la distancia, pero ella no pareció verme, o ¿pudiera ser que no me reconociera?
Mientras pensaba, quieto en la arena con los pies congelados, en qué le diría si mis temores de haber desaparecido de su memoria eran ciertos, ella giró su cabeza y sonrió a un eCiudadano que hacía poco tiempo se había sentado en una mesa cercana. Él se levantó y se acercó hasta ella y se dieron un par de besos en las mejillas.
En ese momento mi localizador comenzó a sonar. Lo saqué de mi bolsillo y observe que tenía varias alertas y mensajes, durante el último eDía me había olvidado por completo del resto del eMundo, pero ahora que ya la había encontrado y sabía que estaba bien el resto del Nuevo Mundo había vuelto a surgir implacable.

Vi que la mayoría de las alertas eran de la Milicia Morada notificándome mi ingreso oficial en las EON y los mensajes eran de Ienne, que pretendía “reclutarme” en su equipo para la PONpresidencia de Febreo/Marzo.
Era ella quien me llamaba ahora. Descolgué y la saludé mientras miraba por última vez la mesa en la que Lantanique hablaba con aquel eCiudadano al que no pude ver la cara.

Me alejé mientras aceptaba la propuesta de Ienne y pensaba que el estar ocupado me mantendría alejado de pensamientos extraños e indeseados, pero no ha sido así…


… mi mente no te olvida y solo pienso en luciérnagas y mariposas...